Podemos también se financió con dinero de los contribuyentes españoles
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Dinero público manejado a través del ayuntamiento de Sevilla habría sido destinado a financiar las organizaciones de las que después surgiría Podemos.
Redacción | Primer Informe
Se tiene evidencia de las voluminosas cantidades de dinero transferidas desde Venezuela a Podemos a partir del año 2002, fecha de la fundación del Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS).
Ese dinero habría servido para financiar la gestación del partido que hoy constituye la fuerza determinante dentro de la alianza que gobierna España.
El régimen chavista habría pagado a Iglesias y compañía por haber recibido asesorías sobre las que nadie puede dar referencia alguna.
Lo único que se conoce es el supuesto informe, elaborado por Juan Carlos Monedero, para la creación de una moneda conjunta entre Venezuela, Ecuador, Cuba, Bolivia y Nicaragua.
Posteriormente, se sabe que Podemos también recibió dinero de Irán y otras fuentes opacas.
LEA TAMBIÉN: Con dinero del chavismo y de Irán se tejió la oscura red del financiamiento de Podemos
En el portal Sevilla Info se plantea una nueva hipótesis que complementaría el origen del financiamiento al proyecto inicial de lo que después sería Podemos.
De acuerdo con lo que escribe el periodista José María Arazana, al menos parte de los fondos triangulados a través de Venezuela, provenían de varios ayuntamientos españoles. En particular, el de Sevilla.
Aparte de recibir formación en técnicas de subversión, propaganda e infiltración, aquella tropa de jóvenes españoles que viajaba a Venezuela tenía como misión principal ejercer de ‘correos del dinero’.
Según la teoría, en este esquema habrían participado muchos municipios gobernados entonces por Izquierda Unida (IU), y otras agrupaciones, que luego se unieron en torno a Podemos.
Sevilla habría sido ‘pionera’ en esa misión. Se cita, por ejemplo, a los «brigadistas» que el gobierno de esa ciudad enviaba a Venezuela en 2005. Entonces gobernaban en Sevilla IU, con el PSOE del alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín. Con él, estaba el concejal Lolo Silva.
En 2003, Silva, que a sus 22 años acababa de nombrado delegado de Juventud y Deportes de Sevilla, viajó a La Habana. «Unos meses más tarde, en 2004, constan dos visitas inexplicadas e inexplicables con cargo al Ayuntamiento a la Embajada de Venezuela en Madrid, con facturas de 149 y 177 euros, respectivamente».
En 2005, Silva destinó 223.000 euros de las arcas municipales a financiar el “Festival de la Juventud y los Estudiantes”, celebrado en Caracas, en agosto de ese año.
En el festival participaron conocidos miembros de la ilegalizada Batasuna, así como un total de 54 «brigadistas». El costo total de aquella participación fue de 70.000 euros salidos de los bolsillos de los sevillanos.
Pero el viaje servía, sobre todo, para justificar las subvenciones, medianas cantidades enviadas desde muchos ayuntamientos y diputaciones españolas. Ese dinero terminaría financiando a los grupúsculos nacientes que originarían a partir del 15-M el surgimiento de Podemos.
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