Fuerzas de seguridad recuperan el control después de que supuestos partidarios de Bolsonaro irrumpieran en el Congreso de Brasil
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Enjambres de presuntos partidarios de Bolsonaro, conocidos como «Bolsonaristas», fueron vistos pasando las barreras de seguridad y chocando con la policía.
Redacción | Primer Informe
Presuntos partidarios del expresidente brasileño Jair Bolsonaro asaltaron el Congreso y otros edificios en la capital de Brasilia el domingo, pidiendo que los militares asuman el gobierno de Brasil.
Por la noche, las fuerzas de seguridad habían retomado el control de los edificios violados, dijo Flávio Dino, ministro de Justicia y Seguridad Pública. Dino dijo que unas 200 personas habían sido arrestadas, mientras que el gobernador del distrito dijo que más de 400 habían sido arrestadas.
Muchos partidarios de Bolsonaro se han negado a aceptar la derrota del expresidente en las elecciones hace más de dos meses ante el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumió como presidente hace una semana.
Además del edificio del Congreso, los videos y fotos de las escenas publicados en las redes sociales también mostraban multitudes invadiendo y saqueando el cercano palacio presidencial y la Corte Suprema. Enjambres de presuntos partidarios de Bolsonaro, conocidos como «Bolsonaristas», fueron vistos pasando las barreras de seguridad y chocando con la policía que parecía estar usando gas pimienta contra ellos.
Las oficinas del Congreso se cerraron cuando la multitud subió por la rampa del edificio del Congreso, trepó al techo y rompió ventanas.
Parte de la multitud, muchos envueltos en la bandera nacional brasileña o sus colores, parecían estar grabando la invasión en sus teléfonos.
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Sanciones y castigos
El presidente Lula da Silva, que estaba en el estado de São Paulo, calificó el asalto como un acto de «barbarie» por parte de una turba de «fascistas».
“Quien haya hecho esto será encontrado y castigado”, escribió en Twitter. “La democracia garantiza el derecho a la libre expresión, pero también exige que las personas respeten las instituciones. No hay precedente en la historia del país de lo que hicieron hoy. Por eso deben ser sancionados”.
También culpó a la falta de seguridad de los hechos. En una conferencia de prensa posterior al ataque, da Silva anunció el nombramiento de un nuevo jefe de seguridad en el distrito federal, quien le reportará directamente.
Dino dijo que el gobierno federal envió refuerzos, además de las fuerzas disponibles que dijo que ya estaban trabajando. «Este intento absurdo» de imponer su voluntad por la fuerza no prevalecerá, dijo en un tuit más temprano ese día.
Desde la estrecha derrota de Bolsonaro por Lula en octubre, los partidarios de Bolsonaro han estado protestando por la victoria acampando frente a los cuarteles del ejército en todo el país, bloqueando carreteras y pidiendo a las fuerzas armadas que intervengan y anulen las elecciones.
Bolsonaro ha sembrado dudas sobre la legitimidad de las elecciones y se ha negado a reconocer la derrota. El expresidente brasileño partió del país rumbo a Florida a fines del mes pasado.
En un tuit el domingo por la noche, Bolsonaro criticó los disturbios y escribió que las manifestaciones pacíficas son parte de la democracia, pero que las «depredaciones e invasiones de edificios públicos» no lo son. También rechazó los comentarios de Lula de que él tenía alguna responsabilidad por el ataque y dijo que esas afirmaciones carecían de pruebas.
Con información de NPR.
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