La nueva realidad para los indocumentados en Florida con la última ley de DeSantis
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Los hospitales estarán obligados a preguntar a los pacientes por su situación de residencia y a recopilar datos sobre cuánto gastan en prestar asistencia sanitaria a inmigrantes indocumentados.
Redacción | Primer Informe
El gobernador de Florida en Estados Unidos Ron DeSantis, firmó esta semana un amplio proyecto de ley que dificultará el trabajo de los indocumentados en ese estado.
A la medida se sumarán 12 millones de dólares en el presupuesto estatal para reubicar a migrantes de otros estados, tras una polémica maniobra política de DeSantis el año pasado en la que autorizó que un avión con migrantes venezolanos y colombianos volara de Texas a Martha’s Vineyard, Massachusetts.
DeSantis señaló la maniobra durante una conferencia de prensa en Jacksonville, Florida, el miércoles, diciendo que los funcionarios de los estados azules esperaban que los estados fronterizos «sonrieran y soportaran» el cuidado de una afluencia de migrantes.
Los cambios radicales que acaban de promulgarse prohíben a los indocumentados conducir automóviles incluso con licencias de otros estados, prohíben a las localidades expedir documentos de identidad a los inmigrantes indocumentados, imponen penas de nivel penal a las personas que a sabiendas traen indocumentados a Florida y exigen a los empleadores privados que utilicen E-Verify, un sistema que comprueba el estatus de residencia de los posibles trabajadores.
Los hospitales estarán obligados a preguntar a los pacientes por su situación de residencia y a recopilar datos para el Estado sobre cuánto gastan en prestar asistencia sanitaria a inmigrantes indocumentados.
Los críticos de la nueva legislación dijeron que estaban profundamente preocupados por cómo afectaría a las empresas de Florida. «Esta ley perjudicará a la economía de Florida en un momento en que las empresas están luchando con la escasez de mano de obra paralizante en sectores clave como la salud, la construcción, la agricultura y el servicio de alimentos», dijo en un comunicado Mike Fernández, presidente de MBF Healthcare Partners y el copresidente de la American Business Immigration Coalition.
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Movimiento presidencial
Se espera que DeSantis se presente a las elecciones presidenciales ahora que ha terminado la legislatura en Florida. De hacerlo, se enfrentaría al expresidente Donald Trump, cuya retórica y acciones antiinmigración de línea dura azuzaron a su base y dieron lugar a numerosas demandas y reacciones públicas.
DeSantis ha enmarcado las políticas como una respuesta directa a las políticas de inmigración del presidente Joe Biden, diciendo que el presidente hizo la «vista gorda» a la cuestión. El miércoles se colocó detrás de un podio con un cartel en el que se leía «La crisis fronteriza de Biden» y utilizó el logotipo de la campaña de Biden.
«Tenemos problemas masivos en nuestra frontera sur con México», dijo DeSantis en la conferencia de prensa del miércoles. «Esto es algo que es responsabilidad de Joe Biden. Esta es una responsabilidad que ha incumplido, realmente desde el primer día de su presidencia.»
El año pasado, los agentes de la Patrulla Fronteriza realizaron casi 2 millones de arrestos de personas que cruzaron la frontera ilegalmente, y se estima que 11 millones de personas -de las cuales 800.00 eran floridanos- vivían en Estados Unidos mientras estaban indocumentados en 2017
DeSantis promulgó las medidas migratorias un día antes de que expirara el Título 42 federal. La controvertida política de la era de la administración Trump, que comenzó durante la pandemia de COVID-19, devolvía a los migrantes a sus países de origen o los enviaba a México. Los migrantes han sido aprehendidos 2,8 millones de veces desde que comenzó la política, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos.
El gobierno federal prevé que más de 12.000 personas podrían intentar cruzar la frontera cada día una vez que finalice el Título 42, frente a las aproximadamente 7.500 actuales.
Biden anunció en enero medidas enérgicas contra la inmigración ilegal, afirmando que el gobierno federal denegaría la entrada a personas procedentes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela si eludían los puertos oficiales para entrar en EE.UU. desde México.
DeSantis se queda corto
Si bien la firma marca una victoria legislativa y una prioridad para DeSantis, no incluyó una de las principales peticiones del gobernador: derogar una disposición que permite a los hijos de inmigrantes indocumentados obtener tasas de matrícula universitaria estatal cuando han asistido a una escuela secundaria de Florida durante tres años consecutivos.
Según US News & World Report, Florida tiene uno de los costes universitarios públicos más bajos de EE.UU.: menos de 5.000 dólares de media para estudiantes residentes en el estado que asisten a instituciones de cuatro años.
La vicegobernadora Jeanette Núñez presentó originalmente el proyecto de ley que permite la matrícula estatal para los hijos de inmigrantes indocumentados cuando era legisladora estatal en representación de Miami. El senador Rick Scott, predecesor de DeSantis, firmó el proyecto de ley.
Scott dijo a los periodistas en febrero que sería «injusto» quitar la matrícula estatal a los inmigrantes indocumentados.
«No vinieron aquí por voluntad propia», dijo Scott en Tampa, según Politico. «Es un proyecto de ley que me sentí orgulloso de firmar. Es un proyecto de ley que volvería a firmar hoy».
La derogación nunca surgió durante la sesión de los legisladores, a pesar de que los republicanos tienen una supermayoría que ha sido en gran medida deferente con DeSantis.
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