El dilema que enfrenta EEUU con los yates incautados a los oligarcas rusos
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Las autoridades estadounidenses ahora no tienen los fondos adecuados para mantener este una lujosa embarcación de 225 pies de largo incautada a un oligarca ruso y pronto podrían subastarlo por una fracción de su precio.
Redacción | Primer Informe
El superyate Tango, propiedad del sancionado multimillonario ruso Viktor Vekselberg, se convirtió en el primer barco de lujo en ser incautado por una operación conjunta llevada a cabo por el FBI a pedido de las autoridades estadounidenses junto con Investigaciones de Seguridad Nacional y la Guardia Civil de España. Unas semanas después de ser incautado en Marina Real en Palma de Mallorca, España, las autoridades ahora encuentran difícil y muy costoso mantener el superyate cuyo valor se estima en $ 90 millones. Como resultado, el ultra lujoso superyate pronto podría salir a subasta y venderse como una ganga.
Según un informe de The Guardian, el superyate Tango de 77 metros fue incautado por el FBI y la policía española como parte de investigaciones sobre fraude, lavado de dinero y documentos falsos supuestamente utilizados para ocultar la propiedad de la embarcación para evitar sanciones. Aunque Vekselberg ya fue sancionado por EEUU en 2018, el multimillonario ruso nacido en Ucrania usó «pagos en dólares estadounidenses a través de bancos estadounidenses» para comprar y mantener el barco, según el Departamento de Justicia. Sin embargo, ahora que el activo ha sido incautado al rico oligarca ruso, la responsabilidad de su mantenimiento recae en el Servicio de Alguaciles de EEUU.
Generalmente, el costo anual de funcionamiento y mantenimiento de un superyate es cercano al 10% de su precio, que ronda los $9 millones en el caso del Tango. Sin embargo, el costo de mantener una embarcación de lujo en condiciones de navegar aumenta considerablemente si permanece amarrada durante un período prolongado. Lo que esto significa es que incautar el Tango ahora se ha convertido en una carga mayor para la agencia federal, que tendrá que usar el dinero de los impuestos para pagar la factura de mantener el superyate en las mismas condiciones en que estaba cuando fue incautado. “Si el mantenimiento y el almacenamiento se vuelven prohibitivamente costosos, el gobierno puede ir a la corte y decir, ‘queremos vender esto y reducirlo a efectivo’”, dijo a The Daily Beast Stefan Cassella, exfiscal federal y experto en lavado de dinero.
De hecho, si el superyate no se vende para convertirlo en un activo líquido, podría terminar en el desguace donde tendrá que ser desmantelado por piezas para pagar los costos ya incurridos. Un Bugatti se puede guardar debajo de una lona en un garaje hasta que se concluya un caso”, dice un oficial de la ley federal. “No se puede decir lo mismo de un yate que tiene la longitud de un campo de fútbol”.
Sin embargo, hay un gran problema al subastar el superyate. Es un hecho bien conocido que muchos de los compradores de superyates masivos son oligarcas y empresarios rusos que han sido incluidos en la lista de sanciones o que se han visto gravemente afectados por la guerra de Ucrania. Como resultado, el mercado de yates de lujo está en ruinas y sería una tarea muy difícil para las autoridades obtener un buen dinero vendiendo Tango.
El espectacular súper yate Tango
Aunque el Tango no es tan grande como algunos de los gigantescos superyates propiedad de otros oligarcas rusos como el Eclipse y el Sailing Yacht A, sigue siendo un barco de lujo impresionante. Con 77,7 metros de eslora, Tango es el yate número 189 más largo del mundo. Construido en los Países Bajos por Feadship, el superyate se entregó en 2011 y desde entonces ha sido propiedad de Viktor Vekselberg, navegando bajo la bandera de las Islas Cook. El elegante diseño de la embarcación incluye una sorprendente combinación de un casco blanco con una superestructura azul y gris metálico, que fue realizado por Harrison Eidsgaard, quien también diseñó el interior. De hecho, Tango también fue el ganador de los World Superyacht Awards 2012.
El diseño interior y el exterior del superyate están envueltos en secreto, pero puede acomodar hasta 14 invitados en 7 cabinas ultra lujosas, según Superyachtfan. El buque requiere una tripulación de 22 personas para operar. Algunas de las comodidades principales incluyen una cubierta privada para el propietario con un área de asientos en la popa, un camarote de manga completa y un estudio separado, junto con una piscina de contraflujo, un cine al aire libre y un salón de belleza/masajes.
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¿Quién es Viktor Vekselberg?
Viktor Vekselberg es un oligarca ruso-chipriota nacido en Ucrania de 65 años cuyo patrimonio neto se estima en cerca de $ 10 mil millones, según Forbes, lo que lo convierte en la 262 persona más rica del mundo.
Después de graduarse del Instituto de Ingeniería de Transporte de Moscú en 1979, Vekselberg trabajó como ingeniero y gerente de investigación en un fabricante de bombas de propiedad estatal. Su andadura como empresario comenzó cuando comenzó a vender chatarra de cobre de cables desgastados; más tarde, compró varias fundiciones de aluminio de tamaño mediano y minas de bauxita y las unió en Saul Holding en 1996.
Hoy, es propietario y presidente de Renova Group, un conglomerado ruso que tiene intereses en aluminio, petróleo, energía, telecomunicaciones y una variedad de otros sectores. Tiene estrechos vínculos con el Kremlin y Putin también le ha encargado que supervise proyectos para modernizar la economía rusa. Vekselberg también posee una gran colección de arte, incluidos nueve huevos de Fabergé que compró a la familia Forbes por 100 millones de dólares.
Con información de Luxury Launches.
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