China amenaza a EEUU con «un conflicto» si no cambia de rumbo
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Las relaciones de China con Washington y Japón, India y otros vecinos asiáticos se han agriado a medida que el gobierno de Xi ha aplicado políticas asertivas en el extranjero.
Redacción | Primer Informe
El ministro de Asuntos Exteriores chino ha advertido a Washington de un «conflicto y confrontación» si no cambia el rumbo de sus relaciones con Pekín, adoptando un tono combativo en medio de los conflictos sobre Taiwán, el COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania.
El lenguaje de Qin Gang parecía desafiar las esperanzas de que China abandonara la retórica de confrontación del «guerrero lobo». Se produjo después de que el líder chino, Xi Jinping, acusara a los gobiernos occidentales, encabezados por Estados Unidos, de intentar cercar y reprimir a China.
La política de Washington hacia China se ha «desviado por completo de la vía racional y sensata», dijo Qin en una conferencia de prensa el martes durante la reunión anual de la legislatura ceremonial de China.
Las relaciones de China con Washington y Japón, India y otros vecinos asiáticos se han agriado a medida que el gobierno de Xi ha aplicado políticas asertivas en el extranjero.
«Si Estados Unidos no pisa el freno, sino que sigue acelerando por el camino equivocado, no hay barandilla que pueda evitar el descarrilamiento y seguramente habrá conflicto y confrontación», dijo Qin en su primera conferencia de prensa desde que asumió su cargo el año pasado. «Tal competición es una apuesta temeraria, en la que están en juego los intereses fundamentales de los dos pueblos e incluso el futuro de la humanidad».
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«No se trata de reprimir a China»
El lunes, Xi acusó a Washington de perjudicar el desarrollo de China.
«Los países occidentales, liderados por Estados Unidos, han puesto en práctica una contención, un cerco y una supresión total de China, lo que ha supuesto graves desafíos sin precedentes para el desarrollo de nuestra nación», declaró Xi, citado por la agencia oficial de noticias Xinhua.
Frente a ello, China debe «mantener la calma, mantener la concentración, esforzarse por progresar manteniendo la estabilidad, emprender acciones activas, unirse como uno solo y atreverse a luchar», dijo.
Un portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo que Washington quiere «coexistir responsablemente» en un sistema comercial y político global y negó que el gobierno estadounidense quiera reprimir a China.
«No se trata de contener a China. No se trata de reprimir a China», dijo Price en Washington. «Queremos tener esa competencia constructiva que es justa» y «no vira hacia ese conflicto».
Los funcionarios estadounidenses están cada vez más preocupados por los objetivos de China y la posibilidad de una guerra por Taiwán, la isla-democracia autogobernada que Pekín reclama como parte de su territorio. Muchos en Washington han pedido que el gobierno estadounidense haga un mayor esfuerzo para contrarrestar la influencia china en el exterior.
Globo espía, Taiwan y COVID
La preocupación por el espionaje chino en Estados Unidos y las campañas de influencia de Pekín en ese país han suscitado especial inquietud.
El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, canceló una visita prevista a Pekín después de que Washington derribara un globo chino sospechoso de ser utilizado para espiar en territorio estadounidense. Su equipo electrónico y óptico está siendo analizado por el FBI.
Luego, la semana pasada, Pekín reaccionó con indignación cuando funcionarios estadounidenses volvieron a plantear la cuestión de si el brote de COVID-19 que se detectó por primera vez en el sur de China a finales de 2019 comenzó con una filtración de un laboratorio chino. El Ministerio de Asuntos Exteriores acusó a Estados Unidos de «politizar el asunto» en un intento de desacreditar a China.
Los dos países han intercambiado airadas palabras sobre Taiwán mientras el Gobierno de Xi intentaba intimidar a la isla lanzando misiles al mar y haciendo volar aviones de combate en las cercanías.
Qin fue embajador en Washington hasta el año pasado y, en una etapa anterior como portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, era conocido por sus tajantes condenas a los críticos extranjeros.
El martes criticó a Washington por derribar el globo. Reiteró sus afirmaciones de que su aparición en los cielos estadounidenses fue un accidente.
«En este caso, la percepción y las opiniones de Estados Unidos sobre China están gravemente distorsionadas. Considera a China como su principal rival y el desafío geopolítico más importante», afirmó Qin. «Esto es como si se pusiera mal el primer botón de una camisa y el resultado es que la política entre Estados Unidos y China se ha desviado por completo del camino racional y sensato».
Qin calificó a Taiwán como la primera «línea roja» que no debe cruzarse.
China y Taiwán se separaron en 1949 tras una guerra civil. El Partido Comunista de China continental afirma que la isla está obligada a unirse a China, por la fuerza si es necesario.
Washington no apoya públicamente ni la unificación ni la independencia formal de Taiwán, pero está obligado por ley federal a velar por que la isla disponga de medios para defenderse.
«Estados Unidos tiene una responsabilidad inquebrantable en el origen de la cuestión de Taiwán», declaró Qin.
Acusó al gobierno estadounidense de «faltar al respeto a la soberanía y la integridad territorial de China», al ofrecer a la isla apoyo político y suministrarle armas en respuesta a la amenaza de Pekín de utilizar la fuerza para ponerla bajo control chino.
«¿Por qué Estados Unidos pide a China que no proporcione armas a Rusia, mientras sigue vendiendo armas a Taiwán?». preguntó Qin.
En Taipei, el ministro de Defensa de Taiwán dijo que las fuerzas armadas no buscaban un conflicto abierto con los militares chinos, pero que tampoco retrocederían en caso de que aviones o barcos chinos entraran en el espacio aéreo o los mares costeros taiwaneses.
«Las fuerzas armadas de la nación tienen el deber de dar una respuesta adecuada», declaró Chiu Kuo-cheng a los legisladores.
Pekín también ha acusado a Occidente de «avivar el fuego» al proporcionar a Ucrania armamento para defenderse de la invasión rusa. China se declara neutral, pero antes de la invasión declaró que mantenía una amistad «sin límites» con Rusia. Se ha negado a criticar el ataque de Moscú o a calificarlo de invasión.
El llamamiento chino a un alto el fuego en Ucrania, que ha suscitado elogios por parte de Rusia pero descalificaciones por parte de Occidente, no ha hecho nada por reducir las tensiones. Funcionarios estadounidenses acusan a China de considerar la posibilidad de suministrar armas a Moscú para su uso en la guerra.
«Los esfuerzos por entablar conversaciones de paz se han visto socavados en repetidas ocasiones. Parece haber una mano invisible que empuja a la prolongación y la escalada del conflicto y utiliza la crisis de Ucrania para servir a una determinada agenda geopolítica», dijo Qin.
La reunión anual de la Asamblea Popular Nacional debe refrendar el nombramiento de un nuevo primer ministro y un nuevo gobierno elegidos por el Partido Comunista en un cambio que se produce una vez cada diez años.
También se espera que en la reunión se nombre a Xi para un tercer mandato en el cargo ceremonial de presidente chino, después de que en octubre rompiera con la tradición y se adjudicara a sí mismo un tercer mandato de cinco años como líder del partido gobernante, preparándose posiblemente para convertirse en líder vitalicio.
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