Más de 35 periodistas perseguidos por el régimen de Nicolás Maduro por informar sobre el Covid-19
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El régimen madurista ha emprendido una campaña de ataques a periodistas y medios que cubran todo lo relacionado a la pandemia del Covid-19, en su afán por censurar a la prensa libre y filtrar toda la información que reciban las personas sobre el coronavirus
Redacción | Primer Informe
Más de 35 periodistas y medios de comunicación han sido víctimas de campañas de desprestigio, demandas, amenazas, persecución y confiscación de sus equipos, lo que les ha impedido informar sobre el Covid-19, según informa Redes Ayuda, una ONG venezolana especializada en la defensa de la libertad de prensa.
Al menos 10 periodistas han sido arrestados arbitrariamente mientras cubrían historias relacionadas con el coronavirus desde el 13 de marzo, cuando se confirmó el primer caso en Venezuela, según el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) que tiene su sede en los Estados Unidos, aunque Redes Ayuda pone el número de detenciones en 17.
Esta aparente represión contra los periodistas se produce cuando los venezolanos buscan más información sobre la pandemia, pues aunque el gobierno ha confirmado al menos 345 casos y 10 muertes productos de la pandemia, los expertos temen que el número sea mucho mayor.
Médicos y profesionales del área han advertido repetidamente que el sistema de salud del país no está preparado ni equipado para manejar un aumento repentino de casos, tema que el régimen de Nicolás Maduro busca censurar.
Natalie Southwick, coordinadora del programa de la CPJ para Centro y Sur América, comenta que «en Venezuela, la pandemia del Covid-19 sólo ha proporcionado más excusas para que el gobierno reprima y censure a los medios críticos, en lo que ya era uno de los países con más desafíos para la prensa en América Latina».
«En un momento crítico como este el flujo libre de información confiable puede significar la diferencia entre la vida y la muerte para muchas personas, y una prensa libre es vital para garantizar que la información pueda acceder a quienes la necesitan», dijo Southwick.
La organización Reporteros sin Fronteras dice que el clima para los periodistas ha sido extremadamente tenso desde el principio de la crisis política en 2016 y se intensificó mucho más desde 2017, con numerosos arrestos arbitrarios y varios casos de violencia contra periodistas, lo que ha hecho que muchos periodistas venezolanos hayan tenido que huir del país por los contínuos peligros y amenazas.
Grupos de Derechos Humanos también advierten que algunas de las leyes vigentes se utilizan como herramientas para que el gobierno arreste o procese arbitrariamente a periodistas independientes. Estos incluyen una ley del 2010 que sanciona cualquier contenido «que cuestiones la autoridad legítimamente constituida», así como una promulgada en 2017 sobre «defensa del odio» que establece juicios y carcel a cualquiera que «instigue el odio o la violencia en radio, televisión, medios impresos y redes sociales». Desde Redes Ayuda, advierten que esta ley «está hecha a medida para justificar cualquier tipo de encarcelamiento por expresar sus opiniones».
Una política sistemática de control
Luis Serrano, coordinador general de Redes Ayuda, fue detenido brevemente el 6 de abril, mientras recibía una entrega de máscaras, guantes y desinfectante de manos en nombre de la organización que representa, que estaba preparando kits de protección para periodistas venezolanos. El periodista dijo que los agentes policiales lo registraron porque querían verificar que no era un vendedor ilegal, pero al oponerse fue transportado al centro policial, donde fue duramente interrogado durante dos horas para luego dejarlo en libertad.
Serrano dijo al medio de noticias Al Jazeera, que si no se permite a los periodistas informar, «el gobierno está violando no sólo su derecho al trabajo, sino también el derecho de la población a estar informada, lo cual es esencial para entender la magnitud de la pandemia».
El vocero de Redes Ayuda no tiene dudas de que la censura que establece el régimen venezolano «es parte de una política sistemática de control sobre la población, controlando todo en la vida de las personas, desde la información que reciben hasta los alimentos que comen, lo que genera una población que se acostumbra a la dictadura».
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