ANÁLISIS: Ecuador gira a la derecha
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La derrota del candidato del correísmo es un fracaso también para Maduro que perdió a un posible aliado que lo reconocería en la región.
Demetrio Olaciregui Q. | Primer Informe
El eterno candidato será el próximo presidente de Ecuador. El banquero conservador Guillermo Lasso ha hecho bueno el dicho venciendo en su tercera candidatura con el 52,5% de votos frente al 47,5% del economista de izquierda, Andrés Arauz, testaferro político del expresidente Rafael Correa.
Lasso, candidato del movimiento CREO y del partido Social Cristiano, pone fin a 18 años de gobiernos de izquierda, tras lograr una remontada histórica de más de 30 puntos. Lasso encarnaba el anticorreísmo representado por la derecha tradicional, empresarios, medios de comunicación y parte de la multitud de desencantados con el socialismo del siglo XXI que Correa pregonó.
Correa reconoció la derrota de Arauz y llamó a poner fin a la persecución política, luego de ser condenado a ocho años de prisión por delitos de corrupción, lo que le impidió participar en los comicios.
Con la derrota de Arauz, Correa “ya no será otra vez el jaguar que ruja en América Latina”. Recibió un “varapalo inimaginable para regresar por la puerta grande a su país desde su exilio en Bélgica”, comentó el diario La Razón.
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Pero hay otros perdedores en las elecciones ecuatorianas. Perdió el dictador Nicolás Maduro, puesto que de haber resultado elegido Arauz había anticipado que reconocería al régimen de Venezuela. Lasso anunció que invitará a los actos de toma de posesión el 24 de mayo al líder opositor Juan Guaidó, el presidente encargado de Venezuela, reconocido por 60 países.
Otro que perdió fue el expresidente Evo Morales, quien dijo que “si ganamos en Ecuador podremos reactivar la Unión de Naciones Suramericanas Unasur para hacer frente a la OEA”.
Revelaciones de la revista colombiana Semana, dieron cuenta de que Arauz recibió financiamiento de la guerrilla del ELN para su campaña. El líder de la oposición colombiana, Gustavo Petro, exalcalde de Bogotá con aspiraciones presidenciales quien salió en defensa de Arauz, es otro de los grandes perdedores. Otros que apostaron a Arauz fueron las dictaduras de Cuba y Nicaragua.
El triunfo de Lasso, de 65 años y miembro de Opus Dei, quiebra la construcción del eje izquierdista latinoamericano preconizado por el mexicano Andrés López Obrador y el argentino Alberto Fernández, y las conspiraciones del Grupo de Puebla, la alianza izquierdista latinoamericana.
El presidente electo, sucederá al impopular Lenín Moreno, que sale del poder con escaso 7% de respaldo popular. Ecuador cierra un tensísimo proceso electoral en el que, tras conocerse los resultados, tanto Lasso como Arauz han llamado a la reconciliación nacional.
Analistas sostienen que la victoria de la derecha en Ecuador abre la puerta a la dinamización, modernización e incluso democratización de ese país sudamericano, una oportunidad, y una esperanza, que el empresario metido a político no debería dilapidar. Lasso tiene frente a si el reto de la pandemia de coronavirus y la recuperación económica de una nación de 17 millones de habitantes.
Para impulsar sus políticas, necesitará del apoyo de la bancada indígena que tendrá una importante participación en el parlamento. El voto indígena fue clave en la victoria de Lasso, contra de su tendencia natural a apoyar a formaciones de izquierda.
Keiko resucita
En el vecino Perú, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales se dará el 6 de junio próximo entre un maestro ultraizquierdista y Keiko, la hija del dictador Fujimori.
Keiko, de 45 años, consiguió reflotar su figura política y a su partido Fuerza Popular, en un último impulso de maratonista que la ha puesto en la segunda vuelta, con el 13,3% de los votos, en la que se medirá con Pedro Castillo, un líder magisterial de extrema izquierda, el candidato sorpresa que recibió el 18,9% de los sufragios.
Apenas se conocieron los resultados, Keiko anunció que va a confrontar «al populismo y a la izquierda radical» en alusión a Castillo y confió en que serán «muchos los peruanos que se van a sumar» a su propuesta para llegar a la Presidencia porque no quieren ver convertido al país en «Cuba o Venezuela».
La fragmentación del voto provocada por los 18 candidatos presidenciales favoreció a Keiko, después de pasar 13 meses en prisión acusada de crimen organizado, lavado de activos y obstrucción a la justicia. En las elecciones presidenciales del 2016, perdió ante Pedro Kuczynski por solo 40,000 votos.
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