Persecución contra expresidenta de Bolivia enciende al país en protestas
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En medio de grandes arbitrariedades, el encarcelamiento de la expresidenta de Bolivia, falsamente acusada por un golpe de estado que nunca existió, se convierte en un dolor de cabeza para el gobierno de ese país.
Redacción | Primer Informe
La persecución ordenada por el Movimiento al Socialismo, el partido de Evo Morales, contra los integrantes del gobierno interino de Bolivia es un escándalo internacional. Tantos han sido los atropellos que el secretario de la Organización de Naciones Unidas se pronunció al respecto.
Y en Bolivia, la gente ha tomado las calles en respaldo a la expresidenta Jeanine Áñez y su gabinete. Manifestaciones en La Paz, Cochabamba, Sucre y Santa Cruz fueron la respuesta al envío a la cárcel de mujeres de La Paz de Áñez.
En la capital boliviana, la protesta fue convocada por el Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade). Esa misma organización encabezó las protestas de 2019 contra el fraude electoral a favor Evo Morales en 2019.
«No nos vamos a rendir, vamos a dar batalla hasta conseguir que se revierta esta situación de criminalización que se ha dado en el país», dijo a Efe el portavoz del Conade, Manuel Morales. De camino a la Fiscalía, la movilización pasó por al menos dos ministerios donde los manifestantes reclamaron «justicia», «libertad» y aseguraron que en 2019 no hubo un golpe de Estado.
En Santa Cruz, miles de personas llegaron hasta el Cristo Redentor, un monumento emblemático de esa ciudad, la mayor del país. Con banderas cruceñas y bolivianas rechazaron la detención de Áñez y de dos de sus exministros.
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En un comunicado, un portavoz de Antonio Guterres se refirió a las «acciones legales emprendidas contra ex funcionarios y autoridades gubernamentales en Bolivia».
Secretario general de la ONU se pronuncia
Al respecto, el secretario Guterres pidió recordar «la importancia de respetar las garantías del debido proceso y la total transparencia en todos los procedimientos judiciales».
Y es que al estilo chavista, Evo Morales habría ordenado usar el sistema judicial del país como un arma de retaliación.
Los objetivos de la venganza de Evo son todos los funcionarios que asumieron roles de gobierno luego del vacío de poder que el propio Morales creó tras las elecciones de 2019.
Morales acudió a esos comicios violando la constitución boliviana y la voluntad popular que había rechazado su presentación para un nuevo mandato.
En medio de irregularidades, los bolivianos salieron a la calle a protestar contra Morales. Ante la presión popular Morales y su vicepresidente renunciaron. Lo mismo hicieron los presidentes del Congreso, en una clara apuesta a crear una situación de ingobernabilidad.
En esa circunstancia, Jeanine Áñez, entonces segunda vicepresidenta del Senado, asumió la presidencia casi por descarte. Su designación fue avalada por el Tribunal Constitucional.
«El Secretario General también recuerda los avances logrados por los bolivianos y bolivianas hacia la consolidación de la paz», recordó Guterres.
También reiteró el compromiso de las Naciones Unidas para apoyar estos esfuerzos a través de la facilitación del diálogo y la promoción de los derechos humanos.
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