Reportaje

A pesar de la crisis y el caos Caracas es la ciudad codiciada por venezolanos del interior

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A pesar de la crisis y el caos Caracas es la ciudad codiciada por venezolanos del interior

Muchos son los problemas que viven día a día los venezolanos, pero dentro del país se vive una realidad y es que los que habitan en el interior de la geografía aún ven a Caracas como el paraíso dentro del desastre.

(Primer Informe)

En un trabajo fotográfico realizado por el portal El País, se puede apreciar las peripecias que debe atravesar un venezolano para buscar mejor calidad de vida, en un territorio convulsionado por la falta de luz, agua, gas y otros tantos servicios básicos que se convirtieron en un lujo.

Caracas, la ciudad para los venezolanos que huyen del caos

Triztan Rodríguez, de 21 años, se prepara para salir a trabajar en Caracas (Venezuela). Sin dinero para irse del país, escapó a la capital del caos desatado por meses de apagones en Maracaibo, su ciudad natal.
Triztan Rodríguez, de 21 años, se prepara para salir a trabajar en Caracas (Venezuela). Sin dinero para irse del país, escapó a la capital del caos desatado por meses de apagones en Maracaibo, su ciudad natal.

 

Los racionamientos eléctricos de 12 horas diarias, o más, han colapsado los servicios y la actividad económica de la ciudad petrolera de Venezuela. En la imagen, Triztan Rodríguez camina junto a su madre por una calle de Maracaibo (Venezuela).
Los racionamientos eléctricos de 12 horas diarias, o más, han colapsado los servicios y la actividad económica de la ciudad petrolera de Venezuela. En la imagen, Triztan Rodríguez camina junto a su madre por una calle de Maracaibo (Venezuela).

 

Antes de iniciar su viaje hacia Caracas, Triztan hizo maletas guiado por la luz del móvil, saboreando el placer de dormir una noche completa, algo imposible en Maracaibo con apagones, temperaturas de 40 grados y el acoso de mosquitos transmisores de dengue.
Antes de iniciar su viaje hacia Caracas, Triztan hizo maletas guiado por la luz del móvil, saboreando el placer de dormir una noche completa, algo imposible en Maracaibo con apagones, temperaturas de 40 grados y el acoso de mosquitos transmisores de dengue.

 

El 16 de agosto la luz no regresó a Maracaibo para despedir a Triztan y su madre. En medio del corte eléctrico que ya es parte de la normalidad de la ciudad, emprendieron su viaje a la capital con las maletas que les permitía el pasaje en bus.
El 16 de agosto la luz no regresó a Maracaibo para despedir a Triztan y su madre. En medio del corte eléctrico que ya es parte de la normalidad de la ciudad, emprendieron su viaje a la capital con las maletas que les permitía el pasaje en bus.

 

Un coche recorre una calle a oscuras por un apagón de luz en Maracaibo (Venezuela). 693 kilómetros separan lo que parecen ser dos países distintos dentro del propio territorio nacional. "Caracas es el lugar donde hay agua y luz", explica Luis Vicente León, de la firma Datanálisis.
Un coche recorre una calle a oscuras por un apagón de luz en Maracaibo (Venezuela). 693 kilómetros separan lo que parecen ser dos países distintos dentro del propio territorio nacional. «Caracas es el lugar donde hay agua y luz», explica Luis Vicente León, de la firma Datanálisis.

 

Triztan Rodríguez y su madre, Griselda González, compran un billete para su viaje de 14 horas en carretera hasta Caracas. "(Triztan) Vivía deprimido, llegó a decirme que se quería morir", relata Griselda sobre su hijo, con quien migró a la capital.
Triztan Rodríguez y su madre, Griselda González, compran un billete para su viaje de 14 horas en carretera hasta Caracas. «(Triztan) Vivía deprimido, llegó a decirme que se quería morir», relata Griselda sobre su hijo, con quien migró a la capital.

 

El reflejo de la tía de Triztan se ve en el retrovisor del coche en camino a la estación de buses. Quienes se mudan lo hacen porque "tienen un ancla económica o familiar" y evitan seguir el camino de los 3.6 millones que emigraron desde 2016, de acuerdo con el analista Luis Vicente León.
El reflejo de la tía de Triztan se ve en el retrovisor del coche en camino a la estación de buses. Quienes se mudan lo hacen porque «tienen un ancla económica o familiar» y evitan seguir el camino de los 3.6 millones que emigraron desde 2016, de acuerdo con el analista Luis Vicente León.

 

Triztan se prepara para subir al bus y dejar atrás la ciudad fantasma en la que se ha convertido Maracaibo. Calles sucias y dañadas, comercios cerrados, escasez de gasolina y transporte público, semáforos apagados y carros viejos atestiguan la postración de la otrora pujante capital petrolera, donde el calor húmedo asfixia.
Triztan se prepara para subir al bus y dejar atrás la ciudad fantasma en la que se ha convertido Maracaibo. Calles sucias y dañadas, comercios cerrados, escasez de gasolina y transporte público, semáforos apagados y carros viejos atestiguan la postración de la otrora pujante capital petrolera, donde el calor húmedo asfixia.

 

Griselda González ha residido en Caracas durante dos años. Ahora regresó a Maracaibo para reunirse con su hijo y viajar con él hasta la capital. Solo durante el mes de marzo, los apagones eléctricos que afectaron la ciudad zuliana dieron pie al saqueo de 500 negocios.
Griselda González ha residido en Caracas durante dos años. Ahora regresó a Maracaibo para reunirse con su hijo y viajar con él hasta la capital. Solo durante el mes de marzo, los apagones eléctricos que afectaron la ciudad zuliana dieron pie al saqueo de 500 negocios.

 

"Caracas muestra una normalidad increíble, es como otro país, siento como si hubiese emigrado", cuenta Ana Parra, otra joven oriunda de Maracaibo, politóloga de 22 años, que se trasladó hasta la capital luego de haber pasado siete meses sin servicio de agua, además de los cortes de energía cotidianos. En la imagen, una vista general del casco histórico de Caracas desde el Museo Histórico Militar en el barrio popular 23 de Enero.
«Caracas muestra una normalidad increíble, es como otro país, siento como si hubiese emigrado», cuenta Ana Parra, otra joven oriunda de Maracaibo, politóloga de 22 años, que se trasladó hasta la capital luego de haber pasado siete meses sin servicio de agua, además de los cortes de energía cotidianos. En la imagen, una vista general del casco histórico de Caracas desde el Museo Histórico Militar en el barrio popular 23 de Enero.

 

La aparente normalidad caraqueña, interrumpida por cortes esporádicos que paralizan el metro, su principal medio de transporte, incluye una mayor oferta de productos que hace olvidar estantes vacíos. Aún así, el especialista Jorge Aguilar advierte que de continuarse el éxodo a la capital la ilusión de "normalidad" será efímera: "Si le metemos más gente a Caracas habrá más racionamientos por el estrés del sistema". En la fotografía, Triztan en el andén de metro de la estación Chacao.
La aparente normalidad caraqueña, interrumpida por cortes esporádicos que paralizan el metro, su principal medio de transporte, incluye una mayor oferta de productos que hace olvidar estantes vacíos. Aún así, el especialista Jorge Aguilar advierte que de continuarse el éxodo a la capital la ilusión de «normalidad» será efímera: «Si le metemos más gente a Caracas habrá más racionamientos por el estrés del sistema». En la fotografía, Triztan en el andén de metro de la estación Chacao.

 

Triztan quedó desempleado luego de que uno de los 500 saqueos de marzo afectara el supermercado donde llevaba apenas dos días trabajando en Maracaibo. En Caracas, encontró empleo en una cadena de pizzería ubicada en uno de los centros comerciales que mantiene en pie el comercio de la ciudad. Su salario, que aún no cobra, se devaluó 32% en la primera semana de trabajo.
Triztan quedó desempleado luego de que uno de los 500 saqueos de marzo afectara el supermercado donde llevaba apenas dos días trabajando en Maracaibo. En Caracas, encontró empleo en una cadena de pizzería ubicada en uno de los centros comerciales que mantiene en pie el comercio de la ciudad. Su salario, que aún no cobra, se devaluó 32% en la primera semana de trabajo.

 

"Mi calidad de vida ha mejorado, a Maracaibo no regreso", explica Triztan, aliviado pese a vivir ahora en una de las capitales más violentas de Latinoamérica.
«Mi calidad de vida ha mejorado, a Maracaibo no regreso», explica Triztan, aliviado pese a vivir ahora en una de las capitales más violentas de Latinoamérica.

Fotos: MATIAS DELACROIX AFP

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