Análisis: Incapacidad de Maduro para manejar la pandemia provocaría crisis regional y obligaría una intervención
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Una ola de refugiados venezolanos contagiados empeora la crisis sanitaria en países que ya están colapsados con la atención a sus propios ciudadanos.
Redacción | Primer Informe
En un análisis publicado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), se establece que un despegue de la Covid-19 en Venezuela «más allá de lo que ya está ocurriendo sería catastrófico y con efectos desestabilizadores en los países vecinos».
El análisis establece que el descontrol que podría resultar de la pandemia, se convertiría en un detonante desintegrar la disciplina restante de los militares, a pesar de la supervisión sustancial de Cuba y otros países.
El resultado de eso sería una mayor fragmentación del territorio, mucho del cual ya se encuentra bajo el poder de grupos criminales locales y organizaciones terroristas transnacionales como el ELN y las FARC.
Enfermedad rampantes, violencia y la ausencia de alimentos, provocarán que millones de venezolanos, que aún no han abandonado el país, huyan.
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Colombia, Brasil, Guyana y los estados del Caribe ya están sobrecargados con su propia respuesta a la pandemia. Esas naciones lucharán para detener esta afluencia de refugiados o para aislar y tratar a los que puedan.
Superados por la afluencia de refugiados pandémicos venezolanos pedirán desesperadamente la ayuda de organizaciones multilaterales, Estados Unidos, la Unión Europea u otros países.
«Si la política internacional hace que una intervención militar humanitaria multilateral sea impensable, como ha ocurrido en otras partes del mundo, cuando la comunidad internacional no actúa, los vecinos de Venezuela podrían verse obligados a tomar el asunto en sus propias manos como una cuestión de autoconservación nacional», afirma el análisis.
Para los Estados Unidos, es posible que tal evento se desarrolle en el período previo y posterior a la elección presidencial de los Estados Unidos. En ese lapso de tiempo, advierte el CSIS, «la crisis de Venezuela habrá alcanzado proporciones inimaginables».
El problema en la frontera
Algunos cálculos ubican en 70.000 el número de venezolanos que ha retornado a su país a través la frontera con Colombia. A esas personas se les obliga a cumplir con la cuarentena en condiciones de hacinamiento. Un ambiente propicio para la propagación del virus.
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Estos son agravantes para una crisis sanitaria en un país que no tiene un sistema de salud funcional. Los hospitales venezolanos enfrentan los mismos problemas que los ciudadanos para tener acceso confiable a electricidad, jabón, agua y desinfectantes.
Desde luego, en el país tampoco hay respiradores para atender a los contagiados cuya situación de salud se complique.
«En un país que ha perdido su capacidad de producir sus propios alimentos, un país que ya está en pleno colapso económico, el cierre sostenido de las fronteras a los flujos de personas y comercio podría conducir a la hambruna», dice el análisis.
Los contagios de Diosdado Cabello y Tarek El-Aissami, demuestran que la extensión de los contagios en el país es muy amplia. Al mismo tiempo, la ausencia de pruebas adecuadas o rastreo de contactos convierten a la enfermedad en una sentencia de muerte.
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