Con legalización del aborto Gobierno argentino crea una distracción de la crisis económica y la pandemia
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La propuesta sería aprobada por Diputados pero rechazada en el Senado como ocurrió durante la última discusión sobre el tema hace dos años.
Redacción | Primer Informe
Acosado por una profunda crisis económica empeorada por el deficiente manejo de la crisis sanitaria, el presidente argentino Alberto Fernández abre un nuevo frente de confrontación política.
Fernández avisó que envía al Congreso un proyecto de legalización del aborto. La medida va matizada con un programa de «fortalecimiento de la madre embarazada y los primeros tres años de vida del hijo».
Dijo que “la criminalización del aborto de nada ha servido, solo ha permitido que los abortos ocurran clandestinamente en cifras preocupantes. Cada año se hospitalizan alrededor de 38.000 mujeres por abortos mal practicados. Desde la recuperación de la democracia murieron más de 3.000 mujeres por esa causa ”.
Fernández, que llegó a la Presidencia con el Frente de Todos, aseguró que “la legalización del aborto no implica una carga extra para el sistema de salud” y que “los procedimientos validados y que se utilizan con estándares de la Organización Mundial de la Salud son en su mayoría ambulatorios, no quirúrgicos, ni farmacológicos”.
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La promesa electoral de Fernández de presentar el proyecto para legalizar el aborto había sido pospuesta debido a la pandemia del coronavirus, que a la fecha ha contagiado a 1.318.384 personas y ha causado la muerte de otras 35.727 personas en el país.
En estos meses las organizaciones y profesionales de la salud dedicados a la defensa de la vida han rechazado el inminente envío del proyecto antivida.
El rechazo incluso se encuentra dentro de la propia alianza oficialista que controla el kirchnerismo. Por ejemplo, el diputado Carlos Américo Selva volvió a ratificar su rechazo al proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, porque asegura que «el derecho a la vida está por encima de todo».
La Conferencia Episcopal de Argentina y otras instituciones han criticado la insistencia por querer legalizar el aborto, teniendo en cuenta que en agosto de 2018 un anterior proyecto de ley fue rechazado en el Congreso.
El nuevo proyecto, sin embargo, tiene diferencias claves con el de hace dos años. Por ejemplo, contempla la objeción de conciencia del personal médico que no se vería sometido a sanciones en caso de negarse a practicar un aborto.
De acuerdo con el diario La Nación, la nueva discusión terminaría siendo rechazado en le cámara alta del Congreso, tal y como ocurrió en 2018.
Los votos en el Senado están muy ajustados de acuerdod con un análisid que hizo el diario con base en cómo votaron los legisladores en 2018, los cambios manifestados desde entonces y qué expresaron públicamente los que asumieron el año pasado.
Amnistía Internacional sumó a la polémica y provocó expresiones de rechazo al ejecutar una maniobra coreografiada con el anuncio presidencial.
La organización iluminó ayer de verde el edificio del Cabildo y el Ministerio de Salud en Buenos Aires, un hecho que fue criticado por varios sectores de la sociedad que exigieron respetar los símbolos patrios y no usarlos para imponer “ideas internacionales de muerte”.
Con información de La Nación y la Agencia Católica de Informaciones.
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