Sale a la luz la historia del hijo secreto de Pablo Escobar
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Los servicios de inteligencia de Londres y Washington infiltraron a los carteles de la droga desde sus inicios a través del seguimiento a sus transacciones financieras.
Redacción | Primer Informe
El primer hijo del notorio narcotraficante colombiano, Pablo Escobar, no lleva su apellido. El hombre, un artista de nombre Phillipe Witcomb, fue criado por un oficial de inteligencia británico y su vida es digna del libro que acaba de publicar contándola.
En una serie de entrevistas con el medio británico The Sun, Witcomb cuenta como fue rescatado de una casa, en algún lugar remoto de Colombia, por el hombre que después se convertiría su padre. Phillipe, era un bebe de meses cuando fuerzas especiales colombianas asaltaron una casa en la que estaba con su madre que murió en la acción.
Los policías, buscaban dinero robado por una banda dedicada a atracar bancos. En la banda estaba Pablo Escobar, quien en aquel entonces, 1965, tenía apenas 16 años y nadie se imaginaba a lo que llegaría.
Patrick Witcomb era el oficial encubierto de la inteligencia británica que comandó aquella operación. Witcomb en primer momento llevó al niño a un orfanato católico, pero un año después, fue a buscarlo y lo adoptó.
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Aunque Phillip da testimonio de la buena relación que tuvo con su padre, y del amor que recibió de su familia, entiende que la decisión de su adopción tenía mucho que ver con el trabajo que luego le encargaron a sus padre, infiltrar a los insurgentes carteles de la droga.
Solo a los 9 años supo Phillipe que era adoptado. Pero la verdadera identidad de su progenitor la conoció cuando tenía 24 años, en 1989. Entonces, Escobar había desatado una guerra de terror en contra de Colombia. Phillip dice que a veces ve la sombra de su padre biológico en él.
Según cuenta Witcomb, su padre adoptivo, le reveló en su lecho de muerte, un código que si se descifra, daría con el paradero de la fortuna secreta que se le atribuye a Pablo Escobar.
Cuando el niño fue adoptado, Pablo Escobar todavía era un criminal de bajo nivel. Pero a medida que ascendía en las filas criminales, se convertiría en un activo útil para los servicios de inteligencia y Patrick terminaría trabajando estrechamente con el padre de su hijo adoptivo.
El ascenso de Escobar
Phillip cuenta que el trabajo de su padre fue fundamental para que los carteles de la droga logaran movilizar grandes cantidades de dinero. Dice que lo que comenzó como una operación para transportar billetes emitidos por el gobierno colombiano explotó en un juego peligroso.
El ex piloto y ex policía Patrick, de Hull, trabajó para la firma británica De La Rue, que había ganado el lucrativo contrato para imprimir todos los billetes de Colombia. Su trabajo le permitió operar encubierto para el MI6, el servicio de inteligencia de Reino Unido.
En 1959, Patrick y su esposa Joan, que habían trabajado para el Foreign Office en Londres, fueron enviados a Bogotá para administrar el negocio de impresión de billetes de De La Rue. Su labor también incluía operar una flota de vehículos blindados para transportar el efectivo.
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“Como parte de su trabajo, Patrick necesitaba infiltrarse en las bandas criminales para luego establecerse en la incipiente economía del país y transmitir inteligencia», explica.
Parte de esta información regresó a los servicios secretos del Reino Unido, pero los principales beneficiarios fueron sus homólogos estadounidenses en la CIA.
«La división de vehículos blindados a menudo fue atacada y sus envíos de billetes colombianos recién impresos serían robados. Después de uno de estos robos, a fines de 1965, papá recibió información sobre el paradero del dinero perdido», contó Witcomb.
Crearon un monstruo
Con el respaldo de sus jefes y sus manejadores en la inteligencia del Reino Unido se montó una misión fuertemente armada para recuperar el efectivo y fue entonces cuando mataron a la madre de Witcomb.
«Nadie podría haber predicho entonces qué tan grande se volvería Escobar». Witcomb cuenta que a los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos, iniciaron la operación encubierta porque les convenía tener el único eje en el negocio de las drogas que podían monitorear y, hasta cierto punto, controlar
«Lo que no explicaron fue cuán firmemente aprovecharía la oportunidad que se le presentaba.» Patrick me dijo:» Creamos un monstruo». Ese monstruo era Pablo Escobar.
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