La adicción al lujo de los jerarcas chavistas que quebraron Pdvsa
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Sólo entre 2007 y 2012 se expoliaron US$2.000 millones a la estatal petrolera venezolana, a través de una red conformada por altos funcionarios del régimen chavista que ostentaban lujos de forma grosera.
Redacción | Primer Informe
Hace años se destapó uno de los escándalos de corrupción que ha supuesto un golpe más duro para Venezuela. Una treintena de personas, entre las cuales figuran los exviceministros de Energía del gobierno de Hugo Chávez (2002-2013) Nervis Villalobos y Javier Alvarado, saquearon las cuentas de Petróleos Venezuela (PDVSA). Se expoliaron hasta 2.000 millones de dólares de la compañía estatal más grande de Venezuela entre el 2007 y el 2012. Si bien hace más de diez años que todo se destapó, hay detalles que todavía se han mantenido en la sombra. Por ejemplo, dónde se invirtieron todos estos millares de millones de dólares. Ahora, El País publica una investigación que muestra cómo todos estos dirigentes chavistas invirtieron el dinero expoliado en todo tipo de lujos.
Suites presidenciales de megalujo, gimnasios privados, inmuebles millonarios o cursos de cocina por 430.690 euros. Estas son algunos de los extravagantes gastos de los implicados en esta red de espolio. La empresa estatal venezolana acabó asumiendo dependidas de estancias de lujo y «gastos diversos». Todo se recoge en la causa que dirige una jueza de Andorra, ya que el país pirenaico investiga esta red podría haber ocultado su botín a la Banca Privada de Andorra (BPA).
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Gusto por la moda y otros lujos
Obsesionados por todo tipo de lujos, la red gastó miles de euros en moda. Según informa El País, el gusto por la ropa llevó a la organización a abonar 151.716 dólares en octubre del 2011 por 60 esmóquines negros, camisas más y 30 juegos de lazo y faja. Otro cargo revela un desembolso de 131.561 dólares para adquirir piezas italianas de una firma con un nombre que no aparece detallado.
Eso no es todo, el diario muestra otros ejemplos hacia donde iba el dinero que salía de la empresa estatal. Un pedido de 153 botellas de champán Dom Pérignon 2004 (129.875 dólares); 23 cajas más de esta bebida de la marca Taittinger (29.519); una compra en la enoteca Ronchi de Milán (28.323) o 55.000 dólares en güisqui componen el gasto en alcohol a costa del botín de la energética.
Lea más en El Nacional de Cataluña.
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