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Las desgracias de quienes deciden emprender en la criptominería en Venezuela

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Las desgracias de quienes deciden emprender en la criptominería en Venezuela

Aparte de la hostilidad de los cuerpos de seguridad, los criptomineros en Venezuela deben lidiar con los constantes apagones de electricidad y la velocidad del internet que es la más lenta de toda la región.

Redacción | Primer Informe

La crisis en Venezuela ha hecho que muchos hayan decidido emprender en la criptominería, atraídos por lo que se dice del negocio, sin embargo la ausencia de estado derecho en la nación sudamericana ha ocasionado una desgracia para los mineros de criptomonedas.

Un minero de Bitcoin que intentó pasar desapercibidos por los cuerpos de seguridad, para ejercer una actividad que los mismos militares están haciendo en ese país, vivió los embates de esta situación y lo contó al portal Diario Bitcoin.

Esta persona llegó a tener dos granjas activas para extraer Bitcoin durante un tiempo, pero la operación se convirtió en un dolor de cabeza por las hostiles condiciones del entorno venezolano.

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La guerra de los cuerpos de seguridad contra el negocio

Miguel Padilla un joven de 30 años de edad que ahora vive en Chile, estuvo involucrado en el negocio de la criptominería conjunto a otras 5 personas.

Él y sus socios decidieron con el paso de los meses ponerse a derecho a través del registro en la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip), órgano regulador de la industria cripto en el país, para asegurarse de estar completamente en regla a la hora de un problema.

A pesar de que muchos cripto mineros se habían registrado en la Sunacrip, siguen las detenciones en contra de quienes decidieron emprender en la criptominería, pues los cuerpos de seguridad no dejaban la hostilidad contra ellos. La agresión fue ocasionada por un vacío legal, según Padilla.

Incluso Padilla aseguró que se dio cuenta que la Sunacrip, puso en marcha una especie de campaña para que los cuerpos de seguridad no arremetieran contra los mineros en regla, pero fue “inuntil”, porque “al final ellos hacen lo que les da gana“.

El protocolo de los criptomineros contra la hostilidad del régimen

Los minadores establecieron un plan por si era necesario enfrentar a la polícia en algún momento. “Ese protocolo consistió en colocar cámaras en la puerta para ver en todo momento quién entraba y quién salía”. 

Otra de las medidas era no almacenar bitcoin en las granjas, “todo lo mandábamos a otra wallet. Luego debíamos asegurarnos siempre de tener todos los papeles a la mano”, explica Padilla. 

Un abogado penalista, también era parte del plan contra la hostilidad de los cuerpos de seguridad, “porque en cualquier caso, era el más capacitado para negociar en caso de que pasara algo”.

El riesgo de los que emprenden en la criptomeria en tierra chavista

El ex minero cuenta que no fue fácil ejercer la actividad en territorio hostil. El abogado que formó parte de la operación los preparó para todo lo que podía pasar.

“Recuerdo que nos dijo que nos preparamos para lo peor, para recibir un golpe en el estómago, una sacada de aire, gritos o algún otro tipo de agresión. Ya en ese punto, los funcionarios aparecen solo para extorsionar así que lo primero que intentarán será intimidarte”, comenta Padilla desde Chile.

El joven de 30 años en ningún momento ocultó que estaba asumiendo un riesgo. “Tenía las bolas en la garganta“, dijo. Sin embargo, todo el protocolo de seguridad le produjo suficiente confianza como para intentarlo.

La estrategia de estos mineros siempre fue estar preparados y listos para cualquier eventualidad. Padilla, como muchos venezolanos, lamenta la situación en la que está el país no solamente a nivel económico sino a nivel institucional. 

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La suerte estuvo del lado de Miguel y sus socios

Miguel Padilla subrayó durante la conversación con Diario Bitcoin que en Venezuela no hay Estado de Derecho y que por ende, siempre se está a merced de los funcionarios.

Sin embargo, este no fue su caso. Durante casi dos años de operación Miguel dice que su equipo llegó a minar aproximadamente 3 bitcoins y con eso fue suficiente para recuperar la inversión de las 30 máquinas, el acondicionamiento que se le hizo a los recintos y obtener ganancias. 

En todo ese tiempo, nunca tuvo problemas con la policía, pero siempre estuvieron preparados por la experiencia que veían alrededor del negocio.

Aún así, la suerte no es igual para todos, añade. El minero mencionó la historia de un colega allegado a él que recibió una vista del CICPC, policía científica venezolana, y tuvo que pagar una cuantiosa suma para no terminar preso.

Sin electricidad y con el peor internet

Los servicios públicos en Venezuela son otros de los desafíos que sortean no sólo quienes buscan emprender en la criptominería, sino en la vida diaria de cualquier ciudadano. 

La velocidad de internet y los constantes apagones, también juegan un punto en contra muy importante en el negocio.

Por ejemplo, solo entre marzo y abril del año pasado se registraron 19.000 fallas eléctricas en Venezuela, y antes de eso, el deteriorado estado de la industria energética venezolana dejó sin luz al país varios días en dos ocasiones en 2019 luego de que el sistema generador colapsara. 

En cuanto a Internet, el panorama tampoco es alentador. De acuerdo con un estudio realizado por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, para 2020 sólo el 36,6% de los hogares tenían acceso a internet en Venezuela y a esto se le agrega el hecho de ser el Internet más lento de América Latina.

No obstante, Miguel Padilla explica que la capital venezolana es de las pocas que tienen problemas con servicios públicos. A pesar que la crisis ha penetrado todas las regiones de la nación sudamericana, Caracas todavía goza de ciertos privilegios por ser la sede del gobierno central.

Sin embargo, no es que Caracas “está bien”, realmente no, explica Miguel. “Está mal, pero es solo que la situación en el resto de los estados es mucho peor”.

El problema que tuvo el joven minero 

El problema que Miguel Padilla tuvo en la criptominería radicaba en la granja que quedaba en las afueras de Caracas, en el estado Miranda. 

En esa zona los cortes de luz y la caída del Internet son mucho más frecuentes y ahí tenían que tener un plan de contingencia aunque tampoco habían muchas opciones.

“Cuando se iba el internet utilizábamos cuatro dispositivos BAM (servicio de internet móvil) a los cuales les recargábamos saldo mientras el Internet volvía”, explica el joven.

Sin embargo, cuando se iba la luz “no había nada que hacer”

“Se paraba todo irremediablemente y cuando volvía teníamos que reiniciar toda la operación. Si podíamos hacerlo de manera remota, era perfecto, pero sino teníamos que trasladarnos a cada locación para hacerlo manualmente”, explica.

Padilla formó parte de esta operación varios meses hasta que emigró del país a finales de 2018 buscando mejores oportunidades. Agregó que las granjas estuvieron activas hasta inicios de 2020 y aclaró que después de irse sus compañeros tampoco tuvieron problemas con la policía.

La actualidad de la criptominería en Venezuela es la misma

Miguel Padilla se fue hace dos años de Venezuela y la actualidad es la misma. La hostilidad contra quienes decidieron emprender en la criptominería es la misma. 

Quizás ahora es mayor la intensidad porque están obligados a trabajar en un pool del gobierno o de lo contrario deben atenerse a sanciones ya que en este punto estarían yendo directamente contra la regla.

Primer Informe reseñó a principios de 2021 el caso de un ciudadano en el estado Carabobo que buscó emprender en la criptominería y fue detenido por hacerlo sin la debida autorización.

 

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