Conozca cómo Joe Biden perderá el control sobre armas nucleares de EEUU
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Cuáles son los peligros de quitarle a la Casa Blanca el poder exclusivo para ordenar un ataque con bombas atómicas.
Redacción | Primer Informe
Desde la década de 1950, los presidentes de Estados Unidos han tenido el acceso a los códigos que activarían un ataque con armas nucleares.
La política es considerada por muchos en Washington como un legado de la Guerra Fría que ahora luce innecesario.
Una nueva propuesta pretende cambiar eso. William J Perry, ex secretario de Defensa durante la presidencia de Bill Clinton, planteó una nueva idea en un artículo publicado en Politico.
Hay una crítica principal al actual control sobre armas nucleares en EEUU. Se basa en que la decisión de ordenar un ataque dependa de una sola persona.
«El secretario de Defensa no tiene voz. El Congreso no tiene ningún papel», cuestiona Perry.
Según, el ex secretario de Defensa, una sola persona «no debe tener el poder divino para provocar la destrucción global en un instante».
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Kim-Jong Un, el dictador norcoreano, avisó a Biden que su programa de bombas atómicas seguirá avanzando. Lo mismo hará con los misiles balísticos intercontinentales.
Irán también aprovecha el cambio de Gobierno para anunciar que incrementará sus programas de enriquecimiento de uranio.
Ante ese escenario, los sectores progresistas estadounidenses responden haciendo más burocrático y lento el proceso para repeler un ataque nuclear.
Autoridad obsoleta
«Esa autoridad sin control es antidemocrática, obsoleta, innecesaria y extremadamente peligrosa», escibe Perry sobre los poderes nucleares del presidente en EEUU.
Va más allá y afirma que es un peligro para la seguridad nacional.
La autoridad presidencial sobre los ataques nucleares se ideó para mantener ese poder fuera del alcance de los militares.
Harry S. Truman fue quien inauguró esa política hace 75 años.
La Guerra Fria forzó esa autoridad exclusiva, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética desplegaron misiles balísticos capaces de atravesar el mundo en 30 minutos o menos y el peligro era una justificación real.
Cada presidente después de Truman ha viajado con un maletín con los códigos que permitirán ordenar el lanzamiento del arsenal nuclear.
Pero la capacidad de lanzar cientos de armas termonucleares en cuestión de minutos conlleva graves peligros.
Perry razona que algún presidente podría tomar una mala decisión estando bajo una aplastante presión o podría responder a una falsa alarma.
También podría suceder que el mandatario no este psicológicamente apto.
En concreto, Perry propone que Biden debería anunciar que compartiría la autoridad para usar armas nucleares con un grupo selecto en el Congreso.
«También debería declarar que Estados Unidos nunca iniciará una guerra nuclear y que usaría la bomba solo como represalia», dice.
Tambien afirma que debería retirar los misiles balísticos terrestres que están estacionarios y más vulnerables a ser eliminados en un primer ataque.
Estos misiles, añade, no son necesarios para la disuasión. De esto se encargan las armas nucleares instaladas en submarinos.
Mientras el control sobre armas nucleares involucre a más personas, menos ágil será la capacidad de respuesta. Así, el poder disuasivo del arsenal atómico se diluirá.
Con información de Politico.
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