Así le siguen la pista a un ‘narco invisible’ de Cúcuta que pertenece al Cartel de los Soles
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Las autoridades colombianas están convencidas que este criminal y sus socios están vinculados con el Cartel de los Soles y coordinan con militares venezolanos para garantizar envíos marítimos y aéreos de droga.
Redacción | Primer Informe
Las autoridades antinarcóticos de Colombia le están siguiendo la pista de cerca a ‘El Enano’, un narcotraficante que desarrolla sus actividades entre La Guajira y Cúcuta, con extremas y numerosas precauciones que éste toma para no dejar rastros, aunque ya conocen todos sus nexos con el Norte de Santander y con el Cartel de los Soles, liderado por Nicolás Maduro desde Caracas.
Según un artículo del medio La Opinión de Cúcuta, Colombia, a ‘El Enano’ se le considera un ‘narco invisible’, pues no muestra los lujos que acostumbran a exhibir los grandes capos, no se deja ver comúnmente y cuando le toca ver a clientes, es su esposa quien hace el primer contacto, y en quien se apoya para manejar una gran red de narcotráfico internacional que lleva droga hacia Estados Unidos y Europa.
Los hallazgos de las autoridades relatan que el capo maneja laboratorios procesadores de cocaína en el Catatumbo, Nariño y Cauca, por donde se mueve con tranquilidad pagando a grupos armados ilegales para que cuiden sus infraestructuras y los cargamentos que saca hacia Venezuela y Panamá.
La fuente de La Opinión, dijo de manera anónima que «Tenemos información que este narco llega a estos municipios en bus o buseta, recoge entre 20 y 25 jóvenes para que se vayan a trabajar a sus cocinas en Nariño y Cauca, donde les paga muy bien. Él desconfía mucho de la gente de esos departamentos».
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Las cuatro rutas que suele usar ‘El Enano’ son: Colombia-Panamá-Islas del Caribe-España, o Colombia-Venezuela-islas del Caribe-España o Colombia-Venezuela-Centro América-Estados Unidos, o Colombia-Panamá-Honduras-Estados Unidos.
Pisándole los talones a El Enano
El 28 de abril la Policía Antinarcóticos de Colombia le propinó un golpe fuerte a la organización de El Enano.Un grupo de uniformados llegó a la población de Uribía, en la Alta Guajira, muy cerca a la frontera con Venezuela, y halló un complejo de caletas donde había escondidos 2.422 kilos de cocaína, la cual fue procesada en los laboratorios del Catatumbo y llevada hasta aquel apartado lugar.
Esta operación fue denominada ‘Viento del Desierto’ pues sabían lo que se les podía presentar, tomando en cuenta que este narco ha armado una estructura sólida y que ha experimentado un gran crecimiento de su ejército de sicarios.
En la investigación, las autoridades colombianas se enteraron de que el enano contrató a una organización encargada de encaletar la droga en la Alta Guajira, a pocos metros de Venezuela, mientras que la estructura narcotraficante se encargaba del transporte para llevar la coca hacia Estados Unidos o Europa.
“Esta red de caleteros es liderada por El Anciano, quien es integrante de la comunidad Wayú. La droga fue encontrada en zona rural de Uribía, donde está ubicada la ranchería Maichi Pai” señaló la fuente de inteligencia a La Opinión.
“En ese lugar hallamos enterrados tanques de 10 mil litros y canecas de 55 galones; además, construyeron un cuarto subterráneo de tres metros de largo, ancho y de profundidad. Sacando cálculos en esas 18 caletas se podían esconder hasta 12 toneladas de droga. Y lo mejor de todo es que ese punto está a 700 metros de la frontera con Venezuela”, manifestó la fuente.
En la operación, las autoridades también dieron con motores fuera de borda para lanchas rápidas, combustible y varias canecas de valvulina, además de campamentos usados para empacar la droga en bultos de 25 y 30 kilos.
“Esa operación provocó que hasta nos hicieran brujería. En la noche aparecía una bruja que degollaba chivos y nos los tiraba, se escuchaba el llanto de una niña, también veíamos cuando varias personas llegaban cerca al campamento y fumaban tabaco, nos tiraban estiércol de perros, encontramos hasta muñecos de trapo con alfileres enterrados. Cuando les reclamábamos para que no hicieran eso, ellos se defendían diciendo que esa era modos y costumbres Wayú”, señaló una fuente policial que participó en dicho operativo.
Agregó: “es más, la comunidad se organizó y decidió salir de la ranchería, señalando que se le estaban vulnerando sus derechos, pero al final supimos que todo eso fue pagado por la estructura narcotraficante que era dueña del cargamento de cocaína, pues fue un golpe duro que se le dio. A pesar de eso se hizo una labor social con la comunidad Wayú”.
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“Cabe resaltar que El Enano una vez lograba llevar hasta ese punto de La Guajira la cocaína que iba a enviar a Europa o Estados, contrataba las lanchas rápidas para trasladar los bultos con las panelas hacia Venezuela, pasando por el Lago de Maracaibo hasta llegar a la isla de Barbados, donde cargaban los barcos que iban con rumbo a España”, comentó el hombre de inteligencia.
Maduro está en el negocio
Las autoridades antinarcóticos de Colombia tienen muy claro que El Enano y sus socios están vinculados con el Cartel de los Soles, que dirige Nicolás Maduro desde Caracas.
Militares venezolanos y el narcotraficante coordinan para garantizar el envío marítimo de cargamentos de droga en lanchas rápidas tipo Go-fast y con aeronaves en pistas clandestinas en ambos países, que funcionan como plataforma de envío hacia Centroamérica y Europa.
«El Cartel de los Soles logró ingresar a La Guajira con la ayuda de alias El Anciano, quien estaría en Maicao y desde allí ordenaría secuestros y desplazamientos forzosos en contra de las comunidades indígenas que se oponen con su actividad ilícita y reclaman sus derechos. Este sujeto sería, además, el encargado de toda la parte logística en esa parte de Colombia y reporta directamente a sus socios en España cuando la cocaína ya se encuentra en aguas internacionales», dijo la fuente.
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