Informe: Ante la incapacidad madurista venezolanos dependen de ayuda internacional para combatir al coronavirus
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Los funcionarios del régimen eluden responsabilidades sobre el colapso del sistema de salud y solo persiguen a los que señalan las carencias de la atención sanitaria.
Humberto Andrade | Primer Informe
Los venezolanos están desprotegidos ante el coronavirus. La limitada ayuda internacional que llega al país no es suficiente para brindar atención adecuada a todos los pacientes de COVID-19.
Los 15.463 casos confirmados de contagios en el país, reportados este 27 de julio por la Universidad John Hopkins, no retratan la gravedad de la situación. De acuerdo con un informe del International Medical Corps (IMO), esa cifra es una subestimación de la situación real.
Debido a la poca cantidad de pruebas que se hacen y a la limitada información disponible se cree que el número de contagios es mucho mayor. A pesar de esas limitaciones, los casos reportados por el régimen venezolano aumentan un 30% semanalmente.
El régimen de Maduro ha culpado a los migrantes venezolanos que han retornado al país desde marzo, unos 70.000, por el pico de casos. Se les ha llamado «bioterroristas» y se amenaza directamente con cárcel a los que crucen la frontera por los pasos informales, las «trochas».
Lo que no hace Maduro es tratar de dirigir recursos destinados a proveer condiciones mínimas para que tanto los hospitales como el personal médico pueda atender a la ciudadanía. El reporte de IMO cita cifras del Índice Global de Seguridad Sanitaria que afirman que Venezuela es uno de los países peor preparados para afrontar la pandemia.
66% de los hospitales del país no tienen acceso a agua potable, por ejemplo. Además las instalaciones sufren, al igual que todo el país, de interrupciones en el servicio eléctrico de forma constante.
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Venezuela tiene aproximadamente 300 hospitales públicos, con 23,000 camas listas para recibir pacientes, según cifras oficiales. El personal especializado es escaso, los profesionales del sector salud, forman parte del desplazamiento migratorio que ha llevado a 5 millones de venezolanos a vivir fuera del país en los últimos años.
Pero las personas que resultan contagiadas son aisladas en espacios que supuestamente se han acondicionado para ese fin. Sin embargo, abundan reportes que revelan la incapacidad logísticas de atender adecuadamente a la población recluida en esos centros.
El personal médico que permanece todavía en el país tampoco ha recibido entrenamiento suficiente sobre cómo actuar ante la nueva enfermedad, informa el IMO. De igual forma, no existe suficiente equipo de protección personal para dotar al todos los trabajadores del sector salud que se exponen a ser contagiados, reseña en su informe la organización.
Camas de cuidados intensivos y medicamentos son igualmente escasos.
Ante esto, los venezolanos dependen de sí mismos y de las escasa ayuda internacional que organizaciones como la IMO ofrecen.
Según el informe de esa organización, se han logrado enviar hasta ahora, medicamento y suministros médicos valorados en 600 mil dólares. Esperan poder enviar 1 millón de dólares más. La ayuda está compuesta principalmente de medicamentos y equipo de protección personal.
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En las pruebas está la clave sobre la realidad del coronavirus en Venezuela
Pero, como ya ha informado Human Rights Watch, cualquier respuesta se ve gravemente socavada por la falta de publicación de datos epidemiológicos Además, el régimen acosa y persigue a periodistas, profesionales de la salud y otros que crean conciencia sobre el deterioro de las condiciones en los hospitales.
A esto se suma la renuencia de los funcionarios de Maduro «a asumir la responsabilidad de contribuir o no abordar el colapso del sistema de salud, del que culpan por completo a las sanciones de los Estados Unidos, aunque el colapso es anterior a esas medidas».
El International Medical Corps también está trabajando con socios locales para proporcionar servicios de salud e higiene a las poblaciones indígenas en el estado de Bolívar, donde la atención médica es extremadamente limitada o inexistente. Allí podrán atender a 2.200 personas.
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