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Las devastadoras consecuencias ecológicas del narcotráfico en Colombia luego de la paz de Santos

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Las devastadoras consecuencias ecológicas del narcotráfico en Colombia luego de la paz de Santos

Los extensos cultivos de coca afectan ecosistemas enteros y la vida de comunidades indígenas.

Redacción | Primer Informe

El importante parque nacional Catatumbo Barí en Colombia está desapareciendo producto de la presión del narcotráfico.

Anualmente, miles de hectáreas del Parque Nacional Catatumbo Barí, al occidente de Colombia, son deforestadas.

En su lugar, extensos campos de coca se levantan. De esa manera, el paisaje se está alterando de manera irreversible.

Esta es una de las inadvertidas consecuencias ecológicas del narcotráfico.

El Parque Catatumbo Barí cubre 158.125 hectáreas del departamento Norte de Santander, en la frotnera oriental de Colombia con Venezuela.

En el parque predominan las orquídeas, bromelias, lianas y helicoidales. También hay árboles de hasta de 45 metros de altura.

La zona protege algunos de los últimos bosques primarios de la región.  Es la única área al norte de los Andes habitada por plantas y animales amazónicos.

La coca llegó a finales de la década de 1990. Pero luego del cuestionado acuerdo de paz firmado por Juan Manuel Santos y los narcoterroristas de las FARC todo ha empeorado aceleradamente.

Desde la firma del acuerdo, las fuerzas de seguridad del gobierno se retiraron de la zona. Su lugar lo ocupan los grupos narcotraficantes. 

Especialmente, aquellos ligados con las narco guerrillas del ELN y las FARC.

Los cultivos de la planta de la que se extrae la cocaína han aumentado de forma exponencial. Tanto que son visibles desde los cursos de agua que comunican a todo el parque.

Para algunos pobladores,  “los cultivos están llegando a Cúcuta”, como dijo un habitante al portal Mongabay.

Las devastadoras consecuencias ecológicas del narcotrafico también afectan la vida de las comunidades indígenas Barí que habitan el parque.

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Deforestación sin límite

Tibú es uno de los municipios que tiene jurisdicción sobre el parque.  También es el municipio con mayor tasa de deforestación en Norte de Santander. 

Según el último informe del Instituto de Hidrología, Metereología y Estudios Ambientales (Ideam), en 2019 se despejaron 7,103 hectáreas. Eso representa el 72% de su área.

Según las Naciones Unidas, se cultivaron 41,711 hectáreas de coca en toda la región en 2019. Un aumento de más del 76% con respecto a 2016, ese año eran 24,831 hectáreas

Eso ha contribuido con la deforestación en todo el Norte de Santander. El Departamento perdió el 11% de su cobertura arbórea entre 2001 y 2019.

Datos satelitales de la Universidad de Maryland, corroboran esa cifra. En el mismo período, el Parque Nacional Natural Catatumbo Barí perdió el 6,2%. 

En 2020 hubo varios picos de deforestación que fueron «inusualmente altos» en comparación con años anteriores, estableció esa Universidad.

La zona está bajo la custodia de Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNN). Esa autoridad ambiental supervisa el Catatumbo Barí. 

Las áreas exteriores al parque son supervisadas por la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental. Esa entidad gestiona los recursos naturales renovables en Norte de Santander. 

Ambos organismos intentan mitigar las  graves consecuencias ecológicas del narcotráfico.

Sin alternativas

Sandra Gómez, subdirectora de Corponor, explica las causas de las altas tasas de deforestación fuera del parque. Se deben en gran parte a la expansión de la frontera agrícola, cultivos ilícitos, minería ilegal y tráfico de madera.

“Entrar es difícil e inaccesible debido a (la falta de) carreteras, el conflicto en curso y los problemas de seguridad.  Todo esto facilita las actividades ilegales ”, dijo Gómez.

Mientras tanto más campesinos se vuelven a la coca como una alternativa más rentable.

Un kilo de pasta de coca se vende por aproximadamente $ 790.  Si el comprador es alguien de la guerrilla, lo venden por 755 dólares.

Mientras tanto, el precio de un kilo de cacao, un cultivo legal alentado por el gobierno es de 2,30 dólares.

Las políticas y estrategias gubernamentales dirigidas a reducir el cultivo de coca han sido controvertidas.

“Los programas solo se han dirigido a familias que cultivan cultivos ilícitos”, dijo Jericó, un productor de cacao. 

“Las familias que no tienen estos cultivos han sido desplazadas y se les dice indirectamente que tienen que cultivar coca para ser beneficiarias de los programas gugubernamentales», agregó.

Con información de Mongabay.


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