Así se mueve el narcotráfico internacional en los puertos panameños
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Solo un pequeño porcentaje de la droga es decomisada por las autoridades a pesar de los sofisticados equipos de cámaras de vigilancia, rayos X, personal de vigilancia y revisiones periódicas en los puertos.
Redacción | Primer Informe
Ante la inactividad aérea por la pandemia de la COVID-19 en gran parte de Latinoamérica y el mundo, nuevas estrategias se han puesto en marcha en el negocio del narcotráfico. La vía marítima es la opción que, al menos, en Panamá los grupos delincuenciales están utilizando.
La red de puertos panameños en la que ingresan miles de toneladas de carga anualmente está siendo utilizada por el crimen organizado para mover la droga. Incluso, hasta los cascos de los barcos están siendo utilizados para el envío de cargamentos.
A través de una complicada red de colaboradores, integrada por operadores de grúas, vigilantes y custodios, así como personal externo que se encarga de distraer autoridades, el crimen organizado ha logrado su cometido.
Solo un pequeño porcentaje de la droga es decomisada por las autoridades a pesar de los sofisticados equipos de cámaras de vigilancia, rayos X, personal de vigilancia y revisiones periódicas en los puertos.
Con información recabada a través de los contactos internos en la red de puertos, los criminales han podido hacerse con el alcance de las cámaras de circuito cerrado. La información permite a los delincuentes colocar los contenedores en donde se introducirá la droga, en puntos ciegos con la finalidad de evitar la vigilancia.
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Ya cuando las bandas saben a dónde va la droga, seleccionan el contenedor para que sea movido en el patio por los contactos internos, hasta el día siguiente. Este contenedor luego es movido a un punto ciego para las cámaras de seguridad para luego ser cargados con la droga dentro de maletines. Una vez con la droga en su interior, el contenedor se cierra o se sella y se sube al buque.
Según la investigación llevada a cabo por un oficial de policía, las redes delincuenciales en los puertos, operan por equipos. Uno se encarga de recibir la droga que llega vía marítima y la oculta en las playas. Otro de los equipos se encarga de sacarla poco a poco en pequeños cargamentos y la lleva a los muelles dentro de maletines.
En la noche los contactos internos en los puertos se encargan de introducir la droga en la noche en los contenedores que van a Europa y Australia. A pesar de que puedan ser captados por las cámaras, la falta de luz no permitirá una gran definición y será difícil identificar a los delincuentes.
El espacio de los cascos no se pierde
En el narcotráfico nada se pierde. Menos espacio. La otra modalidad utilizada por los grupos criminales en los puertos es soldar al casco de los buques un cargamento de droga sin que la tripulación sepa que lleva sustancias ilícitas adheridas al barco.
Aunque la inversión es más costosa también deja ganancias. Buzos expertos cobran grandes sumas de dinero para hacer este tipo de trabajo, por el grado de riesgo que conlleva. Además del delito, es utilizar material riesgoso debajo del agua.
En algunos países de Sudamérica, las autoridades portuarias han tomado la decisión de contratar equipos de buceo que inspeccionan el casco de los barcos para certificar que la nave no lleva drogas.
Este certificado es mostrado al arribar en cada muelle para eximir de responsabilidad al puerto de origen si aparece droga adherida al casco del buque.
La mutación de las pandillas panameñas
Según las investigaciones ejecutadas por las divisiones antidrogas y antipandillas de la Policía Nacional, los grupos delictivos mutan cada vez que pueden. Antes se conformaban con recibir entre 50 y 80 mil dólares por introducir la droga en los contenedores. Sin embargo, las cosas han cambiado. Cada pandilla puede cobrar ahora hasta el 10% del valor del cargamento. Es decir, si el cargamento está valorado en 3 millones de dólares la pandilla encargada de introducir la droga en el contenedor va a agarrar en su bolsillo $300.000.
Esto ahora permite que cada pandilla tenga mayor probabilidad de operar con más personas y pagar a más colaboradores internos (agentes de seguridad, custodios, autoridades e, incluso, sindicatos de trabajadores) para que el trabajo sea más fácil.
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