Dentro de la maquinaria china de espionaje y robo de propiedad intelectual en EE.UU.
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Las misiones diplomáticas chinas son un hervidero de actividades de espionaje y destinadas a subvertir a los Estados Unidos.
Redacción | Primer Informe
«Las embajadas y consulados chinos son un punto focal para las actividades de espionaje del régimen a nivel mundial», dijo Nicholas Eftimiades, un ex funcionario de inteligencia de Estados Unidos y autor del libro, «Operaciones de inteligencia china».
El Partido Comunista Chino (PCCh), explica el autor, usa sus misiones diplomáticas como puestos de avanzada «para extender los intereses chinos, legal e ilegalmente».
Esto quedó demostrado después de que Estados Unidos tomó medidas sin precedentes para ordenar el cierre del consulado chino en Houston. La administración Trump lo acusó de ser un «centro de espionaje y robo de propiedad intelectual».
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Funcionarios de Washington destacaron el importante papel del personal de esa instalación diplomática en el robo de investigación y tecnología estadounidense.
Un alto funcionario del Departamento de Estado relacionó la actividad de espionaje del consulado con la búsqueda del régimen de investigación sobre una vacuna para COVID-19. Houston es un centro para varios campos de alta tecnología, incluida la investigación biomédica.
Según un alto funcionario de inteligencia, citado por The Epoch Times, en los últimos 10 años, hubo más de 50 casos de personal consular de Houston promoviendo y reclutando talentos para programas respaldados por el PCCh.
Los centros de investigación son un blanco preferido para este reclutamiento. De esa forma, Beijing busca atraer expertos extranjeros y facilitar la transferencia de investigación y conocimientos hacia China.
David R. Stilwell, jefe del Departamento de Estado para Asia Oriental y el Pacífico, dijo que el cónsul general chino en Houston fue capturado el 31 de mayo usando identificaciones falsas.
El diplomático, acompañado de otros dos funcionarios consulares, escoltaba a viajeros chinos en un vuelo chárter que salía del Aeropuerto Intercontinental George Bush en Houston, Texas.
Estrategia mundial
James Carafano, vicepresidente del Instituto de la Fundación Heritage para la Seguridad Nacional y la Política Exterior, explica que se entiende, generalmente, que las misiones diplomáticas de cada nación llevan a cabo un cierto nivel de espionaje.
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Pero, Carafano destaca que las acciones de los funcionarios de la embajada y el consulado de China cruzan la línea en su malicia y daño a la seguridad nacional de los Estados Unidos.
Los expertos han notado que las actividades ilegales que se realizan de manera encubierta desde las misiones diplomáticas chinas no se limitan solo al espionaje económico y militar.
Los consulados y embajadas de Beijing también son centros de comando para las vastas operaciones de influencia del PCCh. Sus métodos van desde el uso de incentivos financieros hasta amenazas.
De esa manera, el régimen chino intenta influir en la opinión pública y obligar a las élites locales a actuar de manera favorable a China.
Al mismo tiempo, los puestos de avanzada diplomáticos trabajan para reprimir a los disidentes en el extranjero y silenciar los discursos críticos del Partido Comunista, dentro de los gobiernos, los negocios y la academia.
Algunos casos de espionaje
EL desarrollo de lasas industrias aeronáutica, biomédica y petrolera en Houston, era al principal motivo por el cual el consulado chino en esa ciudad era un centro de espionaje tan activo
Así explicó, Chen Yonglin, ex diplomático del consulado chino en Sydney, Australia, que desertó en 2005. «Era de gran importancia estratégica para Beijing», agregó.
Yonglin explicó que el PCCh depende del robo de tecnología estadounidense en estos campos avanzados para impulsar su crecimiento tecnológico y económico.
El director del FBI, Christopher Wray, dijo recientemente que la agencia tiene más de 2.000 investigaciones en todo el país vinculadas a China.
Según el Departamento de Justicia, más del 80% de todos los cargos de espionaje económico presentados por fiscales federales desde 2012 implicaron a China.
Recientemente, el FBI ha realizado una serie de arrestos de estudiantes chinos acusados de fraude de visas, por supuestamente ocultar su condición de personal del Ejército de Liberación Popular, las fuerzas armadas del PCCh, en sus aplicaciones de visa.
En un documento judicial presentado el 20 de julio, los fiscales dijeron que «existe evidencia en al menos uno de estos casos de un científico militar copiando o robando información de instituciones estadounidenses bajo la dirección de superiores militares en China».
Además de desempeñar un papel de apoyo, los funcionarios chinos han estado implicados en esfuerzos de recolección más activos, particularmente en campañas de reclutamiento.
Reclutamiento encubierto
El embajador chino en Estados Unidos, Cui Tiankai, y un importante diplomático chino en Nueva York facilitaron el reclutamiento encubierto de científicos estadounidenses para trabajar en China, según documentos judiciales revelados en abril.
En 2019, Liu Zhongsan, ciudadano chino, fue acusado en relación con un plan para obtener de forma fraudulenta visas de investigación de los Estados Unidos para empleados del gobierno chino. El propósito real era reclutar expertos estadounidenses para trabajar en China.
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Liu «coordinó regularmente» sus actividades de reclutamiento de talentos con funcionarios de la Embajada de China en Washington, D.C. y el consulado chino en Nueva York, dijeron los fiscales.
El consulado chino en San Francisco también estuvo implicado en el caso de Chung Dongfan, un ex ingeniero de Boeing que fue sentenciado a 10 años de prisión por robar secretos del transbordador espacial para Beijing en 2010.
El consulado ayudó a Chung a enviar manuales de ingeniería sobre el diseño del Bombardero B-1 a China usando una bolsa diplomática, alegaron los fiscales.
La misión permanente de China ante las Naciones Unidas y el consulado chino en Nueva York también le pagaron a Lin Ying, gerente de la aerolínea estatal china Air China, para contrabandear equipaje a bordo de vuelos de oficiales. Lin, ciudadano estadounidense, se declaró culpable de actuar como agente del régimen en abril de 2019.
Influencia maligna
Los consulados y las embajadas chinas son nodos clave para controlar las asociaciones de estudiantes y académicos chinos (CSSA), grupos que funcionan en campus universitarios de EE. UU. y en todo el mundo.
Esas asociaciones tienen una larga historia de eventos de protesta agresiva en el campus que muestran puntos de vista críticos hacia Beijing.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, en un discurso de 2018 dijo que las CSSA también «alertan a los consulados y embajadas chinas cuando los estudiantes chinos y las escuelas estadounidenses se desvían de la línea del Partido Comunista».
La sección de educación en las misiones chinas también supervisa los Institutos Confucio, centros culturales y de idiomas respaldados por el estado, establecidos en docenas de universidades estadounidenses. Los institutos han sido fuertemente criticados por difundir propaganda en Beijing y sofocar la libertad de expresión.
Los mismos diplomáticos chinos también intentan presionar a los políticos estadounidenses para que adopten posturas pro-Beijing, utilizando métodos que incluyen soborno, chantaje y acuerdos encubiertos, dijo el director del FBI, Wray.
Como parte de los esfuerzos del PCCh por silenciar y satanizar a sus críticos en el extranjero, los diplomáticos chinos han atacado agresivamente a grupos disidentes, presionando a los políticos locales para que se alejen de estos grupos y orquestan ataques.
Chen Yongling, quien solía dirigir la sección de asuntos políticos del consulado chino en Sydney, reveló en 2005 que una de las principales tareas del personal consular era monitorear y reprimir a los practicantes locales del grupo espiritual perseguido Falun Gong.
«La guerra contra Falun Gong «constituye más de la mitad del trabajo total de la típica misión china», dijo Chen en ese momento, y agregó que es la «máxima prioridad» de las embajadas y consulados chinos.
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