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Los funcionarios de inteligencia brasileños supuestamente creen que una invasión venezolana es inminente, aunque no han publicado las pruebas para llegar a esta conclusión.
Redacción | Primer Informe
Uno de los conflictos latentes más ignorados del mundo llegó a su punto de ebullición el miércoles, cuando Brasil anunció que “intensificaron las acciones defensivas”, concentrando tropas y blindados a lo largo de su frontera norte para repeler una posible invasión de Guyana por parte de Venezuela.
El Ministerio de Defensa de Brasil dijo que ha estado “monitoreando la situación” en Guyana y decidió que era necesaria una “mayor presencia militar”. Los funcionarios de inteligencia brasileños supuestamente creen que una invasión venezolana es inminente, aunque no han publicado las pruebas para llegar a esta conclusión.
Lo que está en juego es un región ubicada entre Venezuela y Guyana, conocida como Esequibo por el nombre del río principal que lo atraviesa. Con una extensión de más de 61.000 millas cuadradas, el Esequibo cubre casi dos tercios del territorio de Guyana, pero Venezuela reclama toda la zona como de su propiedad.
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En resumen, Venezuela argumenta que sus fronteras históricas se extendían hasta el río Esequibo, pero que la tierra le fue arrebatada durante la era colonial británica. El gobierno estadounidense de la década de 1890 creía que Venezuela tenía un reclamo legítimo que debía resolverse mediante arbitraje. Los británicos se resistieron a la idea (y pensaron que aún más territorio debería pertenecer a la Guyana Británica), pero finalmente aceptaron permitir que una comisión de límites organizada por el Congreso de Estados Unidos resolviera la cuestión.
La comisión rechazó los reclamos más amplios de Gran Bretaña, pero dejó la mayor parte del Esequibo dentro de las fronteras de Guyana. El asunto fue considerado en su momento como la primera gran demostración estadounidense de poder global.
Quiso la suerte que la región del Esequibo sea extremadamente valiosa. Los británicos querían su oro, pero exploraciones posteriores revelaron que la tierra es un verdadero hiperalmacén de minerales útiles, incluidos cobre, hierro, níquel, tungsteno y bauxita.
Las colinas también están salpicadas de diamantes, y en la década del 2000 los exploradores marinos encontraron petróleo. Hay 46 campos petroleros conocidos en la región, cuatro de ellos descubiertos apenas el año pasado. Los geólogos creen que sus reservas totales de petróleo podrían superar los 11 mil millones de barriles.
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El domingo, Venezuela planea celebrar un referéndum para apoderarse de toda la región del Esequibo y convertirla en un estado venezolano. El dictador Nicolás Maduro ha movilizado a su régimen socialista para lograr la aprobación del referéndum.
Los residentes indígenas de Esequibo temen que Venezuela los invada, pero también están descontentos con el gobierno de Guyana por mantenerlos al margen. Casi todo lo que los residentes saben sobre la disputa les llega a través de las redes sociales.
“El gobierno… sólo viene cuando quiere nuestros votos. Ahora bien, existe esta disputa. Nadie está aquí para decirnos: ‘Éstos son los problemas’. Esto puede llegar. Preparémonos para ello. Estamos negociando. Esperamos lo mejor’. Nadie vendrá a decirnos eso”, se quejó el miércoles el líder indígena esequibo Michael Williams a la Associated Press (AP).
La AP señaló que los pueblos indígenas del Esequibo pueden tener algunos problemas con el gobierno de Guyana, pero no se ven a sí mismos como venezolanos, contrariamente a las afirmaciones propagandísticas del régimen de Maduro.
En septiembre, Guyana solicitó ofertas de seis compañías petroleras para desarrollar campos marinos en la región de Esequibo. Venezuela denunció la licitación como “ilegal” y acusó a Guyana de intentar “asignar áreas marítimas pendientes de delimitación entre ambos países”.
El Departamento de Estado de Estados Unidos apoyó a Guyana, respaldando su derecho a desarrollar sus propios recursos naturales y rechazando los “esfuerzos de Venezuela por infringir la soberanía de Guyana”.
El viernes pasado, el presidente de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, se dirigió en helicóptero a las montañas de Pacaraima, cerca de la frontera con Venezuela, y izó desafiante su bandera nacional, una medida interpretada como una provocación deliberada por parte de Venezuela.
