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Guerra interna en el ELN que pone en jaque a varios jefes guerrilleros se lleva a cabo en Venezuela

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Guerra interna en el ELN que pone en jaque a varios jefes guerrilleros se lleva a cabo en Venezuela

Los documentos a los que tuvo acceso Semana apuntan a que hay otros cuatro jefes medios sometidos a investigaciones internas que, ante los antecedentes, podrían terminar ejecutados.

Redacción | Primer Informe

Internamente en las filas del Ejército de Liberación Nacional las cosas no van bien. La purga sangrienta que está librando a lo interno de esta organización criminal la están protagonizando alias Pablito, un alto miembro del Comando Central de la organización y alias Raúl, comandante del frente de Guerra Oriental, la estructura armada más poderosa del movimiento guerrillero en la actualidad.

El detonante para que se desatara esta cruenta guerra interna fue la corrupción en el manejo de los dineros del crimen. El saldo hasta ahora es la muerte de tres importantes jefes guerrilleros y al parecer hay otros cuatro mandos a la espera de su juicio.

La revista Semana tuvo acceso a documentos internos del ELN que están en poder de las autoridades colombianas y estos señalan que la venganza comenzó hace tres meses y la han desarrollado sobre todo en Venezuela.

El primer sentenciado en estas ejecuciones enmascaradas bajo el rótulo de juicios revolucionario fue alias Alberto o Brazo de Reina. Este es un guerrillero con más de 30 años dentro del movimiento participando en comisiones y compañías como la de Camilo Cienfuegos o la Simacota. Con el paso del tiempo pudo ir escalando hasta llegar al grado de comandante de frente. Primero estuvo a cargo del Efraín Pabón, que opera en los Santanderes y Boyacá. A comienzos de este año asumió la jefatura del Domingo Laín, en Arauca y Casanare, comenta una nota de Semana.

«Brazo de Reina» tenía dos órdenes de captura por la fiscalías de Bogotá y Bucaramanga, acusado de secuestro, homicidio, desaparicion forzosa, rebelión y terrorismo. Fuentes colombianas de inteligencia aseguran que cayó en desgracia cuando la cúpula del ELN se enteró que estaba desviando recursos de la organización, producto del narcotráfico, del secuestro y otros crímenes.

El dinero obtenido por alias Alberto de estas operaciones secretas lo había invertido en propiedades para su beneficio en Colombia y Venezuela. Ya perdido y descubierto, alias Alberto sabía cuál era su suerte dentro del ELN, por lo que escapó de su campamento junto a una amante con la cual se refugio en Venezuela.

El guerrillero junto a su mujer fue capturado en Venezuela por la Guardia Nacional a mediados de año y los propios Pablito y Raúl hicieron lo imposible para que el régimen de Nicolás Maduro lo liberaran. Una vez libre los elenos capturaron al “traidor” y lo sometieron a juicio.

Comunicaciones internas del ELN, detallan que alias Alberto fue torturado para que confesara sus pecados, dijera donde estaban sus bienes y diera información sobre sus cómplices. El 14 de agosto lo asesinaron en un paraje del estado Apure.

En la línea de mando del frente Domingo Laín seguía alias Sierra. Él era el contador de esa estructura y con 25 años en las filas del ELN ya había comandado varias comisiones guerrilleras. Su prontuario indica que se había especializado, además del narcotráfico, en secuestrar arroceros y terratenientes y en extorsionar empresas en Arauca y Apure.

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Este fue citado por los elenos en Tres Esquinas, una zona rural en Arayca y allí fue amarrado y acusado por apoderarse de dinero del narcotráfico. Fue asesinado dos días antes del asesinato de alias Alberto. La condición del grupo guerrillero para entregar el cuerpo a su familia era que su cuerpo debía ser enterrado en Venezuela.

De este modo el ELN se deshizo de los dos máximos jefes del emblemático frente Domingo Laín, una de las tres estructuras que conforman el frente de Guerra Oriental.

La purga no terminó allí. Continuó con el jefe de la comisión Ernesto Che Guevara, integrante del frente Domingo Laín. El tercer sentenciado fue alias Guanache, un importante mando militar que llevaba al menos 15 años en la guerrilla. Dentro del organigrama eleno lo consideraban como un hombre con proyección de ascenso. Se había destacado al momento de ejecutar acciones terroristas. Tenía un rol tan importante en la seguridad de la organización que hacía el filtro final a quienes visitaban el campamento de alias Pablito, quien se oculta en Venezuela.

La plana mayor del ELN lo acusa de robar dinero, comprar propiedades y hacer negocios que nunca fueron reportados a los superiores.

Los documentos aseguran que utilizó contactos del ELN dentro de las filas militares venezolanas para enriquecerse. La propia guerrilla del ELN asegura que Guanache desapareció a dos jóvenes elenos por descubrir sus fechorías. Luego de someterlo a un supuesto juicio, lo asesinaron en Los Bancos, en el estado venezolano de Apure. La familia recibió su cuerpo con la misma condición que la guerrilla puso sobre Sierra: que debían sepultarlo en territorio venezolano.

Los documentos a los que tuvo acceso Semana apuntan a que hay otros cuatro jefes medios sometidos a investigaciones internas que, ante los antecedentes, podrían terminar ejecutados.

Las rencillas en la organización son recurrentes. Por ejemplo alias Uriel, el tercer comandante del frente Occidental, que murió en una operación militar la semana pasada en Chocó, tenía desencuentros con otros jefes guerrilleros. Estos lo cuestionaban porque su estilo mediático ponía en riesgo la seguridad de la organización.

Esta purga interna es especialmente riesgosa para el ELN porque debilita su fortín: las estructuras que controlan la frontera venezolana entre Norte de Santander y Arauca. Pero la cacería tampoco resulta extraña si se tiene en cuenta el perfil del hombre que la ordenó.

Gustavo Aníbal Giraldo, alias Pablito, es el jefe militar más importante del ELN y también el más sanguinario. Se ha labrado una carrera criminal por episodios como la guerra que sostuvo con las Farc hace más de diez años por el control de la frontera con Venezuela, en la que murieron alrededor de 100 guerrilleros. También por haberse fugado luego de su captura en 2008 y por ataques como el atentado a la Escuela de Cadetes, en el que murieron 22 estudiantes de la Policía el año pasado.

Pablito también fue el opositor más férreo a las negociaciones de paz que el Gobierno sostuvo con el ELN y terminaron sin éxito hace más de un año. La venganza interna que ordenó recuerda otros episodios del conflicto colombiano en los que antiguos compañeros de armas se liquidaron entre sí.

 

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