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Dictadura de Ortega abandona a sacerdote en la frontera y encarcela a otro periodista

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Dictadura de Ortega abandona a sacerdote en la frontera y encarcela a otro periodista

«Me metieron en una patrulla con dos policías y me llevaron a la frontera. Me hicieron cruzar y me dijeron que ahora estaba fuera del país y que ya no podía volver…».

Redacción | Primer Informe

Dos historias sobre los atropellos a los que se están acostumbrando los nicaragüenses por parte del régimen de Daniel Ortega, contra sacerdotes y periodistas, sucedieron durante esta pasada semana santa, demostrando la profundización del modelo autoritario en el país centroamericano.

La dictadura decidió prohibir las procesiones y las actividades religiosas en las calles. Según un reciente informe, en 2023 se prohibieron más de 3.000 procesiones de Semana Santa.

Según un informe publicado el 7 de abril por la ONG Monitoreo Azul y Blanco, al menos 15 nicaragüenses, en su mayoría opositores al régimen y fieles católicos, así como un periodista, fueron detenidos en Nicaragua por la policía durante la Semana Santa.

El padre Donaciano Alarcón, misionero claretiano, describió cómo las autoridades lanzaron acusaciones infundadas contra él, lo llevaron a la frontera con Honduras y lo abandonaron a su suerte.

«Me metieron en una patrulla con dos policías y me llevaron a la frontera. Me hicieron cruzar y me dijeron que ya estaba fuera del país y que no podía regresar más», relató el padre Alarcón a Radio Hogar de la Arquidiócesis de Panamá.

Actualmente, el sacerdote panameño se encuentra a salvo en la ciudad de San Pedro Sula, en Honduras, tras ser detenido por la policía del régimen el 3 de abril, lunes de Semana Santa, al término de la Misa Crismal.

El misionero trabajaba en la parroquia Nuestra Señora Auxilio de los Cristianos de la localidad de San José de Cusmapa en la Diócesis de Estelí.

El padre Alarcón dijo que los sacerdotes «han estado en una situación incómoda porque no pueden hablar de nada».

El sacerdote claretiano aseguró que nunca ha hablado «de política» porque no le interesa, pero «no me guardo de hablar del tema de la justicia en la misa de los domingos.»

El sacerdote panameño desmintió algunas versiones que aseguran que fue expulsado por realizar una procesión al aire libre o un Vía Crucis, expresiones de piedad popular prohibidas por la dictadura de Daniel Ortega en febrero de este año.

«No hice ninguna procesión porque estaban prohibidas y fui el primero en decirle a la gente que no se realizarían», dijo.

El padre Alarcón contó que la policía se presentó en la rectoría por la mañana y le advirtió de que tenía que «recordar las prescripciones» para Semana Santa dadas por el régimen.

«Les di un programa de dónde iba a estar durante la Semana Santa. Pero en la mayoría de las iglesias donde estuve, estaban fuera de la iglesia», dijo.

El sacerdote explicó que un día antes de ser expulsado, no celebró misa el Domingo de Ramos, sino que se había desplazado a otra capilla. En su lugar, había otro sacerdote que le ayudaba con la Semana Santa y que se encargaba de celebrar la misa.

«Fui a buscar un alba para la Misa Crismal (del Lunes Santo) en Estelí y entonces recibí un video en el que la gente se veía molesta. Parece que el sacerdote que estaba allí salió a bendecir las palmas a las puertas de la iglesia y el policía le dijo que no podía hacerlo. Cuando el sacerdote entró, la gente se enfadó y empezó a decirle cosas a la policía», explicó.

«A la mañana siguiente, cuando íbamos a la misa crismal, nos pararon bruscamente y me dijeron que me iban a expulsar del país. Dijeron que me iban a meter preso porque estaba incitando a la gente, que dedicaba todas las homilías a nuestro obispo Álvarez que está preso y organizaba el Vía Crucis», continuó.

Sin embargo, el padre Alarcón señaló a las autoridades que todo lo que se decía contra él era «mentira». No obstante, la policía le acusó de incitar a un «motín» en la iglesia.

«Era todo mentira, sólo fui a buscar mi alba y volví», subrayó.

«El policía me dijo que me estaba haciendo una advertencia. Pero fuimos a la misa crismal, íbamos a comer con mi compañero sacerdote y dos personas más, y me pidieron la documentación y me dijeron que tenía que acompañarles», relató.

Entonces, dijo que le obligaron a subir a una patrulla con dos policías y le llevaron a la frontera.

«Me hicieron cruzar y me dijeron que ahora estaba fuera del país y que ya no podía volver. No sabía qué hacer, así que busqué un sitio donde sentarme. Unas señoras me vieron y se lo conté. Me abrazaron, lloré un poco y me ayudaron a conseguir un teléfono para llamar a mi padre y me acogió una familia en San Marcos de Colón», relató.

El padre Alarcón señaló que, aunque la policía no empleó la fuerza, la forma en que le expulsaron fue «humillante».

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Asedio a la prensa

Por su parte las organizaciones que defienden la libertad de prensa y la libertad de expresión en Nicaragua exigen la liberación de Víctor Ticay, periodista nicaragüense que fue detenido por la dictadura el Jueves Santo tras publicar en las redes sociales información sobre un acto de Semana Santa.

El 7 de abril, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), con sede en Nueva York, exigió la liberación inmediata de Ticay y el fin de las detenciones de miembros de la prensa por hacer su trabajo.

Según informan varios medios de comunicación, la policía de la ciudad de Nandaime, en el suroeste de Nicaragua, detuvo al reportero del canal de televisión local Canal 10 en la mañana del Jueves Santo, 6 de abril.

Ticay fue detenido tras retransmitir en directo el 5 de abril una actividad religiosa en la página de Facebook de La Portada, un sitio local de noticias que dirige.

Según el sitio web Alertas Libertad de Prensa Nicaragua, tras su detención el vídeo fue borrado de la página.

Tras la detención del periodista, varios medios de comunicación informaron de que fue trasladado a la cárcel conocida como «El Chipote», donde la dictadura retiene actualmente a varios católicos, entre ellos sacerdotes.

Carlos Martínez de la Serna, director de programas del CPJ, señaló que «las autoridades deben liberar inmediatamente al periodista Víctor Ticay y poner fin a su implacable campaña de intimidación y amenazas contra la prensa para obligarla al silencio o al exilio.»

«El gobierno nicaragüense ha demostrado una vez más su falta de respeto al derecho a la libertad de expresión, en medio de un absurdo clima de censura total, que se extiende incluso a las actividades religiosas», añadió.

La Asociación de Periodistas y Locutores Independientes de Nicaragua también condenó la detención, calificándola de «arbitraria e ilegal». El grupo pidió la «liberación inmediata» del periodista.

Con información de National Catholic Register y Catholic News Agency.

 

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