Así quemaron los paramilitares de Ortega la capilla del Santísimo en Catedral de Nicaragua (Fotos)
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Los terroristas robaron la custodia y el copón, quebraron imágenes, ultrajaron el sagrario, pisotearon las hostias, quebraron bancas e hicieron necesidades fisiológicas en varias áreas de la iglesia.
Redacción | Primer Informe
El ensañamiento del terrorismo en Nicaragua contra la Iglesia católica dejó casi cuatro siglos de historia religiosa bajo los escombros, tras una explosión repentina en la Catedral Metropolitana de Managua, el viernes. La explosión dejó un voraz incendio en la capilla que resguardaba la imagen de la Sangre de Cristo.
Testigos del hecho relatan que el incendio provocado por un sujeto que entró al templo generó estupor, tristeza y conmoción en la nación centroamericana. El venerado Jesús crucificado, una escultura tallada en madera que ha permanecido a Managua desde 1638 y que todos conocen como la Sangre de Cristo, quedó calcinado.
En el comunicado del párroco Jesús Silva, de la iglesia donde se perpetró el ataque, dice que el «acto fue realizado con zaña y odio pues no sólo robaron la custodia y el copón, sino que quebraron imágenes, ultrajaron el sagrario, pisotearon las hostias, quebraron bancas, ocasionaron daños a muebles puertas y tuberia y no bastandoles con estos ultrajes, hicieron sus necesidades fisiológicas sobre lo que pudieron».
«Este es un acto terrorista que muestra cómo está la situación del país. No hay ningún indicio de que haya sido un accidente. Es un acto con mala intención en el que utilizaron algún artefacto incendiario”, aseguró monseñor Carlos Avilés, Vicario General de la Arquidiócesis de Managua durante una entrevista concedida a DW.
Rosario Murillo se limitó a asegurar que el accidente fue causado por «las velas que coloca la feligresía” en la capilla, sin haber comenzado una investigación formal del suceso. El cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de la capital, y la Arquidiócesis, rechazaron de inmediato la versión oficial del gobierno de Daniel Ortega.
«Repudiamos el acto terrorista perpetrado en la capilla dedicada a la consagrada e histórica imagen de la Sangre de Cristo, la cual fue calcinada en su totalidad por un artefacto (…) de una fuerza destructiva y contundente en la que se reconoce un acto premeditado y planificado por una persona experta en manipular este tipo de objeto siniestro”, rezaba un comunicado publicado por la Arquidiócesis de Managua.
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Esta no es la primera vez que ocurre un suceso terrorista que afecta directamente a la iglesia católica nicaragüense. El comunicado, sin precisar culpables, resaltó que este atentado se suma “a una serie de actos sacrílegos, de violaciones a la propiedad de la Iglesia, de asedio a los templos, (…) una cadena de sucesos que reflejan el odio a la Iglesia”.
Hasta los momentos nadie se ha responsabilizado por estos ataques, en redes sociales tuiteros recordaron la crítica década de los años 80, marcada por una fuerte enemistad entre la primera administración de Daniel Ortega y la iglesia católica nicaragüense, acérrima opositora al sandinismo.
Para Michele Najlis, poeta de renombre que apoyó aquella revolución (1979-1990) y consultada por la cadena alemana de noticias DW, lo ocurrido en estos días es motivo «de enorme tristeza y enojo, porque han tocado a una de las imágenes religiosas más queridas del cristianismo católico. Tocarle la Sangre de Cristo a este pueblo es tocarle lo más sagrado”.
La imagen, que antiguamente se le conoció como «El Señor de los Milagros» y que ha sido venerada por creyentes que llegan a visitarla desde todo el país, sobrevivió intacta a cuatro terremotos, incluyendo a los que destruyeron por completo la capital en 1931 y 1972.
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