[jp_post_view] 
El régimen socialista de Venezuela permitió a Héctor “el Niño” Guerrero escapar de prisión meses antes de que el sindicato del crimen organizado estableciera una presencia criminal en la ciudad de Nueva York.
Redacción | Primer Informe
El régimen socialista de Venezuela permitió a Héctor “el Niño” Guerrero, líder de la megapandilla más grande de Venezuela, el Tren Aragua, escapar de prisión meses antes de que el sindicato del crimen organizado estableciera una presencia criminal en la ciudad de Nueva York.
El Tren Aragua, que comenzó en 2012 como una banda sindical local en el estado homónimo de Aragua, rápidamente creció hasta convertirse en una organización criminal transnacional de pleno derecho con células activas en otros países de la región y ahora en Estados Unidos con impunidad tácita proporcionada por el régimen del dictador Nicolás Maduro.
Funcionarios del FBI sospechan que la organización criminal, que ha llegado a Nueva York, ha establecido una alianza con la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13) de El Salvador para llevar a cabo actividades criminales violentas en Nueva York.
Un informe publicado el lunes por el New York Post afirma que, según fuentes anónimas, miembros del Tren de Aragua se han trasladado a Nueva York tras cruzar la frontera sur y solicitar asilo en Estados Unidos.
La presencia del Tren Aragua ha provocado una violenta oleada de robos de teléfonos móviles protagonizados por individuos montados en ciclomotores, una táctica empleada a menudo por los miembros de la banda en Venezuela.
Según el informe del New York Post, los teléfonos se utilizan para vaciar las cuentas bancarias de las víctimas mediante transacciones fraudulentas tanto en Estados Unidos como en Sudamérica antes de ser enviados a Colombia para ser borrados, reprogramados y vendidos.
LEA TAMBIÉN: Agencias federales confirman que venezolanos que golpearon a policías en Times Square son del Tren de Aragua
Además de Nueva York, las autoridades policiales estadounidenses han confirmado la presencia de miembros de la banda en otras ciudades, como Chicago y Miami.
Guerrero, el fundador de la megapandilla venezolana, tiene un amplio historial delictivo, que incluye acusaciones de extorsión, secuestro, narcotráfico, asesinato a sueldo, robo de vehículos, tráfico de migrantes, tráfico sexual y trata de personas.
Su paradero sigue siendo desconocido desde finales de septiembre de 2023, cuando el régimen de Maduro allanó la prisión de Tocorón, un centro de reclusión en Aragua que, bajo el control de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) de Venezuela, se había transformado en una base de operaciones criminales para la banda.
Organizaciones no gubernamentales afirmaron en su momento que el régimen de Maduro allanó Tocorón sólo después de que Guerrero hubiera negociado la entrega de la instalación al régimen socialista, ya que el líder de la banda supuestamente había huido de la prisión antes de que se llevara a cabo la operación.
Los investigadores sospechan que Guerrero pudo escapar de Tocorón antes de la redada de septiembre a través de una serie de túneles que conectaban la prisión con el cercano lago de Valencia, utilizando una embarcación. Al parecer, los reclusos utilizaban los túneles con regularidad para entrar y salir de la prisión a su antojo.
En el momento de la redada, Guerrero estaba «cumpliendo» una condena de 17 años de prisión a partir de 2018 por múltiples condenas por homicidios, tráfico de drogas y otros cargos.
Como jefe del Tren de Aragua, Guerrero dirigía la ahora clausurada cárcel de Tocorón como su pran -título en argot que se da al máximo dirigente de una prisión venezolana-. Guerrero, en su condición de pran de Tocorón, dirigía la instalación bajo un sistema parecido a un feudo conocido en Venezuela como pranato. El sistema de pranato venezolano funciona con su propia gobernanza, reglas y terminología.
Una de esas normas exige que los presos paguen una cuota periódica preestablecida a la «causa» del pranato a cambio de su seguridad y, en algunos casos, de beneficios añadidos, como alimentos o medicamentos. El impago de la «causa» tiene consecuencias potencialmente mortales para el recluso infractor.
Guerrero, con los fondos obtenidos de la «causa» y los beneficios de las actividades delictivas del Tren de Aragua, transformó Tocorón en un enclave fortificado con comodidades como la propia casa privada de Guerrero, piscinas, bares, clubes, un estadio de béisbol y oficinas bancarias privadas. La Guardia Nacional venezolana proporcionaba seguridad externa a Guerrero y al Tren de Aragua mientras éste dirigía la prisión.
Información de Breitbart.com
