INFORME: Así arde la frontera en Arauca por el narcoterrorismo pro madurista
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El gobierno colombiano denuncia que los miembros de ambos grupos ilegales se refugian del otro lado del río Arauca, en la frontera con el estado venezolano de Apure.
La guerra entre disidencias de las Farc, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional y otros grupos al margen de la ley por el control territorial en Arauca, fronterizo con Venezuela, se ha recrudecido en los primeros días de enero, lo cual ha causado una verdadera crisis humanitaria en la zona, duramente afectada por la muerte de al menos 27 personas y el desplazamiento de cientos de familias.
Pero, ante la encrucijada de control militar y atención humanitaria, los gobiernos colombiano y venezolano han priorizado la primera opción. Mientras Iván Duque ordenó el desplazamiento de dos batallones a la zona para controlar la situación, Nicolás Maduro anunció la presencia de militares en la zona de frontera, lo que, de paso, muestra que en una situación que requeriría la coordinación de los dos países, tal cosa no parece que vaya a suceder.
Ante ese panorama, desde la Defensoría del Pueblo, mediante su Sistema de Alertas Tempranas, ha advertido que están en riesgo “aproximadamente 69.000 personas de población civil, de los 174.135 que residen en las áreas urbanas y rurales de Saravena, Arauquita, Tame y Fortul”, es decir, la emergencia amenaza a algo más de una tercera parte de la población.
Expertos consultados por Vanguardia coinciden en que Arauca es un departamento petrolero y agropecuario donde hace décadas se hizo fuerte el Frente de Guerra Oriental del Eln, que hoy es el más poderoso de esa guerrilla. Este grupo ahora es desafiado por el Frente 10 de las Disidencias de las Farc, que ocupó espacios dejados por esa exguerrilla luego de la firma de los Acuerdos de La Habana, y que se financia principalmente con extorsiones, secuestros y tráfico de drogas.
Desde la mirada de Camilo González Posso, presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, es evidente que existe una disputa territorial, pero consideró que hay un problema de fondo que tiene que ver con la frontera con Venezuela y la gran disputa es el estado de Apure, así como el de Bolívar y Amazonas, que desde hace dos años aproximadamente vienen en confrontación por la incursión del Frente 10, disputándole al Eln áreas de influencia.
De acuerdo con González Posso, el problema es que no solamente intervienen los grupos armados colombianos, sino que hay unidades de las fuerzas militares, grupos de inteligencia, comandos especiales y mercenarios. En conclusión, es una frontera caliente y tiene que ver mucho con quién controla el tránsito y el posicionamiento en Apure. Esa sería una de las razones por las que Nicolás Maduro vio la necesidad de intervenir y asegurar, al final del año pasado, que van a lanzar una ofensiva en su territorio, lo que subraya la dimensión geopolítica de los enfrentamientos.
Frontera permeable
La migración venezolana, la falta de relaciones bilaterales y los atentados en Norte de Santander son fenómenos que se han incrementado desde el año anterior, especialmente, en la frontera con Venezuela.
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Para Hugo Fernando Guerrero, analista y docente de la Universidad de La Salle, “lo que estamos viendo en Arauca es una lucha por el territorio, un territorio claramente sensible y bastante neurálgico para el proceso de actividades ilícitas en una frontera bastante permeable y que no está siendo gestionada de una manera adecuada por ninguno de los dos gobiernos, precisamente por una causa común que es la ruptura diplomática”.
De acuerdo con Guerrero, el gobierno colombiano ha intentado hacer presencia y hace poco envió dos batallones para tratar de gestionar una zona como Arauca, que de alguna manera debería ser un tanto más fácil de gestionar que lo que sucede en Cúcuta o El Catatumbo. Se creería que con la presencia de las fuerzas militares debería ser mucho más administrable la situación, sin embargo, “el posicionamiento de los grupos como el Eln, la presencia de las mal llamadas disidencias de las Farc y otros grupos como el Clan del Golfo y las autodefensas lo que genera es la reacomodación frente a la presencia de estos actores en un territorio que es un campo verde para actividades ilegales”.
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Lea el resto de este artículo, originalmente titulado por La Vanguardia, como ‘La frontera en Arauca ‘arde’ por guerra de guerrillas‘, haciendo click aquí.
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