¿Por qué la captura de Alex Saab alarma a tantos en Latinoamérica?
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El empresario colombiano, con una desconocida nacionalidad venezolana, es la mente creativa detrás del entramado de corrupción del régimen de Nicolás Maduro, por lo que la caída está garantizada para muchos en el círculo criminal chavista cuando se apruebe su extradición a Estados Unidos.
Redacción | Primer Informe
Alex Saab, como se le conoce, siempre estuvo de bajo perfil. Quienes quieran conocer su cara, encontrarán pocas fotografías del personaje en la World Wide Web. La que más se ve en los distintos medios de comunicación a nivel mundial es la de un smoking negro que le tomara la prensa colombiana en Barranquilla. La última es de hace poco días mientras era conducido por funcionarios policiales en Cabo Verde hacia un tribunal vestido con una franela negra, unos jeans desgastados, esposado y con la cabeza hacia abajo para ocultar su rostro.
Saab fue detenido el viernes 12 de junio por las autoridades del aeropuerto Amílcar Cabral de la localidad africana. Desde ese día está en custodia de funcionarios de Interpol, organismo que califica al colombiano como el testaferro de Nicolás Maduro y al que las autoridades norteamericanas consideran el personaje clave para descifrar los grandes movimientos financieros que aún no han sido descubiertos del régimen opresor venezolano. En pocas palabras, la joya de la corona.
La detención de Saab ha sido un duro golpe a la izquierda latinoamericana, pues del magnate colombiano también han salido las buenas relaciones que tiene con Rusia, China e Irán. Sin embargo, el régimen venezolano es el que más nervioso se muestra por la captura. La Cancillería chavista dirigida por Jorge Arreaza, dio un espaldarazo al empresario al cual calificó como “ciudadano venezolano” y además aseguró que era un “agente del gobierno bolivariano”, al que también según el régimen “le violaron su inmunidad diplomática”.
El empresario involucrado muy de cerca con la ex senadora colombiana Piedad Córdoba, podría ser extraditado próximamente a los Estados Unidos por cargos de lavado de dinero que enfrenta desde 2019.
La captura del empresario colombiano se produce luego de que el avión donde viajaba hiciera una parada técnica. Se presume que el vuelo en el que viajaba de Teherán a Caracas, era parte de uno de los recientes negocios confiados por Nicolás Maduro: la compra de combustible a Irán, a cambio del oro venezolano, transacción que podía aliviar la severa escasez que presenta Venezuela, el país con las reservas más grandes de petróleo en el mundo bajo tierra.
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Días antes, la Fiscalía General de Colombia había iniciado el proceso de extinción de dominio contra bienes de Saab en Barranquilla, valorados en 35.000 millones de pesos, como parte de una investigación que desde 2018 se hizo pública por sus ilícitos con varias sociedades locales. Varias mansiones, fincas y otros bienes fueron afectados en el procedimiento.
Tras el episodio que destapó la fiscalía colombiana, también vino la viralización de un video en el que el empresario aparece firmando acuerdos junto al fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez, su heredero Nicolás Maduro y el expresidente colombiano, Juan Manuel Santos.
El escándalo motivó la rápida reacción de Santos quien negó conocer a Alex Naim Saab, y describió el episodio diplomático como parte “de la luna de miel” con el finado Hugo Chávez durante una firma de acuerdos binacionales en donde Saab fue presentado como un empresario representante de Colombia. “Apareció el representante de esta empresa, que era este señor Álex Saab, a quien no conocíamos; creo que en el video yo le pregunto a María Ángela (Holguín): ‘¿Este señor quién es?’. Ella tampoco sabía de quién se trataba (…) Nunca hubo ningún tipo de acuerdo, ni de arreglo con el Gobierno colombiano”, dijo Juan Manuel Santos en una entrevista que concedió al diario colombiano El Tiempo.
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Durante una transmisión oficial en todos los medios audiovisuales del Estado venezolano, Alex Saab fue presentado como el representante del Fondo Global de Construcción, una compañía privada con presencia en Colombia, Venezuela y Ecuador, pero cuya propietaria final era otra sociedad registrada en la isla mediterránea de Malta.
Este negocio era el inicio de lo que estaba por llegar para el empresario colombiano. En el mismo coincidiría su socio Álvaro Pulido Vargas, cuya identidad verdadera es Germán Enrique Rubio Salas, involucrado en el 2.000 con un caso de narcotráfico en Colombia. Después de esa aparición junto a Chávez, Santos y Maduro, se abrió la puerta para grandes contrataciones en Venezuela.
Según los medios Armando.info y Semana, Alex Naim Saab creó una de las redes de corrupción más grandes de los últimos tiempos y que caracterizaría el resto de sus negocios con el chavismo, sin embargo, dejó a su paso una estela de sospechas de lavado de dinero que lo ha seguido hasta su captura el pasado 12 de junio y por la que ahora muchos temen.
Con información de la Revista Semana.
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