ANÁLISIS de Marco Rubio: Bandas venezolanas exportan a EEUU miedo y brutalidad del más alto nivel
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«Biden debe designar a la banda venezolana Tren de Aragua como organización criminal», exige el legislador republicano Marco Rubio.
Marco Rubio | Fox News
El estrangulamiento de un policía jubilado en el condado de Miami-Dade. La paliza pública a las fuerzas del orden de Nueva York en Times Square. El tráfico sexual de cinco mujeres en los suburbios de Indianápolis. Estos crímenes tuvieron lugar a cientos de kilómetros de distancia unos de otros, pero están unidos por su depravación y por la sádica banda que presuntamente los cometió: el Tren de Aragua.
No se trata de un grupo surgido de la noche a la mañana. Los venezolanos-estadounidenses de Miami-Dade llevan tiempo advirtiendo sobre el Tren de Aragua. Estos delincuentes son originarios de Venezuela, pero abandonaron su patria y pasaron los últimos años sembrando el miedo y la inestabilidad en Chile y Perú, y sembrando el caos absoluto en Brasil, Ecuador y Colombia. Están especializados en extorsiones, secuestros, asesinatos, esclavitud sexual y tráfico de drogas.
Ahora, gracias a una frontera sur abierta, el Tren de Aragua se está instalando en ciudades estadounidenses. El Presidente Joe Biden debe movilizar recursos federales para combatir a esta banda antes de que arraigue más profundamente en nuestras comunidades. Esto significa designarla Organización Criminal Transnacional (TCO). Me acompaña en esta llamada la representante María Elvira Salazar, republicana de Florida, así como otros 21 miembros del Congreso.
No hay tiempo que perder, porque los muy publicitados delitos del Tren de Aragua son sólo la punta del iceberg. Sus «apuñalamientos, asaltos y robos» están aumentando en varias áreas metropolitanas. Además, el FBI teme que los líderes de la banda estén formando una alianza con la Mara Salvatrucha (MS-13), la pesadillesca banda salvadoreña famosa por decapitar a cuatro adolescentes de Long Island en 2017.
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Esto es lo que ocurre cuando se libera a un número incalculable, probablemente millones, de inmigrantes ilegales. Pero ahora no es el momento de agachar la cabeza desesperados. El presidente Biden debe dar marcha atrás inmediatamente y hacer cumplir la ley para limitar las consecuencias de su imprudencia.
En concreto, la designación del Tren de Aragua como TCO facultaría al gobierno federal para imponer sanciones a la banda y a sus miembros mediante la congelación de sus activos y la restricción de sus viajes. También instaría a las agencias federales a dar prioridad al Tren de Aragua. El FBI, la Administración para el Control de Drogas y el Departamento de Seguridad Nacional aumentarían su colaboración entre sí y con socios internacionales para investigar y desmantelar a estos invasores criminales.
¿Sería alguno de estos cambios una bala de plata? No. Pero nos pondrían en la dirección correcta. Si no actuamos, existe una posibilidad muy real de que nuestras ciudades empiecen a parecerse a las comunidades latinoamericanas en las que el Tren de Aragua subió al poder: lugares donde la gente no sale de noche, la extorsión forma parte de la vida cotidiana y el miedo a la brutalidad, en lugar del respeto por la ley y el orden, gobierna las calles.
Un resultado así debería ser intolerable para todos los responsables políticos estadounidenses, y no menos para nuestro comandante en jefe. Por el bien de todas las víctimas inocentes del Tren de Aragua, pasadas, presentes y futuras, insto al presidente Biden a que siga el consejo del Congreso y detenga el avance de esta banda.
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