Informe: Mafia de Nicolás Maduro devasta ríos, montañas enteras para acumular oro de sangre
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Destrucción del Río La Paragua afecta al embalse del Guri en donde se encuentra concentrada la capacidad de generación hidroeléctrica del país ya posibilidad de reactivar ese parque de generación ubicado en el sureño estado de Bolívar.
Redacción | Primer Informe
El impacto de la actividad minera sin ningún control en el sur de Venezuela se incrementa de forma exponencial toda vez que el régimen de Maduro precisa del tráfico legal e ilegal de oro para financiarse y mantener el poder.
La organización SOS Orinoco hizo público un video en el se muestra que si bien el área dispuesta para explotarse dentro del Arco Minero del Orinoco tiene la misma extensión que Portugal, la actividad de extracción de oro supera sus límites geográficos.
Tal es el caso de los alrededores la formación montañosa Guaiquinima, área que está legalmente protegida bajo el estatus de “monumento natural” pero en donde la explotación minera florece dejando en la superficie un impacto más que visible.
Estas minas, ubicadas a lo largo del río La Paragua, son explotadas sin ningún tipo de control ambiental o fiscal y su operación es gestionada por grupos irregulares. Cerca de 2000 mineros trabajan en el lugar pero solo una pequeña fracción de lo que se extrae va a parar en sus manos.
La mayor parte del oro extraído pasa al control de mafias políticas y militares y van a financiar al régimen de Maduro que lo entrega a países como Irán a cambio de su respaldo en la obtención de combustible o de repuestos necesarios para reactivar las refinerías del país.
El problema de la minería ilegal no es nuevo en la zona, pero la sed de oro del régimen la ha intensificado en los últimos años creando daños ambientales que son virtualmente irreversibles.
El ecosistema de la zona es uno muy frágil que ha permitido el surgimiento de bosques y sabanas sobre un sustrato pobre en nutrientes y los daños que causa la minería ilegal son severos. Los mineros emplean agua a presión para abrir agujeros en la tierra y emplean mercurio para separar el oro.
Minas como bombas
Cada nuevo agujero que se abre sirve para abrir otro y así la deforestación y la destrucción del suelo avanzan desde la orilla del río a lo largo de la ribera y hacia adentro de la tierra.
En el video publicado por SOS Orinoco se observan imágenes del satélite Sentinel 2A del año 2019 en las cuales se evidencia la actividad de 121 minas que interrumpen el paisaje natural. Las imágenes pertenecen a un sector llamado Manare a orillas del río La Paragua y la condición en la que se encuentra debido a la extracción de oro es semejante a la que dejaría un bombardeo aéreo.
El río La Paragua tiene una cuenca que abarca 3.5 millones de hectáreas y El Guaiquinima es un tepuy mucho más grande que el Auyantepuy de donde cae el famoso Salto Ángel.
Toda esta actividad genera una descarga de sedimentos muy grande que van a parar todos al cauce del río, tributario del embalse de El Guri del cual depende la principal planta hidroeléctrica de Venezuela, la cual opera en la actualidad a un mínimo de su capacidad. Pero esa sedimentación reduce la vida útil del embalse y constituye una amenaza para lograr reactivar en a generación hidroeléctrica en todo su potencial.
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