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La exagerada condena a un manifestante cubano por romper un cuadro de Fidel

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La exagerada condena a un manifestante cubano por romper un cuadro de Fidel

 A Roberto Pérez Fonseca lo procesaron bajo los delitos de desorden público, instigación para delinquir, desacato y atentado por romper junto a otros manifestantes, una imagen de Fidel Castro.

Redacción | Cubanet.

Es 11 de julio en San José de las Lajas, Artemisa. Hay unas cinco o seis personas intentando romper un lienzo con el rostro de Fidel Castro que arrebataron a unos contra manifestantes oficiales. Cada uno hala con fuerza para su lado, pero la imagen no termina de desmembrarse. En el fondo una multitud eufórica grita: ¡quémenlo!, ¡quémenlo! Roberto Pérez Fonseca se acerca al grupo que intentaba destrozar la imagen, toma un pedazo del cuadro y termina de quebrarlo finalmente. Luego, se queda con una parte del lienzo y continúa la marcha con un Fidel destrozado sobre su hombro.

Cinco días después unos 15 agentes fueron hasta la casa de Roberto y se lo llevaron esposado frente a su madre. Lisset Fonseca, de 61 años, comenzó a grabar la detención para después denunciar. Un policía se percata y la detienen a ella también. Lisset pudo regresar cuatro horas después a su casa, no sin antes borrar el video; sin embargo, su hijo se quedó detenido.

Este 19 de octubre Lisset fue hasta el tribunal municipal de San José de las Lajas acompañada de un sobrino. Allí le leyeron la sentencia. Su hijo, sin haber herido a nadie, ni dañado propiedad estatal fue condenado a 10 años de prisión.

Lisset, mientras escuchaba la voz de la funcionaria, sólo podía pensar en la vida que le esperaba a él y a su nieto de dos años. “Rober es huérfano de padre desde los 39 días de nacido. Él anhelaba estar con Dilan y verlo crecer para que no tuviera que sufrir la misma infancia que él; y ahora no va a estar”, dice Fonseca, aún conmocionada.

Aunque ni en las conclusiones provisionales de la Fiscalía, ni en la sentencia se menciona el cuadro roto, su familia está segura que es el verdadero motivo de la pena tan severa. Antes del juicio, de modo extraoficial, ya les habían advertido que “lo de Fidel le costaría caro”.

¿Qué hizo Roberto el 11 de octubre?

Hay dos versiones de los hechos alrededor de Roberto Pérez Fonseca del pasado 11 de julio. Una es la lectura del policía que lo acusa, Jorge Luis García, conocido como “rompe huesos” en su localidad, y que fue recogida en la petición fiscal. La segunda, parte de las declaraciones de los testigos y de los videos de ese día. CubaNet comparte ambas.

La versión oficial:

Roberto Pérez se paró en “el Boulevard ubicado en Avenida 45 entre 54 y 64, liderando un gran número de personas, a los que incitaba a lanzar piedras y botellas contra los oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria, gritando a viva voz que eran unos singaos, esbirros, lo que provocó gran aglomeración de personas dificultando el trabajo policial y de las fuerzas revolucionarias que acudieron al lugar”.

Posteriormente Roberto habría lanzado una piedra contra el oficial de la PNR y jefe de sector, Jorge Luis García Montero, que le impactó en la muñeca, pero no le dejó lesiones.

A pesar de la gravedad de esta cadena de acontecimientos narrada por el oficial, no lo detuvieron en el momento, sino cinco días después.

Los videos:

En las imágenes de ese día, a la misma hora y lugar que señala el jefe de sector, se ve a Roberto solo, sin la multitud que según los oficiales lo acompañaba, caminando con la intención de irse a casa. Según explica su hermano Alberto, algunos manifestantes habían comenzado a lanzar piedras y Roberto no lo aprobó, así que prefirió marcharse.

En el camino se detiene y le grita al policía mencionado” abusador” mientras este golpeaba a un manifestante. La respuesta de García al calificativo es una pregunta: “¿Eso es conmigo?”. A lo que Roberto responde “sí, es contigo”, da la espalda y continúa su camino. Ahí acabó el 11 de julio para él.

Ambos volvieron a encontrarse el día 16 cuando García fue a detener a Pérez. Una vez en la estación ese mismo policía golpeó a Roberto, esposado, una y otra vez junto a otros oficiales, según le avisó a su familia un testigo. Luego el mismo Roberto lo confirmó.

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El juicio

Antes de la petición fiscal, a la madre le habían dicho que, si se mantenía callada y su otro hijo también, exiliado en Canadá, serían benevolentes con Roberto. Después supo que pedían 12 años de condena y que hacer silencio no era garantía de nada, al contrario, les permitía actuar a las autoridades con mayor impunidad.

El 28 de septiembre celebraron el proceso contra Roberto en el Tribunal Municipal de San José de las Lajas. Lisset vio llegar a su hijo esposado de manos y pies, y custodiado por policías con perros. En los alrededores también había boinas negras.

“Nunca pensé que iban a condenarlo porque en el juicio quedó claro que no había prueba alguna contra él. El oficial que lo acusaba ni siquiera recordaba cómo estaba vestido y había incoherencias profundas entre su relato y los hechos comprobables en el video”, explica Lisset.

La defensa también apuntó en el juicio que durante el proceso de investigación en el expediente de Roberto Pérez Fonseca fueron omitidos los testimonios de tres testigos que apoyaban la versión del acusado. Lo cual representa una violación del debido proceso.

La licenciada Gisselle Morfi, miembro del equipo legal de Cubalex, explica que incluso aunque denieguen los testimonios debe haber constancia de estos. “Tiene que haber en el expediente un escrito de presentación de los testigos y otro de denegación, además de uno de recursos si se hubiera interpuesto. Es obligatorio”. Esta omisión es para la experta una clara arbitrariedad.

Al contrario de Lisset, su otro hijo, Alberto, no dudaba de la dureza del régimen cubano para castigar el disenso y aunque la condena a su hermano lo derrumbó, la esperaba. Lo que sí aún no entiende es cómo los que comenzaron a lanzar piedras salieron libres con una multa, mientras su hermano que no agredió a nadie estará 10 años preso. “En el pueblo comentan que los que iniciaron la violencia fueron agentes de la Seguridad encubiertos y fue una orden de la propia policía política. No puedo probarlo, pero es muy sospechoso que ellos sigan libres”, confiesa Alberto, quien se creó una cuenta de Twitter y un canal de Youtube para visibilizar el caso de su hermano mayor.

***

Roberto, vestido con un pullover blanco y un short azul, fue uno de los primeros que salió el 11 de julio en San José y empezó a sumar gente por el camino. Lo condenan sobre todo porque fue un “líder” para su comunidad y se atrevió a destrozar el rostro de Fidel Castro. Es un caso ejemplarizante que se visibiliza semanas antes de la Marcha Cívica por el Cambio anunciada para el 15 de noviembre. Quitarle 10 años de su vida por manifestarse es un ejemplo que puede paralizar a muchos o encender una chispa.

La familia planea apelar, pero antes deben avisarle a Roberto cuál fue la sentencia, aún no lo sabe. Lisset, su madre, se lo contará cuando él pueda llamar. Quizá sea hoy.

 

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