El plan religioso de Maduro, entre el animismo santero y el chantaje político
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Sai Baba, santería y magia negra son las principales referencias espirituales de quienes hacen vida política y militar en el régimen venezolano desde la época de Chávez, ahora Maduro ha entendido la influencia de la actividad religiosa, en especial la evangélica y la ha incorporado con fuerza y recursos a su disciplina dogmática partidista
Unidad de Investigación Primer Informe
El liderazgo chavista es famoso por las prácticas religiosas y espirituales que han mostrado y tratado de imponer desde que han tenido el poder en Venezuela. El elemento mágico religioso del culto, siempre ha estado presente en la narrativa y el accionar de un régimen histórico por destruir uno de los países más ricos de la región.
En las oficinas de los altos jerarcas de la revolución en Venezuela sobran imágenes de santos, estatuas de la Virgen, fotos de Chávez y lazos rojos. Otros muestran más afición por la espiritualidad oriental, mezclando imágenes hinduistas o budistas, con amuletos de santería y una foto del Bolívar reconstruido en 3D.
Es conocida la errante espiritualidad de Nicolás Maduro y Cilia Flores, la pareja con más influencia en el quehacer criminal del gobierno chavista. Ambos fueron fieles adeptos del gurú Sai Baba, líder espiritual de la India, que llegó a ser reverenciado como un Dios viviente por sus seguidores y que sólo aceptaba una fe ciega entre sus adeptos.
Es harto conocido que la superstición y la brujería son parte del régimen de Maduro, al punto de dedicar altos montos del presupuesto en consultas con brujos y otros líderes espirituales como videntes y santeros, como Cirilo Enrique Rodulfo, quien conoció a Maduro años antes de que éste se convirtiera en Presidente de Venezuela, gracias a que ambos siguieron a Sai Baba. De hecho fue invocando a Sai Baba, que este brujo le predijo a Maduro que llegaría a la Presidencia, muchos años antes de que esto ocurriera.
Rodulfo, también conocido como El Profesor, usó sus conocimientos de Sai Babaism para convertirse en la referencia espiritual de Maduro, hasta impulsarlo para que en 2005 realizase el viaje junto a Cilia Flores, para conocer a Sai Baba en Nueva Delhi. De allí salió la fotografía que es más que pública con la pareja rodeando junto a otras personas, a Sai Baba.
La tarifa de este tipo de brujos va desde los 5 mil y hasta los 90 mil dólares y la clientela más fuerte está en la alta cúpula narco madurista, que suele mantener a estos espiritistas que se dan una vida de lujos y placeres, siendo acaudalados empresarios de bienes raíces y con influencia en medios de comunicación y cierta sociedad de Miami, como es el caso de Rodulfo, quien hace su vida y desarrolla sus millonarios negocios en el sur de la Florida.
Practicantes del chantaje
“Yo soy un hombre apegado a valores espirituales. Soy cristiano profundo y practicante diario”, ha declarado Maduro, repitiendo la narrativa que enmarca la espiritualidad de cara al público del liderazgo del socialismo venezolano, pero quienes se han desligado del madurismo lo han criticado por esas palabras, tal como sucedió con el general Hugo Carvajal, alias ‘El Pollo’, quien en una carta pública le espetaba a Maduro “¿Cómo te atreves a llamarte cristiano cuando eres seguidor de cuanta creencia se te cruza por enfrente? Eres un devoto santero, seguidor de Sai Baba y quién sabe de qué otra religión. Supongo que de alguna manera debes canalizar en tu interior las atrocidades que has cometido contra el Pueblo de Venezuela. Aunque sea pública tu creencia de que los pájaros son reencarnaciones humanas y pueden hablar, la gente debería saber que tu padrino de santería es Carlos Osorio (ahora no se entenderá por qué tal corrupto e inepto, que le robó la comida a los venezolanos, paseaba de ministerio en ministerio). También debería saber que tus sacrificios religiosos en Cuba los pagaba tu ministro de finanzas, que en al menos una oportunidad envió un maletín de $500.000 en efectivo a La Habana en un avión de PDVSA”.
Carta abierta al dictador mitómano. pic.twitter.com/lsPIKdKguC
— Hugo Carvajal (@hugocarvajal4f) June 3, 2019
Otras versiones colocan a la espiritualidad de Maduro con toques de Animatismo, que la antropología cultural actual define como la atribución de poderes mágicos y conciencia humana a los objetos inanimados, personificados en representaciones animadas impersonales de la naturaleza. Este concepto destaca que la emoción lo es todo y se encuentra en una estrecha relación con el concepto de maná, de esa fuerza, ese poder impersonal expresado en cosas inmateriales, pero no necesariamente ligadas a ellas de forma permanente.
Pese a que en la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) no permiten ingresar figuras religiosas al recinto, en algunas de sus oficinas son creyentes de las ciencias oscuras, como reportó Infobae sobre el altar que tiene el Jefe de Investigaciones de la Dgcim, coronel del Ejército Hannover Esteban Guerrero Mijares, quien al parecer posee un altar en su oficina con «deidades extrañas, algunas muy negras, con unos collares de colores», incluyendo una foto de la activista de derechos humanos Tamara Sujú «rodeada de velones», según el reporte.
Todos estos indicios hablan de que la espiritualidad oscura tiene años penetrando los lugares más sensibles del entramado de poder madurista.
El PSUV ha tenido tan claro el uso de la religión en su práctica política que el año pasado, en plena crispación política, Diosdado Cabello anunció la creación de una vicepresidencia partidista para atender los Asuntos Religiosos del país.
“Vielma Mora se encargará de la responsabilidad de establecer reuniones para trabajar por el bien del país”, dijo Cabello al dar la noticia de que el ex director del Seniat sería quien lidere esta vicepresidencia, que trabajó, supuestamente, en la reparación de unos 17 mil recintos evangélicos en todo el país.
Esta idea de profundizar la línea de acción religiosa con una coordinación del PSUV sólo busca seguir controlando el poder desde todos los ámbitos, convirtiendo la fe en capital político, pese a que la razón que da Vielma es totalmente contraria a lo que logra la presencia de Maduro en Miraflores, que es “darle importancia al respeto humano, a las religiones y los cultos, con el fin de evitar guerras santas y que se utilice esto como un elemento político para fraccionar un pueblo”.
En los ejes en los que se ha desarrollado esta vicepresidencia, están muy vinculados con movimientos cristianos evangélicos, como la creación de Consejos Pastorales de Gobierno en todo el país, que buscarían impulsar una gestión social y la integración de colectivos religiosos con los gobiernos regionales y locales.
Otro punto a tomar en cuenta de esta Vicepresidencia para asuntos religiosos del PSUV es la creación de la Universidad Teológica Evangélica de Venezuela, que buscaría integrar a 25 institutos teológicos del país, para “abrir las puertas de Venezuela para que vengan evangélicos de toda América”.
Maduro también dijo que, para apoyar al Movimiento Cristiano Evangélico de Venezuela, les ha cedido 70 mil hectáreas para dedicarlas a la agricultura con insumos y logísticas salidas de los ministerios del gobierno. Lo mismo en la dotación de instrumentos musicales para las iglesias cristianas, que estarían siendo traídos por el convenio China-Venezuela.
Vale la pena tener en cuenta la participación que tuvo Javier Bertucci, pastor evangélico en la arena política del más alto nivel en los últimos años, desde que se lanzó a las elecciones presidenciales de mayo de 2018, en las que quedó de tercer lugar con casi un millón de votos, lo que ha hecho que Bertucci sea un habitual en los escenarios en los que Maduro llama al diálogo, como su participación en la Mesa de Diálogo Nacional, que gestó Maduro con organizaciones minoritarias, después de patear la mesa de diálogo con mediación internacional.
Según estudio realizado por MORE CONSULTING en septiembre del 2015, en Venezuela el 70,1% profesa la religión católica, mientras que el 10,4% son evangélicos, seguido con 10,1% está ubicada la práctica de la santería. Sin embargo, llama altamente la atención este dato que destaca la consultora: “El 32,2% de los que son empleados públicos con sueldo fijo mensual se inclinan por la santería. Así como 25,2% se inclinan por el evangelismo. Así como los que son profesionales independientes o trabajadores de empesa privada se inclinan en su mayoría por la religión católica”.
La religión católica sigue siendo la predominante en el 70,1% de la población venezolana #MoreConsulting pic.twitter.com/FhaYB3dMtd
— More Consulting (@More_Consulting) March 15, 2016
A pesar de que la población católica sigue siendo mayoría, la institución que la representa ha sido una de las más golpeadas por el gobierno pues ha ejercido una posición muy crítica con la revolución bolivariana. Este enfrentamiento genera crisis de creencias en los sectores más populares, los cuales se han alejado de la tradición y se han acercado a tendencias que siempre estuvieron presentes pero que hoy crecen, como las que le rinden culto a Maria Lionza y la santería.
El chavismo y el madurismo siempre han buscado mezclar sus ideales con los de Jesucristo, lo que se evidenció con la aparición del «Chávez nuestro», que era una versión del Padre Nuestro, rezado por los delegados en una actividad de formación del PSUV en 2014 y que mezclaba la mítica oración católica, con ideales comunistas.
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