Análisis

El Caribe venezolano es tan peligroso como los mares de un estado fallido

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El Caribe venezolano es tan peligroso como los mares de un estado fallido

Fuerzas Armadas, cuerpos policiales y sistema judicial en Venezuela se han convertido en una maquinaria de extorsión para el comercio marítimo.

Redacción | Primer Informe

Nada se escapa del colapso chavista en Venezuela. Su industria naviera, agencias marítimas y organismos de defensa también han sido degradados por la corrupción del régimen venezolano.

Todos los puertos venezolanos, y el comercio marítimo en general, sufren el ataque de una ola criminal en el país suramericano.

En 2017 se registraron 30 ataques a barcos mercantes en aguas venezolanas. Pero en 2013 apenas eran 2, según registra Control Risks, una consultora de Londres.

Los informes de incidentes compilados por la Oficina Marítima Internacional,  muestran que la autoridad portuaria de Puerto La Cruz, uno de los terminales más activos de Venezuela, ya no responde  llamadas de ayuda de los capitanes que transitan por su jurisdicción.

El asesinato del  Jaime Herrera, capitán de un viejo buque petrolero llamado San Ramón, a manos de efectivos de la Armada y la Guardia Nacional chavista, es paradigmático del deterioro de la seguridad en los espacios acuáticos de Venezuela.

Ese homicidio, una ejecución extrajudicial, podría pasar a engrosar el deplorable récord en Derechos Humanos que el régimen mantiene y  que fue retratado en el reciente informe de la Organización de Naciones Unidas.

Algunos de los acusados por el crimen, habían pasado tiempo a bordo del petrolero en las semanas previas al hecho, según seis miembros de la tripulación que detallaron el episodio a Reuters. Se habían ganado la confianza de capitán.

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El capitán Herrera, tenía experiencia como oficial de marina de guerra en Colombia. (Foto: Reuters)

El buque San Román pertenece a Seaboard Investments. Esa empresa está registrada en Guyana a nombre de Sammie Ravendranauth, quien dice que los verdaderos dueños de esa organización son unos venezolanos que no aparecen en los registros oficiales.

Ravendranauth afirma que él era una especie de testaferro.

Piratas de la fuerzas armada chavista

El San Ramón fue detenido en aguas venezolanas luego de hacer un pedido de auxilio por radio cuando sus motores fallaron. Hacía una travesía desde Guyana hasta Colombia en donde sería sometido a reparaciones.

En lugar de recibir ayuda, tres enmascarados y armados con rifles subieron a bordo, dijo la tripulación.

Se identificaron como miembros de la unidad de contrainteligencia militar de Venezuela, conocida como DGCIM, y ordenaron a la tripulación reunirse en cubierta mientras registraban el tanquero.

“Este barco queda detenido”, dijeron los hombres armados. El oficial a cargo de esa operación llamó a Herrera y a dos marineros: Enmanuel Peñate, el primer oficial cubano, y al maquinista. Los acusó, sin evidencias, de contrabando de combustible.

Aunque le mostraba la bodega vacía, el oficial insistió. Apartó a Herrera a un lado y le dijo que podía “negociar” su liberación a cambio de un pago. Herrera se negó. 

Los agentes venezolanos abandonaron el buque, pero dijeron que los tres hombres enfrentarían cargos de contrabando.

Ordenaron a tres marineros armados que custodiaran el barco y la tripulación. Durate la operación de abordaje, los militares también robaron pertenencias de los marineros luego de registrar los camarotes.

Esta fue una de las últimas fotos de la tripulación completa del buque San Ramón mientras se encontraba secuestrado por fuerzas militares del régimen venezolano. El capitán Herrera aparece al centro de la imagen vestido de azul. (Foto: Reuters)

Habían convertido a la tripulación en rehenes en su propio barco. 

A mitad de agosto, un bote de la Armada llevó a Herrera, Peñate y Orobio a la costa para la audiencia. Un juez les dijo a los hombres, esposados ​​por las muñecas con una cadena, que se enfrentaban a 14 años de prisión si eran condenados.

El asesinato

En esa situación se entraban cuando se produjo el ataque. Seis hombres enmascarados subieron a bordo desde una lancha, se encontraron con un miembro de la tripulación al que redujeron. Uno de los asaltantes montó guardia mientras los otros se dirigieron hacia los camarotes.

Era la medianoche cuando el capitán Herrera generalmente salía de su camarote para un control nocturno del barco. La tripulación dijo a Reuters que escucharon a los asaltantes encontrarse con el capitán y obligarlo a regresar a su cabina.

Usaron a Herrera de Rehén para tratar de obligar al primer oficial a darles acceso a su habitación. Como no hubo respuesta, lo asesinaron. Antes de morir el capitán pidió auxilio en vano.

Los asaltantes huyeron pero antes se habían llevado un pequeño botín en dólares que el capitán resguardaba. Posteriormente

Con información de Reuters.

 

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