Reportaje

Advierten que gobierno socialista promueve “venezuelización» en España

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Advierten que gobierno socialista promueve “venezuelización» en España

Opositores tildan al gobierno izquierdista de ilegítimo y criminal, mientras que la coalición gobernante responden con acusaciones de golpismo, copia bastante cercana a lo que viene ocurriendo en Venezuela desde la llegada del chavismo al poder

Redacción | Primer Informe

La tensión en las calles de España aumenta a medida que crece la polarización en torno a las políticas y decisiones de la coalición izquierdista que se ha instalado en el gobierno, en un tandem que une a Pedro Sánchez del PSOE y a Pablo Iglesias, de Podemos.

De hecho están dándose episodios puntuales de violencia fìsica en algunas manifestaciones convocadas desde la oposición, mientras que las sesiones del Congreso de las últimas semanas reflejan choques cargados de alta violencia verbal.

En un delicado contexto de crisis sanitaria, económica y social, la clase política intenta sacar adelante uno de los llamados pactos de reconstrucción donde el único consenso es el de subrayar los disensos.

Algunos analistas políticos comienzan a definir este proceso como «venezuelización».

«Yo creo que les gustaría dar un golpe de Estado, pero no se atreven», afirmó Pablo Iglesias, quien es vicepresidente segundo del gobierno, dirigiéndose al diputado de opositor de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, en una discusión de la comisión de reconstrucción.

Ante esto, Espinosa de los Monteros pidió la palabra para protestar lo dicho por Iglesias, reclamando el amparo del presidente de la Mesa, Patxi López, quien dio la oportunidad de matizar el comentario a Iglesias, pero en lugar de eso éste se reafirmó, provocando que el político de Vox abandonase la sala con un «esto no lo voy a tolerar», mientras Iglesias le decía «Cierra la puerta al salir, señoría».

López quiso mostrarse avergonzado de esos hechos al arrancar la sesión de la tarde y pidió perdón por «algunos comportamientos innecesarios» y por no haber estado «a la altura de lo que significa esta comisión».

Poco después, la diputada de Vox, Inés María Cañizares acusaba a los miembros del Gobierno de «pirómanos comunistas».

Pero una de las voceras que más fuerte ha batallado en el Congreso, es la portavoz de los populares, Cayetana Álvarez de Toledo, quien el miércoles llamó a Iglesias «hijo de terrorista» y perteneciente a la «aristocracia del crimen político», como colofón a una intervención en la que también lo acusó de «legitimar la violencia», estar cinvulado a ETA o ser «discípulo de los ayatolás de Irán».

Su intervención, que fue respaldada con aplausos de pie por parte de su bancada y algunos diputados del Partido Popular, respondía a la que había hecho el líder de Unidas Podemos, quien se refirió a Álvarez de Toledo como «marquesa», por su título adquirido en 2013 como sucesora en el marquesado de Casa Fuerte.

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, pidió a Álvarez de Toledo que retirase las palabras pero la congresista se negó, apoyada por los miembros de la Mesa del PP y Vox, Ana Pastor e Ignacio Gil Lázaro, quienes abandonaron el pleno protestando el intento de censura.

En las últimas semanas, Iglesias ha llevado su teoría golpista a los medios de comunicación, en la que dice que la oposición busca tumbar al gobierno, diciendo que la desestabilización la promueve la ultraderecha por el rechazo de ciertos sectores de que su partido esté sentado en el Consejo de Ministros.

En los medios portugués e italiano, Expresso y La Stampa, Iglesias ha vertido acusaciones como «Somos conscientes de los ataques de una ultraderecha política y mediática dispuesta a romper los consensos y asumir formas de golpismo», «hay sectores que tienen urticaria al vernos sentados en el Consejo de Ministros. Pero la democracia no vale sólo cuando ganan ellos», o que desde Vox «han elegido desestabilizar utilizando las calles».

Iglesias, imitando a Chávez, ha comenzado a usar un lenguaje digno de su principal mentor: «Cualquier persona que vea u oiga lo que dice y hace la ultraderecha en España, cualquier persona que observe cómo funciona la cloaca política y su dimensión mediática, puede entender la realidad. Es evidente que a muchos sectores de las élites no les gusta que Unidas Podemos esté en el gobierno. Sin embargo, creo que eso es más un deseo que una realidad».

La estrategia del gobierno socialista que tiene como protagonista al vicepresidente Iglesias, es empujar al PP hacia Vox, intentando retratar al principal partido opositor por su falta de colaboración durante la pandemia. Con esto, Iglesias busca fomentar la polarización, bosquejando una ausencia de alternativas al gobierno.

Los extremos comienzan a visibilizarse tanto en las calles como dentro del Congreso. España está en manos de una clase política de izquierda que dice que hay en marcha un golpe de Estado y una derecha que dice lo mismo, generando una polarización muy aguda, con dirigentes políticos que en lugar de rebajar la tensión, la agitan.

Sólo las encuestas determinarán si se produce un cambio de rumbo en la confrontación o , si por el contrario, se profundiza la crisis pero con unas consecuencias graves para la estabilidad social.

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