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Bloomberg: Lo que no se sabía sobre el mercenario Jordan Goudreau

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Bloomberg: Lo que no se sabía sobre el mercenario Jordan Goudreau

El supuesto cerebro de la operación Gedeón tiene un pasado lleno de sombras que ponen en duda su credibilidad.

Redacción | Primer Informe

«Si hubiéramos estado involucrados, habría sido diferente», dijo el secretario de Estado de los Estados Unidos Mike Pompeo, dejando por sentado a la opinión pública que la administración Trump no tuvo nada que ver con la fallida Operación Gedeón.

El que si estaba al tanto de esa operación era el dictador venezolano.  Según fuentes familiarizadas con el caso, una transacción de millones de dólares fue hecha en un banco de Europa oriental a beneficio de un alto militar que participó en la organización de la operación

Básicamente, dijo la fuente, «el régimen de Maduro sabía todos los detalles de la operación con suficiente antelación, gracias a la información comprada con el pago».

El contratista militar encargado de ejecutar las operaciones militares, Jordan Goudreau, fundador de la empresa de seguridad Silvercorp, es un personaje con muchas sombras. La vida del ex militar está llena de episodios opacos que ponen en duda su credibilidad y su capacidad como estratega militar. 

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Desde el fracaso de la operación, en la que incluso capturaron a dos ex compañeros suyos de las fuerzas especiales, Goudreau se escondió en algún lugar de la Florida.  Luego de haber declarado a varios medios de comunicación, en las horas siguientes al fracaso de Gedeión, nada nuevo se conoce sobre él.

La Operación Gedeón, infiltrada por el madurismo, fue neutralizada por las fuerzas policiales del régimen venezolano.

 Qué se sabe del contratista

Jordan Goudreau es canadiense de nacimiento. Obtuvo un título en informática en la Universidad de Calgary mientras servía en las reservas militares canadienses y siempre quiso formar parte de las fuerzas especiales del Ejército de los EE.UU., los Boinas Verdes.

Luego de obtener la ciudadanía estadounidense se alistó en el servicio militar en 2001 y logró calificar para las fuerzas especiales. Como se sabe, estuvo en cuatro ocasiones desplegado en Irak y Afganistán como soldado de infantería y sargento médico.

Ganó tres estrellas de bronce por su distinguido servicio en combate. Hasta allí, su historial parece intachable.

Según reportó Bloomberg, hay varios testimonios de conocidos y ex compañeros de armas de Goudreau que revelan un personaje caótico y que atravesó períodos muy inestables en su vida. 

Otros ex camaradas, sin poner en duda sus habilidades para el combate, lo califican como un buscador de emociones temerario que nunca tuvo problemas en poner en riesgo la vida de sus amigos.

Un ex boina verde, que habló bajo condición de anonimato, recordó que por descuido Goudreau casi chocó con él mientras hacía paracaidismo. Las disculpas que le ofreció después no le parecieron sinceras.

«Mi opinión personal sobre ese tipo es que nada en él es genuino. ¿Cómo llamas a un tipo que cree sus propias mentiras?», dijo sobre Goudreau.

Fraude contra el Ejército

Otro episodio que pone en duda su credibilidad ocurrió en 2009. Ese año compró un apartamento en Phoenix, Arizona, con su esposa, quien estudiaba para obtener un título en contabilidad en la Universidad de ese estado.

Dos ex compañeros militares de Goudreau están prisioneros del régimen de Maduro, como consecuencia de la Operación Gedeón.

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Goudreau, que estaba de misión en Stuttgart, le dijo al Ejército que su esposa vivía en Brooklyn, Nueva York, donde el subsidio de vivienda era más del doble que el de Phoenix.

En una investigación oficial se concluyó que Goudreau había cometido fraude y que trató de encubrirlo con documentos falsificados. El costo para el gobierno  fue de 86.000 dólares y él tuvo que endeudarse para poder devolver el dinero  

También  recibió una amonestación que limitó sus perspectivas de ascenso en el Ejército. Goudreau luego se divorció y finalmente dejó el Ejército en 2016.

No está claro si Goudreau se le haya diagnosticado trastorno de estrés postraumático, pero ha recibido ayuda médica por haber sufrido conmociones cerebrales.

Vida de nómada 

Fuera del Ejército, Goudreau vivió una vida itinerante. Conducía una Harley y dormía en campamentos al aire libre o en los sofás de sus amigos. Podría ser malhumorado e impredecible, dicen los que lo conocieron en esa época.

En 2017, mientras asistía a un campamento de surf para heridos veteranos en California, le dijo al Registro del Condado de Orange que recibió varios disparos y que «explotó» una vez.

Más tarde, llamó a un amigo de un hospital en Las Vegas para decirle que había recibido un disparo de una ex y que requería «terapia física extensiva», según el Military Times.

El ex militar también ha alardeado  de haber robado valioso equipamiento militar. Una vez en Puerto Rico, mostró un par de gafas de visión nocturna PVS-15 de $ 13.000. Cuando le preguntaron de donde las había sacado, respondió: «Afganistán», lo que daba a entender que las había robado.

Ante el fenómeno de los tiradores espontáneos que se estaban viendo en los Estados Unidos, al militar se le ocurrió la idea de desplegar veteranos de las Fuerzas Especiales para proporcionar capacitación de tiradores activos en las escuelas.

Con esa idea no consiguió hacer ningún negocio pero así fue como nació Silvercorp, la empresa con la que después ayudaría a brindar seguridad en el concierto Venezuela Aid Live que se celebró en la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta, en febrero de 2019.

El multimillonario Richard Branson organizó ese espectáculo para llevar ayuda humanitaria a Venezuela y apoyar al presdiente interino venezolano, Juan Guaidó.

En medio de ese trabajo, se presume que Goudreau hizo contacto con Clíver Alcalá, un ex general venezolano,  que en 2018 huyó a Colombia después de que el gobierno de Maduro descubriera sus supuestos planes para un golpe de Estado.

Alcalá ya tenía conexiones sospechosas con Colombia desde sus días dentro del régimen de Chávez. Según funcionarios estadounidenses, había estado fomentando el conflicto a través de un programa estatal que daba lanzacohetes y ametralladoras a los rebeldes de Colombia a cambio de cocaína.

En el exilio, comenzó a decirle a la gente que quería reunir una fuerza invasora para hacerse de la capital de Venezuela y las reservas de petróleo. Goudreau fue a Bogotá en la primavera de 2019 para reunirse con Alcalá.

Alcalá, se entregó a mediados de abril a la Justicia estadounidense que lo acusa por su papel en el trafico de drogas hacia EE.UU.

Durante el verano de 2019, Goudreau comenzó a solicitar a los inversores que aporten dinero para una operación de combate que duraría 30 días y requeriría 300 soldados. El costo estimado de $ 5.2 millones incluyó gastos detallados que van desde rifles de asalto M4 hasta apuntadores.

J.J. Rendón, estratega político que trabajó cerca de Guaidó y renunció en medio de las consecuencias del fracaso de la Operación Gedeón, dijo que Goudreau afirmaba que había reclutado inversores secretos para ayudar a financiar un golpe en Venezuela. Aseguró que ya tenía 1.000 combatientes en el terreno preparándose para una invasión.

El ex boina verde, en las horas después de que se inició la Operación Gedeón, concedió varias entrevistas. Luego ha permanecido oculto en la Florida.

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Goudreau, como tantas otras veces en su carrera, estaba mintiendo. Otros conocidos afirmaron que su codicia y la excesiva importancia que se atribuye a sí mismo, lo habían cegado  y obligado a cometer todos los errores que cometió.

Ephraim Mattos, un ex SEAL (fuerzas especiales de la Armada de Estados Unidos) que ofrece capacitación médica y ayuda humanitaria a civiles en zonas de conflicto, vio las bases de capacitación de la operación en septiembre pasado y no encontraron un ejército altamente capacitado.

Mattos describe así lo que vio: «Veinte venezolanos, en su mayoría ex policías y soldados con camisetas y bañador, fueron embalados en una casa en las afueras de una ciudad en el norte de Colombia. Casi no tenían suministros ni dinero. Los hombres no vivían en la miseria, pero tenían hambre, y no estaban entrenando mucho».

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