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Destapan la olla de los negocios de Vladimir Padrino

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Destapan la olla de los negocios de Vladimir Padrino

El 26 de marzo de 2020, el general Padrino fue acusado por una corte del distrito de Columbia, de supuestamente aceptar sobornos para permitir que aeronaves usaran el espacio aéreo venezolano para transportar cocaína a los Estados Unidos. Pero muchos de sus negocios siguen operando en el “Imperio” esperando ser sancionados.

OCCRP *| Reportaje Especial

Como jefe del Ejército Bolivariano de Venezuela, el general Vladimir Padrino López es un socialista firme, listo para defender al gobierno de su país, que se define como revolucionario y antimperialista.

Pero en privado también es -secretamente- un capitalista exitoso.

Una investigación de OCCRP (Organized Crime and Corruption Reporting Project) muestra que Padrino, de 56 años, está vinculado a través de su esposa y otros miembros de su familia con un entramado de empresas y bienes raíces valoradas en millones de dólares en Estados Unidos y Venezuela.

OCCRP encontró que una de estas compañías es Trámites Consulares, Inc., registrada en Texas en 2010, ocho años antes de que Washington impusiera sanciones al general Padrino y 10 años antes de que lo acusara por “conspiración con otros para distribuir cocaína”.

La oficina está situada en un insípido parque empresarial de Sunrise, al norte de Miami, en Florida. La entrada de la compañía es una puerta de cristal, detrás de la cual hay un lobby con afiches turísticos de Venezuela.

Trámites Consulares promociona la gestión de prórrogas de pasaporte y traducciones, e incluso se dirige a quienes buscan asilo político en Estados Unidos.

En 2019 organizó un taller sobre cómo solicitar refugio para quienes escapan de la persecución violenta que ejerce el mismo gobierno al que sirve Padrino.

El pasaporte venezolano es cada vez más difícil de obtener en un país en el que un devastador colapso económico y social ha obligado a huir a más de 4.6 millones de personas desde 2016.

Como directora de Trámites Consulares figura la exconcursante de Miss Venezuela y prima del general, Ludmila Padrino Valderrama. Ella también es socia de Prinmaplast, C.A., una compañía de pintura cuya directora era la esposa de Padrino López, Yarazedt Betancourt. Además, ambas empresas comparten la misma dirección en Caracas.

Ahora, la fábrica de pintura Prinmaplast está abandonada. Ubicada en la zona industrial de la ciudad de Charallave, a 45 minutos en auto de Caracas. Una estrecha carretera cubierta de arbustos lleva al edificio de un solo piso, rodeado de paredes de hormigón coronadas con carretes de alambre de púas.

“Ha estado cerrada durante uno o dos años”, dijo un guardia sin camisa. “Pertenece a una señora que vive en Estados Unidos”. El vigilante dijo no saber el nombre.

En los documentos obtenidos de registros públicos, no solo destaca Yarazedt Betancourt como directora, sino también aparecen otros familiares del general Padrino.

El 80 % de las acciones de Prinmaplast pertenecen a tres empresas: Unicorp Corporation, Jemyl Corporation y Desmoines Finance. Las dos últimas están vinculadas a Jesús María Padrino Renaud, tío de Vladimir Padrino López y al igual que la fábrica de pinturas han sido dirigidas por la esposa del general, Yarazedt.

A partir de 2004, la compañía tuvo acceso a dólares preferenciales a través de Cadivi, con el fin de importar materias primas para fabricar pinturas, pigmentos y otros productos.

Cadivi fue creado por el presidente Hugo Chávez en 2003. A través de este organismo, las empresas seleccionadas podían comprar dólares a bajo precio para sus importaciones. Pero el esquema rápidamente se corrompió a través de sobornos, sobreprecio, importaciones ficticias y otras irregularidades. Algunos beneficiarios cambiaban esos dólares en el mercado negro con un enorme margen de ganancia.

Los registros muestran que Prinmaplast recibió a través Cadivi cerca de 4 millones de dólares entre 2004 y 2012. La mayoría de sus importaciones provenían de Estados Unidos, según la base de datos de comercio exterior Import Genius.

Yarazetd Betancourt se vinculó con Prinmaplast en 2003, el mismo año en que se creó Cadivi. Esto no es casual. En una carta publicada por Ludmila Padrino ella explica que la incorporaron ex profeso: “…su esposa (de Vladimir Padrino) formó parte de la directiva de nuestra empresa en el año 2003 – 2004 y la razón de eso (es) muy simple, todos los socios y directivos habían firmado a favor del Referendo Revocatorio de Hugo Chávez y en vista de que se nos negaba el derecho a los dólares preferenciales que necesitábamos para pagar nuestras importaciones…decidimos nombrar en la directiva a alguien que no hubiera firmado a favor del revocatorio”.

Sin embargo, según los registros de la empresa, Betancourt era parte de la empresa en 2009.

La ley contra la corrupción que rige en Venezuela dice que ningún funcionario público de manera directa, o a través de otra persona vinculada, puede aprovecharse de su cargo o influencia, para obtener una ventaja o un beneficio personal, para sí mismo o para un tercero.

Puede que Prinmaplast no haya cambiado ilegalmente sus dólares preferenciales. Es posible que todo el dinero haya sido utilizado legalmente para comprar e importar materiales. Pero las severas restricciones en el acceso a la información en Venezuela hacen imposible determinar si los beneficios de la compañía de pintura eran legítimos o no, o si fueron canalizados hacia otros intereses.

A finales de 2013, Maduro nombró a Padrino en una comisión para investigar Cadivi y el sistema de dólares preferenciales. Más de seis años después, los hallazgos aún no se han hecho públicos.

En familia

La laberíntica red de negocios que la familia de Padrino construyó incluye 24 compañías en Estados Unidos y Venezuela, así como por lo menos 14 propiedades avaluadas en 4.5 millones de dólares en Florida y Texas.

Padrino Renaud, el tío del general, tiene una casa en el condado de Broward, en Florida, con un terreno de más de 5.000 metros cuadrados, que compró por 635.000 dólares.

Su hija, Ludmila Padrino y dueña de Trámites Consulares, posee una casa en Houston, Texas, valorada en más de 500.000 dólares. Su otra hija, Janet Padrino, tiene una casa que vale más de 500.000 dólares en Weston, al norte de Miami, cercana de la empresa que ofrece sus servicios a solicitantes de asilo de Venezuela. Diez de las propiedades de la familia están registradas a nombre de tres de sus compañías: Brisana LLC, Urtaris Realty Group y Majalud LLC. El valor total de estas es de más de 2,2 millones de dólares.

Según la base de datos empresarial Buzzfile, se estima que cinco de las empresas estadounidenses de la familia del general Padrino generaron ingresos anuales de un poco más de 700.000 dólares. No había información sobre las otras compañías.

OCCRP contactó por correo electrónico a todos los familiares del general Padrino en Estados Unidos, pero no recibió respuesta. Sin embargo, en 2019 varios parientes del general, incluidos Ludmila, Jesús María y Janet, publicaron un video en el que se distancian y lo increpan públicamente: “¿Cuál será tu legado, primo? ¿Será basado en la promesa que un día nos hiciste de mantenerte como un soldado institucional al servicio de la voluntad de la inmensa mayoría del pueblo, o será dejar la miseria, el vandalismo y la delincuencia?”.

En redes sociales, Ludmila Padrino también había escrito en 2015: “Sí, somos familiares directos del general Padrino López, con quien sí hemos mantenido una relación familiar muy cercana, y con quien yo, en lo personal, he podido de manera respetuosa intercambiar ideas sobre nuestras posiciones políticas, obviamente divergentes”.

De “librito”

El hecho de que algunos de los intereses de Padrino estén en Estados Unidos es un desafío para quienes hacen cumplir las sanciones.

“Un funcionario corrupto, después de ser sancionado por el gobierno de Estados Unidos, sigue siendo propietario y dirigiendo negocios a través de miembros de su familia”, dijo Gary Kalman, experto estadounidense en temas de lavado de dinero y uno de los fundadores de FACT Coalition, organización que aboga por la transparencia corporativa.

Considera que el caso de Padrino es un “ejemplo de librito” de por qué es necesario hacer cumplir las leyes anticorrupción. La transparencia y las normas de due dilligence, que traduce en diligencia debida, son fundamentales.

(Para seguir leyendo pulse aquí)

(*) OCCRP es el Proyecto de Reportería sobre Crimen Organizado y Corrupción, una organización no gubernamental que surgió cómo iniciativa de periodistas de países de Europa del Este para desvelar las redes de corrupción en esas naciones. El proyecto cubre ahora el fenómeno en otras naciones del globo.

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