Corrupción

Así funcionó el plan de El Aissami para llenar Latinoamérica de terroristas islámicos

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Así funcionó el plan de El Aissami para llenar Latinoamérica de terroristas islámicos

Desde hace 10 años Tareck El Aissami ha autorizado la expedición masiva de cédulas y pasaportes venezolanos a sirios, iraníes y libios para introducirlos desde Canadá hasta Argentina.

Redacción | Primer Informe

Sweida es el pueblo sirio que ha elegido Tarek El Aissami para refugiarse en el momento más crítico de su búsqueda por narcotráfico y vínculos con el terrorismo islámico, y era desde allí desde donde llevaba a cabo uno de los planes más maquiavélicos y ambiciosos para insertar personal terrorista en toda Latinoamérica.

El Aissami ha sido uno de los pocos sirios-venezolanos en el gobierno de Chávez y Maduro, que llegó a convertirse en una pieza determinante para los planes de expansión de Hezbollah en Latinoamérica, con ideas que presuntamente fueron llevadas a cabo con la ayuda y conocimiento del ex jefe de la Dirección General de Inteligencia Militar (DGCIM), hoy prófugo, Hugo Carvajal y de Clíver Alcalá, quien ya se entregó a las autoridades estadounidenses en Bogotá y cuyo hermano es actualmente el embajador de Venezuela en Irán.

De hecho se cree que la información que posee Alcalá sobre estas acciones de El Aissami, sería una de sus grandes cartas para negociar con la justicia norteamericana.

Según informes de diversas agencias de inteligencia, el cerebro del plan es Tareck El Aissami pues teniendo en cuenta que él mismo ha convertido el pueblo de Sweida en una especie de mini Venezuela, el funcionario chavista usa el pretexto de que muchos venezolanos que viven allí querrían regresar a su país con sus descendientes o sencillamente gestionar la doble nacionalidad, para así autorizar la expedición masiva de cédulas y pasaportes venezolanos.

Todo este plan se hizo con el visto bueno de Hugo Chávez, Maduro y varios de sus ministros y generales.

Se estima que en los últimos 10 años, se expidieron unos 10.300 pasaportes a sirios, iraníes y libios, cálculo que se hace en base a lo que comenzó a ocurrir reiteradamente en diversos aeropuertos del continente americano pues durante ese período, al menos 172 casos cayeron en controles migratorios. Al llegar a las aduanas presentaban el pasaporte venezolano auténtico, pero prácticamente ninguno hablaba castellano, a pesar de que en muchos casos sus nombres y apellidos así lo indicaban.

Pero más clara estuvo la maquiavélica estrategia cuando al momento de revisar sus huellas en las bases de datos de inteligencia, la mayoría aparecía en listados de integrantes de grupos terroristas como Hezbollah o Al Qaeda.

Según el reporte de de la inteligencia colombiana, el dinero de El Aissami procedente del narcotráfico fue presuntamente usado para financiar esta gran migración, mediante aportes directos del cartel de los Soles al régimen venezolano, pero también a través de empresas de fachada dedicadas a lavar dinero, trabajo para el que El Aissami y sus socios tienen amplia experiencia.

En los informes de inteligencia se reflejan cerca de 20 compañías, ubicadas en Venezuela y Colombia, que funcionan como lavanderías desde donde salen los recursos para pagar los viajes de los miembros de Hezbollah, además de sus gastos de alojamiento, entre otros.

En varias ciudades de la costa de Colombia, las autoridades han identificado a 4 colaboradores de estas células terroristas. Su labor consiste en recibirlos una vez que pasan la frontera desde Venezuela y atenderlos en todo, hasta conseguirles cédulas y pasaportes colombianos originales, de ser necesario.

Uno de esos casos quedó al descubierto el pasado mes de enero. Tres hombres intentaban viajar a Dallas, Estados Unidos, cuando los funcionarios de migración se percataron de algo irregular. Con más de 45 años, Al Raefee, Tuameh Tuameh y Al Harari Al Harar mostraron sus registros civiles, así como sus pasaportes, pero estos presentaban números que correspondían a personas cercanas a los 20 años de edad. Todos dijeron no conocerse, aunque en los papeles aparecía que habían nacido en Cartagena y que sacaron el pasaporte el mismo día en Riohacha.

Verificaciones posteriores corroboraron que ellos aparecían en las bases de agencias estadounidenses como integrantes sirios de Al Qaeda.

Como este, en la zona del Magdalena colombiano, las autoridades han arrestado a responsables de vender más de 500 documentos parecidos.

Los negocios «sucios» de El Aissami

Según el experto en temas iraníes Joseph Humire, director de la Fundación para una Sociedad Libre y Segura, lo que diferencia a Venezuela en el negocio de la venta de pasaportes venezolanos es que este país «construye identidades» para que los terroristas islámicos puedan operar en una red financiera.

«Para construir una identidad falsa es necesario varios documentos como cuentas propietarias, certificado de nacimiento, cédula de identidad, pasaportes, y más» aseguró Humire.

Según el experto en anti terrorismo estas personas nacidas en Siria, Líbano e Irán dicen ser venezolanos, y en algunos casos nunca han pisado Venezuela. En el campo de la inteligencia esto se llama Trade Craften español técnicas de espionaje, donde se le otorga una identidad a un agente para que trabaje encubierto con un objetivo en específico.

En esta investigación en la que trabajó Humire, se encontró que algunas de las personas que recibieron estos pasaportes eran más que simples miembros de Hezbolá. Algunas personas que recibieron documentación venezolana tenían apellidos de familias que pertenecían a Dinastías en el Medio Oriente que existieron por siglos.

Humire asegura que este esquema es más complejo que simplemente mover terroristas y existe una «red oscura clandestina» entre Venezuela y Siria de la cual todavía se desconoce su verdadero propósito. Sin embargo, Humire considera que el esquema de documentación tiene el propósito de construir una red internacional con un propósito bélico.

(Con información Revista Semana)
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