Indígenas prohíben vuelos en helicóptero a los tepuyes tras la fiesta de enchufados
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Usando las leyes vigentes en Venezuela, indígenas del pueblo pemón toman medidas para resguardar sus territorios ancestrales.
Humberto Andrade | Primer Informe
Tras toda la controversia generada por la fiesta de enchufados en el tepuy Kusari, la comunidad indígena Pemón Kamarakoto tomó una contundente determinación.
«QUEDA totalmente prohibido las actividades turísticas en aeronaves de ala rotatoria (helicópteros) así como aeronaves no tripulados denominados DRONES, en los lugares
sagrados…».
La comunidad llegó a esa decisión tras considerar que esas aeronaves han profanados lugares sagrados como los cerros Auyantepuy y el Kusari, entre otros. Dicen que estos espacios no están destinados para actividades turísticas en aeronaves.
Además, agrega que en su territorio ancestral «los cerros, montañas, sabanas, ríos, cascadas, no son lugares para festejos, pijamadas, orgías, y actividades afines».
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«Vulnerados por actores no indígenas»
La comunidad llegó a esa determinación luego de una asamblea extraordinaria. Proclamaron que sus «hábitats y tierras» fueron «ultrajados por actores no indígenas».
Sin embargo, quienes perpetraron el «ultraje» que denuncian los pemones no ven nada reprochable en sus acciones. Algunos de los principales protagonistas del cuestionado festejo defienden sus acciones.
El propio agasajado, el empresario turístico Rafael Oliveros compartió una nota en un grupo de Whatsapp en la que justificó el evento que organizó. Oliveros planificó la celebración a propósito de su cumpleaños número 50.
Insiste en decir su versión de la verdad, según él la ve, a pesar de le aconsejaron guardar silencio porque «….todo se va a olvidar, la semana que viene nadie lo recordará», confesó el empresario.
Por su parte, el promotor de concursos de belleza Osmel Sousa, dijo en un «comunicado» que compartió en su Instagram: «Este que está aquí, si lo vuelven a invitar [a una fiesta en un tepuy], vuelvo a ir otra vez».
El resguardo ancestral
En el comunicado compartido por la comunidad indígena Pemón Kamarakoto, se destaca que el hábitat y las tierras indígenas son los espacios propios para el desarrollo de sus específicas formas de vida.
Algo que incluye sus métodos de producción, cultura, espiritualidad, así como sus maneras de trasmitir la cultura. Especifican que sus territorios ancestrales están llenos de significaciones sobre la cosmovisión de estos pueblos. Para estos pueblos indígenas, es el santuario…»
Y sostienen que por el cual el Estado protege los lugares sagrados y de culto de los Pueblos y
Comunidades Indígenas que «no pueden ser objetos de prácticas que profanen o alteren
negativamente los referidos lugares».
Fiesta en el cuartel de la montaña
Por su parte, Lisa Henrito, capitana de la comunidad pemón Maurak, expresó un reclamo en su cuenta de Facebook. A propósito de la fiesta enchufada, la líder indígena dijo que «hay un montón de normas que regulan estos espacios escritas por los organismos cuyo deber es cuidar los mismos. Y mucho antes de esto, hay normas no escritas inherentes indígenas, que nosotros deberíamos ser los primeros interesados en hacer cumplir».
Dice que la situación les hace cuestionarse varias cosas. «¿para qué hay tantas normas y regulaciones? ¿A quiénes se aplican estas normas y a quiénes no? Porque les aseguro mi gente que si algún pemón de Canaima o Kamarata quieren hacer un campamento turístico en estos tepuy, se lo van a prohibir. O para hacer esto, hay que cumplir con una lista kilométrica de requisitos. En cambio, por experiencia propia sé que los que no están obligados a cumplir estas normas son personas que pagan mucha plata».
Henrito dio fin a sus pronunciamiento con unas líneas polémicas. «Ahora vamos a imaginar esto, yo como capitana de Maurak, convido a todos los guerreros de mi comunidad, nos llevamos 100 tortas de casabe, 50 cochinos de monte asados, 100 pimpinas de paraki y cachiri, 50 kilos de gusano de moriche, 20 kilos de kailao y picante para tirar paarriba y agarramos un avión, aterrizamos en la Carlota y subimos al cuartel de la montaña y hacemos una fiesta con parishara y todo alrededor de la tumba del eterno comandante difunto…¿Será que nos permitirían hacer eso? Yo pregunto».
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