INFORME: La propuesta que podría rescatar la industria petrolera de Venezuela

Muchos yacimientos venezolanos de petróleo y gas se encuentran actualmente inactivos debido a la insuficiencia de inversiones y mantenimiento, lo que representa una oportunidad perdida.
Redacción | Oil Price
La reciente cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Bruselas representó una oportuna ocasión para que Europa construyera nuevas alianzas en la escena mundial.
La propuesta de la CRESCII, que permitiría a los países caribeños convertirse en copropietarios de los yacimientos de petróleo y gas probados y perforados de Venezuela, es un avance importante, aunque poco divulgado, de los países de la CELAC que merece el apoyo europeo.
Esto representaría un cambio de paradigma en la relación entre las naciones caribeñas y Venezuela. En lugar de ser compradores y vendedores pasivos de petróleo y productos refinados, los países caribeños participantes tendrían un interés personal en su desarrollo, mantenimiento, capacidad productiva y producción.
En la actualidad, muchos de estos yacimientos permanecen inactivos por falta de inversión y mantenimiento, lo que representa una oportunidad perdida tanto para Venezuela como para la región. Al invertir en los yacimientos de petróleo y gas marcados con antelación en condiciones preferentes, las naciones caribeñas asumirían una participación en los «barriles bajo tierra», liberando un vasto potencial para la seguridad energética de la región, al tiempo que apoyarían la rehabilitación y el desarrollo de la industria del petróleo y el gas de Venezuela.Una vez establecido el consorcio de países caribeños participantes, se entablarían negociaciones con Venezuela sobre los yacimientos concretos que se pondrían a disposición, así como sobre la cuantía y las condiciones de la inversión requerida. Aunque mucho dependerá de los yacimientos concretos de que se trate, de las evaluaciones técnicas y de la velocidad de la inversión, debería ser posible que la producción comenzara en un plazo de 18 meses.
Se espera que el consorcio CRESCII sea libre de elegir a PDVSA como socio de producción, o de traer a un tercero para que desempeñe este papel. También se prevé que, hasta que aumente y se recupere la capacidad de refinado en Venezuela, el consorcio CRESCII podría acceder a capacidad de refinado para su petróleo en otros lugares de la región, convirtiéndose las islas que disponen de capacidad en el Caribe en centros logísticos.
Para las naciones caribeñas, la iniciativa CRESCII representa una oportunidad transformadora. Al convertirse en copropietarios de los activos venezolanos, pueden asegurarse el acceso a suministros energéticos asequibles, reduciendo su vulnerabilidad a las fluctuaciones del mercado petrolero internacional. Esta mayor seguridad energética actuará como catalizador del crecimiento económico, promoviendo la estabilidad y el desarrollo en la región. Además, la asociación ofrece una oportunidad para la transferencia de tecnología y el intercambio de conocimientos, lo que permitirá a los países del Caribe reforzar sus propias industrias energéticas.
La propuesta del CRESCII también beneficia a Venezuela, donde años de problemas económicos y agitación política han afectado negativamente a la industria del petróleo y el gas. Al acoger a los países caribeños como copropietarios e inversores, Venezuela recibiría el capital y la experiencia que tanto necesita para rehabilitar y desarrollar su sector energético. Esta colaboración podría reactivar la producción de petróleo y gas, propiciando el crecimiento económico y la creación de empleo, al tiempo que fomentaría la integración y la cooperación regionales.
Para el asediado sector energético venezolano, la propuesta también aprovecharía el impulso del reciente acuerdo firmado por el país con los gigantes energéticos europeos Eni y Repsol, que permite la exportación de líquidos de gas natural -o condensados- a otros mercados. El acuerdo llega tras años de conversaciones con la italiana Eni y la española Repsol para obtener un permiso de exportación de condensados, un subproducto de la operación de producción de gas natural en Cardón IV, empresa que dirigen conjuntamente. El proyecto Cardon IV ha aumentado hasta 500 millones de pies cúbicos de gas natural al día en 2023, un 31% más que en 2019.
Sin embargo, una condición crítica para que las propuestas de CRESCII salgan adelante podría residir en el apoyo europeo al levantamiento de las sanciones impuestas a Venezuela por Estados Unidos. Resulta alentador que la declaración del presidente francés Macron en la cumbre de la CELAC pidiendo el levantamiento de las sanciones indique un avance positivo hacia la eliminación de estas barreras.
Una resolución mutuamente beneficiosa podría incluso abrir las puertas a un suministro energético más estable y seguro para Europa, pero los beneficios son mucho más amplios. El levantamiento de las sanciones aliviaría la crisis humanitaria en Venezuela, lo que mejoraría las condiciones de vida y la estabilidad social en el país. Una Venezuela estable beneficia tanto a Europa como a los intereses más amplios de Estados Unidos en América Latina y el Caribe, reduciendo posibles tensiones geopolíticas. Además, desbloquearía el capital, la tecnología y la mano de obra cualificada necesarios y urgentes para reparar y mantener la infraestructura energética del país, que se ha ido corroyendo en los últimos seis años, en parte por haber permanecido inactiva durante demasiado tiempo como consecuencia de las sanciones.
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La propuesta de la CRESCII, centrada en la cooperación en el seno de la CELAC, ofrece un medio de colaboración para rejuvenecer los activos petroleros y gasísticos venezolanos. Según el informe 2022 BP Statistical Review of World Energy, Venezuela tiene más reservas probadas de petróleo que cualquier otro país del mundo. Los 304.000 millones de barriles de reservas probadas de Venezuela apenas superan los 298.000 millones de barriles de Arabia Saudí.
A sólo 50 kilómetros de Caracas se encuentran las segundas mayores reservas de gas natural del hemisferio occidental. Sin embargo, Venezuela nunca ha exportado una molécula de ese combustible. Ahora, el presidente Maduro está poniendo en marcha un intento a largo plazo de explotar esos vastos yacimientos para reactivar una economía devastada por el impago de la deuda, la inflación galopante y las paralizantes sanciones de Estados Unidos.
Los ojos del mundo se posan ahora en Estados Unidos y otros países occidentales para que respalden el mensaje del presidente francés. Estados Unidos ya ha ejercido suficiente presión económica sobre Venezuela. Ha llegado el momento de abrir la válvula de escape y permitir que el gobierno venezolano aproveche sus recursos naturales en beneficio de su pueblo y de toda la región.
Por Cyril Widdershoven para Oilprice.com
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