Maduro y El Aissami no paran de sacar oro a Irán
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El Aissami se vale de su socio Alex Saab para mediar los envíos del oro venezolano a Medio Oriente en la aerolínea sancionada iraní
Redacción | Primer Informe
Un financista acusado por Estados Unidos de llevar a cabo negocios con intercambios de oro por alimentos entre Venezuela y Turquía, sería el mismo involucrado en un intercambio similar con Irán, que implica oro por productos de gasolina.
Alex Saab, un colombiano a quien las autoridades estadounidenses consideran uno de los más grandes apoyos económicos y comerciales del régimen de Nicolás Maduro, habría viajado a Teherán con altos ejecutivos de PDVSA el mes pasado, según relataron fuentes a Bloomberg.
En la reunión que sostuvieron se terminó de negociar un acuerdo en el que Irán envía aditivos, piezas y técnicos para las plantas refinadoras de gasolina en Venezuela, a cambio de oro.
Desde ese momento, los funcionarios venezolanos han cargado unas 9 toneladas de oro, por un valor aproximado de 500 millones de dólares, en más de doce vuelos realizados en aviones propiedad de la aerolínea Mahan Air, con sede en Teherán, capital de Irán.
Saab habría ayudado a negociar el acuerdo de Irán, con el nuevo ministro de petróleo de Maduro, Tareck El Aissami, dijeron las fuentes al medio norteamericano.
El Aissami y Saab, que han sido relacionados en una sociedad que ha hecho múltiples negocios con la venia del gobierno de Nicolás Maduro, habían trabajado juntos previamente para fortalecer la relación de Venezuela con Turquía, incluyendo envíos de al menos 900 millones de dólares en oro a esa nación en 2018. Para ese momento funcionarios estadounidenses temían que gran parte del oro hubiera llegado a Teherán, violando las sanciones.
María Domínguez, abogada de Saab en Miami, declaró a Bloomberg que su «cliente es un emprendedor en el negocio de los alimentos» y negó cualquier participación en los hechos relacionados con el oro que se estaría transportando a Irán. «No tenemos más comentarios», dijo la consultada.
Desde el Departamento de Estado no mencionan directamente a Saab, pero sí señalan que «las entidades que continúan brindando servicios a aerolíneas iraníes designadas por Estados Unidos, como Mahan Air, siguen en riesgo de sanciones».
Estas sanciones estadounidenses han restringido fuertemente el acceso de Venezuela e Irán a la red financiera global, logrando que el dinero que tiene vinculaciones con Caracas, a menudo quede atrapado en cuentas extranjeras debido a bloqueos y restricciones de transferencias y traslado de dinero.
La semana pasada, Mike Pompeo, Secretario de Estado de EE.UU., se mostró «profundamente preocupado» por los vuelos entre Venezuela e Irán, con algunos haciendo largas escalas en Argelia. Funcionarios estadounidenses han instado a Argelia, así como a Marruecos y Túnez, a negarle a Mahan Air el corredor de vuelo internacional necesario para llegar a Venezuela, pero hasta ahora sin ningún efecto.
Una sociedad oscura
La administración Trump viene prestando atención a las actividades de la sociedad El Aissami-Saab, cuyos perfiles pasaron a ser mucho más notorios en los últimos años.
En enero del 2017, Maduro nombró a El Aissami como su vicepresidente y un mes después el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos lo sancionó bajo la Ley de Designación de Traficantes de Narcóticos Extranjeros, alegando que protegía a los capos de la droga y supervisaba una red de aviones y barcos que exportaban miles de kilogramos de cocaína.
En julio pasado, Saab fue acusado con cargos federales por lavado de dinero y soborno a funcionarios venezolanos, canalizando más de 350 millones de dólares en cuentas en el extranjero como parte de un programa de alimentos para la población más vulnerable en Venezuela.
En 2017, Saab declaró al diario El Tiempo, de Bogotá, negando estar involucrado en contratos corruptos con Venezuela: «Soy un libro abierto, y mis cuentas son claras y mi conciencia está limpia», dijo.
Las únicas fuentes confiables de efectivo del régimen madurista están en el oro y el petróleo, pero el reciente colapso de los precios, junto con las sanciones estadounidenses y el deterioro de las instalaciones petroleras en Venezuela, han hecho que el oro sea más valioso hoy en día, con un precio que el mes pasado subió a su tope en más de siete años.
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