EE.UU. despliega aviones espías en Curazao para ampliar operación antinarcóticos frente a Venezuela
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Dos aviones de escucha y dos aviones de reabastecimiento volarán misiones de detección y monitoreo como parte de las operaciones antinarcóticos contra el cartel Maduro-FARC.
Redacción | Primer Informe
La Fuerza Aérea de los EE. UU. desplegará temporalmente cuatro aviones y tripulaciones en Curazao para apoyar las operaciones antinarcóticos ampliadas con socios internacionales que apuntan a los narcotraficantes en el Caribe.
Dos aviones de patrulla, un E-3 Sentry (AWACS) y E-8 Joint STARS (JSTARS), apoyados por dos aviones de reabastecimiento aéreo KC-135 Stratotanker, volarán misiones de detección y monitoreo en el espacio aéreo internacional para ayudar a las autoridades policiales estadounidenses e internacionales a interrumpir y derrotar a las organizaciones criminales transnacionales que trafican narcóticos en la región. Aproximadamente 200 aviadores, incluyendo tripulaciones aéreas, técnicos de mantenimiento, técnicos de logística y personal administrativo apoyarán la operación.
El avión operará desde la ubicación de seguridad cooperativa (CSL) alojada en Curazao, también conocida comúnmente como ubicación de operación avanzada, en Willemstad. Los aviones de la Fuerza Aérea de EE. UU. han llevado a cabo misiones similares de la CSL en virtud de un acuerdo de asociación de narcóticos con los gobiernos de Curazao y el Reino de los Países Bajos que datan de dos décadas.
RELEASE: @USAirForce temporarily deploying an E-3 Sentry (AWACS), an E-8 Joint STARS (JSTARS), & two KC-135 Stratotanker aerial refueling aircraft to #Curaçao to support enhanced #CounterDrugOPS in the #Caribbean. @DeptofDefense @WHAAsstSecty #SOUTHCOMhttps://t.co/a36m212ua0
— U.S. Southern Command (@Southcom) June 19, 2020
Curazao es un socio regional comprometido cuyo apoyo desde hace mucho tiempo para las operaciones multinacionales antidrogas juega un papel vital en detener el flujo de narcóticos traficados a nivel mundial por organizaciones criminales y violentas.
Se trata de un problema de seguridad nacional para EE.UU. El presidente Donald Trump anunció las operaciones antinarcóticos ampliadas el 1 de abril pasado. Desde entonces, Washington ha colaborado con socios internacionales en más de una docena de eventos de interdicción en el Caribe.
Hasta la fecha, las operaciones de narcóticos mejoradas en los Estados Unidos han resultado en la incautación de más de 49 toneladas métricas de cocaína y casi 13,000 libras de marihuana, una pérdida estimada de $1.2 mil millones para las organizaciones criminales transnacionales. Las autoridades policiales también han detenido a más de 160 traficantes de drogas durante las operaciones.
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El personal de aviación siguió estrictas pautas de prevención y mitigación de COVID-19 mientras se preparaban para el despliegue y continuarán haciéndolo mientras estén desplegados en la isla. Para ingresar a Curazao, todo el personal estará sujeto a estrictos estándares médicos, incluidos exámenes de detección, máscaras y movimientos restringidos en la isla durante los primeros 14 días. La ubicación operativa hacia adelante de los EE. UU. en coordinación con el gobierno de Curazao garantizará una estrecha vigilancia y medidas de prevención sólidas (incluido el distanciamiento social) para todo el personal norteamericano durante su estadía.
Su despliegue demuestra la firme promesa del Comando Sur de los Estados Unidos de amistad, asociación y solidaridad con sus socios. Veintidós países apoyan los esfuerzos antinarcóticos como parte de la Fuerza de Tarea Conjunta Interagencial Sur. Las naciones comprometidas que contribuyen al esfuerzo internacional han participado en el 75 por ciento de las operaciones antidrogas este año.
Durante décadas, las organizaciones criminales transnacionales han tratado de explotar la región del Caribe para traficar narcóticos, principalmente cocaína, a los Estados Unidos, Europa y otros destinos en todo el mundo. La cooperación internacional contra las actividades de tráfico de drogas en la región niega a las organizaciones criminales la capacidad de establecer un punto de apoyo, amenazar la seguridad ciudadana y socavar las comunidades legales en el Caribe.
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