INFORME: Estos son los escenarios de negociar con Nicolás Maduro

A diferencia de las anteriores exigencias maximalistas, Washington y algunos grupos de la oposición y de la sociedad civil venezolana persiguen un cambio gradual dentro del régimen madurista.
Redacción | Primer Informe
La frágil recuperación económica y los cambios en la geopolítica han reforzado a Nicolás Maduro, creando al mismo tiempo condiciones más favorables para las negociaciones entre Estados Unidos y sus opositores políticos internos.
Las estrategias para desafiar al líder autoritario también han cambiado. A diferencia de las anteriores exigencias maximalistas, Washington y algunos grupos de la oposición y de la sociedad civil venezolana persiguen un cambio gradual, una estrategia que tiene más posibilidades de éxito.
No obstante, la liberalización política en forma de elecciones libres y justas parece todavía una posibilidad remota.
Maduro parece estar con más fuerza que en el pasado reciente. Esto sugiere tres trayectorias para las negociaciones.
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Alivio limitado de las sanciones
El escenario más probable en los próximos 12-18 meses es que las negociaciones resulten en concesiones limitadas por parte del régimen. Maduro quiere que se levanten las sanciones, pero puede seguir sobreviviendo incluso con ellas, especialmente si los precios de la energía siguen siendo altos.
En este escenario, se relajarían algunas sanciones y restricciones comerciales como requisito previo para liberar a los presos políticos, permitir la entrada de ayuda humanitaria en el país (por ejemplo, la participación del Programa Mundial de Alimentos y de las Naciones Unidas) y permitir la financiación extranjera para aliviar la crisis eléctrica.
A Chevron se le concedería una licencia y entraría en negociaciones con el gobierno de Maduro, aunque no se le autorizará a perforar o exportar petróleo venezolano.
Alivio total de las sanciones
Un escenario menos probable es aquel en el que el gobierno de Estados Unidos alivia totalmente las sanciones y el régimen de Maduro capitula en temas significativos de disputa con Estados Unidos y la oposición democrática.
El director principal del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, Juan González, ha reiterado que Estados Unidos sólo consideraría tomar tales medidas si se le conceden concesiones significativas por parte del gobierno de Maduro. Esto estaría condicionado, por ejemplo, a la liberación de más ciudadanos estadounidenses retenidos por el régimen y a compromisos más amplios por parte de Maduro, no sólo para reanudar las negociaciones con la oposición, sino para mostrar avances hacia unas elecciones libres y justas.
Esto es ciertamente una posibilidad, pero menos probable dada la posición fortalecida del régimen. Sin embargo, si se produjera, múltiples actores se beneficiarían, dependiendo del grado de concesiones otorgadas: el pueblo venezolano disfrutaría de un alivio humanitario, el gobierno venezolano evitaría tener que sortear las sanciones y Estados Unidos podría contar con el petróleo venezolano.
Una normalización de las relaciones comerciales favorecería la importación de petróleo venezolano a las refinerías estadounidenses. En este escenario, Chevron tomaría el control operativo de sus cuatro empresas conjuntas en el país junto a la petrolera estatal venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA). Aunque gran parte de los ingresos se destinarían a pagar la deuda de 1.000 millones de dólares que el madurismo tiene con la compañía, las regalías son actualmente del 33%. Esto proporcionaría al régimen más recursos.
Ruptura del régimen
El resultado menos probable es el colapso del régimen y la restauración de la democracia, independientemente del estado de las sanciones internacionales. Maduro apenas sobrevivió a las amenazas a su gobierno en 2019 y 2020 y ha protegido hábilmente su administración a través de una combinación de represión y clientelismo. Una modesta liberalización económica le ha dado un mayor respiro. Las continuas sanciones internacionales sobre el petróleo y el gas rusos y los altos precios de la energía a nivel mundial sólo ayudarán a fortalecer aún más el régimen.
También hay menos presión regional sobre Maduro ahora que en cualquier momento desde que llegó al poder en 2013, y hay indicios de una normalización de las relaciones procedentes de Europa también.
Como resultado, tanto la oposición democrática como Estados Unidos descubrirán que la presión internacional sobre el régimen ya no es una opción plausible. Ello reforzará el enfoque gradual que han adoptado ahora, y frustrará la posibilidad de un gran avance político, como la celebración de elecciones limpias en 2024.
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Lea el análisis completo en inglés publicado por GIS REPORTS y firmado por John Polga-Hecimovich, haciendo click aquí.
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