Diplomático argentino lidera en la ONU dura confrontación contra las ambiciones nucleares de Irán
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El diplomático argentino Rafael Grossi cuenta con el total apoyo de la administración Trump en su trabajo como encargado de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
Redacción | Primer Informe
El argentino Rafael Grossi pasó más de una década investigando las actividades nucleares de Irán. Ahora lidera los esfuerzos mundiales para contener ese trabajo y enfrenta a Teherán en una prueba cada vez más tensa de la autoridad de la agencia atómica de las Naciones Unidas.
Desde que se convirtió en jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) el 3 de diciembre pasado con un fuerte respaldo de Estados Unidos, Grossi ha llevado a la agencia a una confrontación cada vez más profunda con Irán por la aplicación de las normas de control de armas nucleares.
Ahora Grossi está evaluando cuándo subir la apuesta. En una entrevista con The Wall Street Journal en la sede del OIEA, dijo que la agencia no se retirará y advirtió que si Teherán no otorga acceso a finales de este mes, «será malo».
«Sigo insistiendo en la necesidad absoluta de que resolvamos este problema muy pronto», dijo. Esto «no va a desaparecer».
En enero, Grossi aceleró una investigación sobre material nuclear no declarado descubierto en Irán el año pasado. La agencia exigió acceso a dos sitios y respuestas rápidas sobre actividades potencialmente relacionadas con el trabajo con armas nucleares. Irán se ha negado a cumplir.
Funcionarios estadounidenses le han instado a actualizar pronto a los miembros del AIEA sobre la cooperación de Teherán, un paso aparentemente de procedimiento que podría hacer caer las fichas de dominó y amenazar aún más el asediado acuerdo nuclear de Irán de 2015. Permitiría a Washington tratar de llevar a Irán al Consejo de Seguridad de la ONU por resistencia a la AIEA, una medida que probablemente provocará la oposición de Rusia y China y la furia de Teherán.
La administración Trump ha elogiado a Grossi por su manejo del enfrentamiento. Washington, que renunció al acuerdo nuclear de 2015 en 2018, este año reforzó al OIEA con dinero extra, ya que redujo los fondos para otras agencias de la ONU.
«Creo que el Director General Grossi ha traído nueva energía a la agencia, nueva transparencia», dijo recientemente a los periodistas el embajador de EE. UU. en el AIEA, Jackie Wolcott.
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China, Rusia e Irán son cada vez más críticos. Algunos diplomáticos dicen que el enfoque del diplomático argentino corre el riesgo de matar el acuerdo nuclear, conocido como JCPOA.
«Necesitamos evitar un paso imprudente y precipitado», dijo un alto diplomático de la AIEA. «Bajo ciertas circunstancias, el JCPOA puede incluso dejar de existir».
El acuerdo nuclear, sellado hace casi exactamente cinco años, levantó la mayoría de las sanciones internacionales contra Irán a cambio de límites estrictos pero temporales a las actividades nucleares de Irán. Durante el año pasado, en reacción a la salida de EE. UU. del acuerdo y la imposición de nuevas sanciones duras a Teherán, Irán ha dejado de cumplir con los límites clave del acuerdo.
Grossi, en contraste con su predecesor Yukiya Amano, un diplomático japonés que rara vez se salía del guión, se presenta como un político internacional que intenta defender la credibilidad de la agencia e influir en los escépticos.
Grossi se ha enredado con Irán antes. Como destacado diplomático argentino, ayudó a persuadir a la Interpol en 2007 para que pusiera a cinco funcionarios iraníes buscados por el atentado mortal del centro judío de Buenos Aires en 1994 en su lista de más buscados.
Anteriormente jefe de gabinete del Sr. Amano, Grossi viajó a Irán para persuadir a Teherán para que aclarara el trabajo pesado de tipo nuclear, que los países occidentales creían que estaba destinado a construir armas. Teherán siempre ha negado el cargo.
En la carrera de sucesión que siguió a la inesperada muerte de Amano en julio pasado, Grossi se centró en Irán para presentarse como el candidato del cambio. Con el respaldo de Washington, ganó un concurso apretado de varias rondas prometiendo ser «firme pero justo» con Teherán. Dijo que el objetivo principal de la agencia es detener las armas nucleares, no defender el acuerdo nuclear de 2015.
A principios de este año, cuando el coronavirus arrasó el Medio Oriente, dio un paso sin precedentes para la agencia, a menudo con problemas de liquidez, de alquilar un avión para mantener a los inspectores volando alrededor de Irán y otros tres países.
En junio, después de meses de enfrentamientos con Teherán por su negativa a cooperar, Grossi reveló a los miembros del AIEA nuevos detalles de las preocupaciones de la agencia sobre el trabajo nuclear de Irán. En una combativa reunión de la junta del AIEA, los miembros censuraron a Teherán por las objeciones de Rusia y China.
Funcionarios iraníes acusaron a Grossi de conspirar contra Teherán. Han desestimado las solicitudes de acceso de la AIEA basadas en pruebas fabricadas por Israel y afirman que no tienen la obligación de permitir la entrada de inspectores.
China rechazó el informe de junio de Grossi. Los funcionarios rusos se quejaron de que estaba profundizando innecesariamente en la «investigación histórica» sobre las actividades pasadas de Irán. Muchos diplomáticos creen que el material nuclear iraní descubierto proviene del trabajo con armas nucleares a principios de la década de 2000.
El secretario de Estado Mike Pompeo dijo que el obstáculo de Irán al trabajo del AIEA «es profundamente preocupante y plantea serias preguntas sobre lo que Irán está tratando de ocultar».
Grossi dijo que la agencia debe buscar respuestas sobre el material no declarado encontrado el año pasado y no doblegar las reglas para Irán. Para obtener respuestas definitivas, dijo: «Dejen ir a mis inspectores» allí.
Si Irán continúa negándose, aumentan las presiones mundiales.
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