Los escandalosos viajes de la hija de Putin y su ejército de guardaespaldas por Europa
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Esta investigación conjunta del socio ruso del OCCRP, IStories, en colaboración con la revista alemana Der Spiegel, muestra cómo la hija de Vladímir Putin -cuya identidad ni siquiera reconoce públicamente- ha parecido utilizar recursos del Estado como propios.
Redacción | OCCRP
En abril de 2018, un grupo de oficiales del Servicio de Seguridad Presidencial de Rusia aterrizó en el aeropuerto internacional de Múnich.
Permanecieron en Múnich durante un mes, alojándose en cuatro hoteles diferentes, incluido el Hotel an Der Oper, de cuatro estrellas, cerca del Teatro Nacional de Múnich. El grupo se reforzó con otras llegadas desde Moscú hasta llegar a los 12 integrantes. A mediados de mayo, tras completar su misión, el último de los oficiales voló de vuelta a Rusia.
El presidente ruso Vladimir Putin no estaba cerca de Alemania en ese momento. Entonces, ¿qué podría explicar esta afluencia masiva de oficiales de seguridad rusos?
Resulta que el servicio de seguridad presidencial estaba en Múnich para proteger a otra persona: Una de las hijas de Putin.
Justo cuando los hombres llegaron, un lujoso avión de negocios Gulfstream G650 también aterrizó en la ciudad. El mismo día que partieron, un mes más tarde, el mismo jet voló de vuelta a Moscú. A bordo se encontraba el bebé de Katerina Tikhonova, el nombre utilizado por la hija de Putin, y presumiblemente la propia Tikhonova.
Los detalles de sus viajes, y los de los oficiales que la acompañaban, se conocen gracias a los correos electrónicos filtrados de la bandeja de entrada de Alexei Skripchak, uno de los guardaespaldas asignados a Tikhonova.
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Este archivo de correos electrónicos contiene reservas de hotel para Tikhonova y sus guardias, copias de pasaportes y otros documentos. Junto con los datos de los pasajeros de los vuelos obtenidos por los reporteros, esta información muestra que se hicieron más de 90 reservas para cientos de habitaciones de hotel para viajes a Alemania y otros destinos extranjeros entre 2016 y 2020. Además de Múnich, viajó a Suecia, Milán, Londres e incluso a Dubái.
Esta investigación conjunta del socio ruso del OCCRP, IStories, en colaboración con la revista alemana Der Spiegel, muestra cómo la hija de Vladímir Putin -cuya identidad ni siquiera reconoce públicamente- ha parecido utilizar recursos del Estado como propios.
Entre ellos, el avión que utilizó, que pertenecía a una empresa estatal desde 2018. Y aunque los documentos no indican cómo se pagaron los viajes, al menos los sueldos de los agentes de seguridad -generalmente entre siete y diez hombres a la vez- se pagaron con el presupuesto estatal. Todo ello a pesar de que, según la legislación rusa, los miembros de la familia del presidente sólo deben ser protegidos por sus guardaespaldas cuando viven o viajan con él.
Kush Amin, especialista legal de Transparencia Internacional, describió el uso de los recursos del gobierno por parte de Tikhonova como un «comportamiento corrupto».
«Sería completamente antiético, en términos de los fondos que se utilizan, para el pago de la hija del funcionario … [y] para que los guardaespaldas se queden con ella», dijo. «Eso requeriría obviamente un desembolso de fondos públicos».
Estos viajes tuvieron lugar antes de la reciente invasión rusa de Ucrania y las subsiguientes sanciones. Pero muestran que la hija del presidente pasó un tiempo considerable en Europa, incluso cuando los altos funcionarios rusos tronaban contra la decadencia de Occidente. En 2020, uno de los funcionarios de seguridad más influyentes del país, el secretario del Consejo de Seguridad, Nikolai Patrushev, denunció el «individualismo, el egoísmo, el culto al placer [y] el consumo desenfrenado» de Occidente. Más recientemente, el propio Putin denunció a los rusos que «se ubican [en Occidente] mentalmente» como traidores nacionales.
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En el momento en que Putin hizo esos comentarios, en marzo de 2022, un ruso llamado Igor Zelensky seguía trabajando como director del Ballet Estatal de Baviera, que actúa en el Teatro Nacional, a pocos pasos del hotel que utilizaban los guardias de Tikhonova. Él fue el motivo de los viajes de Tikhonova a Múnich: Como revelaron IStories y Der Spiegel a principios de este año, Zelensky, que no es pariente del presidente ucraniano, mantiene una relación con la hija del presidente ruso. (Se desconoce si están oficialmente casados, pero la hija de la pareja tiene el patronímico «Igorevna», derivado del nombre de pila de Zelensky).
Zelensky no dejó su puesto hasta abril de este año, alegando «motivos familiares privados» para su marcha.
Para visitarle, Tikhonova y su séquito volaron a Múnich casi todos los meses, a veces con sólo unos días entre viajes, durante un periodo de varios años. Aparentemente, no se esforzaba en disimular sus viajes, volando con su nombre conocido públicamente y utilizando un visado Schengen expedido por Italia.
Según las fuentes de Der Spiegel, no fue hasta 2019 cuando los servicios de seguridad alemanes se enteraron de sus visitas.
«En realidad, nos hubiera gustado saberlo [antes]», dijo un alto funcionario de Berlín a Der Spiegel.
Una vez que finalmente se señaló una próxima visita de Tikhonova, varios de los pasaportes utilizados por sus guardias despertaron sospechas: Uno había solicitado un visado de turista a pesar de viajar en misión oficial; otro tenía dos pasaportes con fechas de nacimiento diferentes. Pero los servicios de seguridad no supieron mucho más, aparte del hecho de que Tikhonova se desplazaba por Baviera en pesadas limusinas.
Tikhonova también viajó a otros países europeos. A finales de mayo de 2016, Skripchak, el oficial de seguridad presidencial cuyos correos electrónicos se filtraron, le reservó una estancia de dos noches en el Hotel Continental Relax & Spa de la ciudad portuaria sueca de Halmstad. El día anterior a su llegada a Suecia, siete agentes de seguridad rusos se registraron en un hotel situado a unos 5 kilómetros de distancia. Al día siguiente, otros tres guardaespaldas llegaron junto a ella.
En marzo de 2017, Tikhonova pasó dos noches en Londres. Skripchak reservó seis habitaciones de hotel, tres para seis guardias de seguridad y tres a su nombre, presumiblemente para Tikhonova y quien viajara con ella.
Mientras tanto, los viajes a Múnich continuaron. Pero a principios de 2020, Tikohnova aparentemente decidió mudarse con su pareja de forma más permanente. En octubre de 2019, Skripchak recibió un correo electrónico con el asunto «Mudanza a Alemania». En él, el representante de una empresa de logística explicaba cómo rellenar correctamente un inventario de bienes transportados.
En apoyo de esta tesis está el hecho de que Skripchak dejó de reservar hoteles en Múnich y otras ciudades extranjeras. Entre octubre de 2020 y enero de 2022, el guardia de seguridad de Tikhonova solo reservó habitaciones de hotel en siete ocasiones, todas ellas en Rusia y en la Crimea ocupada por Rusia. Los correos electrónicos de Skripchak no tienen datos sobre quién pagó los viajes de Tikhonova, aunque es probable que sus guardaespaldas fueran pagados con el presupuesto estatal ruso.
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Pero algunos de los otros costes pueden haber sido asumidos por otros. El avión Gulfstream G650 que utilizó pertenecía originalmente a Gennady Timchenko, viejo amigo de Putin y uno de los principales exportadores de petróleo de Rusia.
Como informó el periódico ruso Vedomosti, la empresa de Timchenko había comprado este avión «específicamente para el placer del presidente ruso». Según el informe, los jets de la compañía incluso llevaban el labrador mascota de Putin.
En 2018, el avión fue adquirido por el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF), una empresa estatal dirigida por Kirill Dmitriev, un hombre con antiguas conexiones con la familia Putin.
Pero aunque fue invitado a la boda de Tijonova y su ex marido, Kirill Shamalov, su relación con los Putin no era solo personal.
Por ejemplo, iStories informó anteriormente de los documentos confidenciales con Shamalov sobre los futuros acuerdos de su fondo de inversión con empresas públicas, información privilegiada cuya divulgación es ilegal, pero que puede valer una fortuna.
El avión de RDIF no fue el único avión de negocios que voló Tikhonova. También parece haber utilizado un avión Bombardier con el número de cola M-FINE. Este avión de negocios es propiedad de una empresa offshore que pertenece a Aleksey Repik, un conocido empresario ruso y fundador de la empresa farmacéutica R-Pharm.
En 2021, esta empresa fue supuestamente una de las mayores receptoras de contratos estatales de medicamentos en Rusia y también produjo la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V. Aunque anteriormente fue investigada por la agencia antimonopolio del país por prácticas anticompetitivas, incluida la colusión con el Ministerio de Sanidad, ni la empresa ni Repik se han enfrentado a ninguna consecuencia grave.
Los correos electrónicos filtrados de Skripchak no contienen información sobre si alguien pagó por el uso de este avión. Un representante de R-Pharm escribió que el jet había sido vendido hace tiempo y negó que hubiera sido utilizado por Tikhonova o algún miembro de su familia. Cuando se le notificó que los periodistas tenían una lista de pasajeros del avión que incluía al hijo pequeño de Tikhonova, la empresa no envió ninguna otra respuesta.
Ni la hija de Putin ni ninguna otra persona mencionada en esta historia respondió a las solicitudes de comentarios.
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Esta investigación fue publicada por OCCRP, con el título ‘As Russia Condemned the West, Putin’s Daughter — And an Army of Bodyguards — Made Dozens of Trips to Europe‘.
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