Este es el resort en México propiedad de Bill Gates donde los ultra millonarios se protegen del Coronavirus

Algunas villas se alquilan por más de 8 mil dólares la noche y familias que llegaron por unas semanas se han quedado meses completos.

Redacción | Primer Informe

Antes del 2000, la actual península privada salpicada de complejos turísticos de alta gama conocida como Punta Mita era simplemente una colección de pueblos de pescadores en la costa del Pacífico de México, al noroeste de Puerto Vallarta. Ahora, aunque gran parte del mundo se refugie en moradas humildes demasiado familiares, este pedazo de paraíso se está convirtiendo en una ciudad en auge, una que practica el distanciamiento social anti coronavirus, pero al que sólo puede accesar el 1 por ciento de la población mundial, los multimillonarios.

Reportes vinculan a Bill Gates, creador y propietario de Microsoft, como uno de los accionistas mayoritarios de este ultra lujoso resort.

Dentro del complejo hay un Four Seasons recientemente rediseñado, un St. Regis con servicio de mayordomo privado y un hospital de última generación con pruebas de coronavirus de sobra. Hay dos campos de golf diseñados por Jack Nicklaus y demasiadas piscinas para contar.

Las villas multimillonarias ofrecen vistas panorámicas al océano. John Legend y Chrissy Teigen pasaron el mes de julio en Casa Tesoro, una casa de siete habitaciones con personal privado que se alquila por $ 8,500 por noche (fuera de temporada).

Sistema de apoyo

En julio, Four Seasons lanzó Schoolcations, en las que los niños que se hospedan en el hotel, o en una de sus 54 villas, reciben a un «compañero de estudio» mayor para asegurarse de que no solo estén jugando a Fortnite.

Un «médico de la pantalla» con una bata blanca y un estetoscopio patrulla la piscina infinita y las tumbonas circundantes, limpiando las pantallas del iPad que inevitablemente se salpican con cloro. Abundan las actividades extracurriculares fuera de línea, como las lecciones de golf con un P.G.A. veterano, forrajeo marino y artesanía al estilo de los huicholes, pueblo indígena de esta región.

“Estamos convirtiendo uno de los canales de televisión internos para que se trate de las Islas Marietas”, frente a la costa de Punta Mita y protegido gracias al esfuerzo de Jacques Cousteau, dijo John O’Sullivan, gerente general del Four Seasons, que Bill Gates compró a través de su firma Cascade Investment en 2014. “Tenemos la capacidad de reinventar y pivotar. La gente tiene hambre de nuevas opciones porque ha estado encerrada». 

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Varias familias que vinieron por una semana o dos extendieron sus estadías indefinidamente. El nombre de Punta Mita proviene del azteca mictlán, que significa «puerta de entrada al paraíso» y, de hecho, con nueve millas de costa ventosa y 1,500 acres verdes, en medio de una pandemia mundial, esta península podría ser casi la tierra prometida.

«Tenemos una cantidad de personas que vienen de ciertas ciudades que se ven en las noticias», dijo Brendan Wood, quien dirige el equipo de ventas residenciales de Punta Mita. Una familia de Portland, Oregon, recientemente gastó $ 3 millones en una casa con vista a la tranquila Bahía de Banderas. “Dijeron: ‘Tenemos que movernos ahora mismo’”, dijo Wood. «Ya tenemos $ 40 millones en ventas bajo contrato este año», agregó, «lo que está por delante de lo que estábamos proyectando antes de la pandemia».

Para satisfacer las necesidades de las familias que se trasladan a Punta Mita, Stephanie Coufal, una residente con 10 años en el lugar, dirige un programa de educación más formal. Inspiradas en la filosofía holística de Rudolf Steiner, las clases socialmente distanciadas de Coufal están dirigidas por instructores acreditados (uno de Hunter College) y se llevan a cabo en un club de playa local. Treinta niños se inscribieron para el verano, incluido un niño que llegó con una ansiedad debilitante. «No dejaba que su madre se fuera», dijo Coufal. “Tenía mucho miedo de que sucediera algo malo. Ha habido muchos niños así «. Al décimo día, “volvió a ser un niño normal. Sus padres habían planeado venir durante una semana; terminaron alquilando una casa durante un mes. Dijeron: ‘Ha sido muy útil, sin las pastillas y el psicólogo y todo eso’ «.

Las actividades extracurriculares de Coufal a veces incluyen momentos de aprendizaje para los padres. “Cogieron pescado, lo trajeron a casa y lo cocinamos”, dijo Carla de la Mora, cuya hija de 6 años y su hijo de 11 pasaron dos meses en la escuela este verano. “Fue un poco asqueroso. Nunca antes había limpiado un pescado en mi vida «.

Abundan las actividades para adultos: Reiki, surf, yoga aéreo. Pero para de la Mora, quien, en agosto, decidió trasladar su prole de León, México, a Punta Mita en el futuro previsible, la escuela privada en el paraíso ofrece otras ventajas. «Me encontré, por primera vez en 11 años, con un poco de tiempo para leer», dijo. «Es fantástico.»

Con información de Air Mail.

 

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